XENOFOBIA Y CULTURA EN GUANAJUATO
Pablo Paniagua
En la convocatoria para los Estímulos a la creación y al desarrollo artístico del año 2010, en el punto 1 de los requisitos se pide: “Ser guanajuatense por nacimiento y presentar documentación comprobatoria de residencia en el estado actualmente, así como permanecer en el estado”.
En Guanajuato por primera vez se exige para recibir un apoyo económico, para la creación y desarrollo artísticos, haber nacido en el Estado de Guanajuato, como si los artistas y creadores residentes, y no natos, no aportaran nada al enriquecimiento cultural de esta tierra. Con anterioridad, este requerimiento de carácter exclusivista no existía y tan sólo se limitaba a una restricción por residencia de cinco años. Debo destacar que Guanajuato es el único Estado de
Negar un apoyo económico a un artista o creador por su lugar de nacimiento sólo tiene un nombre: “xenofobia”. Artista y creador guanajuatense es todo aquél que reside de manera permanente en algún lugar del Estado de Guanajuato y que contribuye, con su trabajo, al desarrollo y promoción de la cultura, e incluso aquél que, habiendo nacido en Guanajuato, reside fuera del Estado. Ahora, que vivimos en un mundo global, menos sentido tiene establecer políticas culturales marcadas por la xenofobia, de un “patrioterismo estatal” que está fuera de lugar y ofende al sentido común. Querer ver lo contrario demuestra nada más que prejuicios e ignorancia, “valores” que, al parecer, el Director del Instituto Estatal de
Si ya los apoyos económicos del Instituto Estatal de de
Juan Alcocer Flores ignora a pintores como John Nevin, Oscar Escalante o Dean Gazeley; ignora que Benjamín Valdivia, oriundo de Aguascalientes, es el “escritor guanajuatense vivo” con mayor prestigio en México, y que contribuye, con su labor como director académico del Centro de Estudios Cervantinos, a dar renombre internacional, como Capital Cervantina de América, a la ciudad de Guanajuato; y, asimismo, ignora que el español Eulalio Ferrer fue un generoso benefactor de la cultura local. Juan Alcocer Flores ignora, a fin de cuentas, la ignorancia que se desprende de sus propios actos.
Creadores insignes guanajuatenses, como son Diego Rivera y Jorge Ibargüengoitia, triunfaron fuera de Guanajuato sin sentir el peso de la xenofobia, y hoy se les exalta cuando incluso despreciaron o criticaron, por las circunstancias que fueren, su lugar de nacimiento. Y les recuerdo la famosa frase que Diego Rivera le concedió a José Chávez Morado, cuando este último le invitó a pintar un mural en
La cultura guanajuatense en caída libre
En Guanajuato, cada día más, se observa un notable retroceso en las políticas culturales implementadas por parte del Instituto Estatal de
En este rubro se hace notar la ausencia de cualquier directriz encaminada a promocionar a los creadores guanajuatenses a lo largo del territorio nacional, y mucho menos en el extranjero. ¿Dónde están los convenios con otras instituciones para tal efecto? ¿Dónde las exposiciones itinerantes de los artistas guanajuatenses? La falta de imaginación y, lo que es peor, de criterios, es la tónica que predomina en una política cultural inexistente destinada a hundir, si se puede más, la cultura local y a sus involucrados, cuando una parte del presupuesto se gasta, por ejemplo, en remozar templos e iglesias, algo que debería hacerse de forma compartida entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Gobierno del Estado, mediante una partida económica librada para tal efecto. La falta de previsión y de lineamientos acertados se hacen patentes, cuando los apoyos a la cultura simulan un barco a la deriva que hace aguas por todos lados, esperando el momento de ser tragado en su abandono.
También es de destacar, en los escritores guanajuatenses, una total falta de valentía para alzar la voz, más cuando comentan por lo bajo lo que luego no son capaces de sostener, frente al poder, de manera crítica; escritores sin casta que se humillan intelectualmente para no perder sus privilegios, escritores con un discurso raquítico y pueblerino que no propone ni cuestiona, escritores que aspiran a ser, nada más, reconocidos como “luminarias” de la literatura local.
Pablo Paniagua, escritor y artista visual guanajuatense.
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