Tenango del Valle

Teotenango, «lugar de la muralla sagrada»

La Parroquia de la Asunción fue construida en el siglo XVI, y se muestra bajo un cielo azul, bella e imponente.

Foto: OEM-Informex

Organización Editorial Mexicana

Ricardo Olivares

Esta hermosa y bien cuidada zona arqueológica se localiza al poniente, a menos de cinco minutos del municipio de Tenango del Valle y a 20 kilómetros al sur de la ciudad de Toluca, en el Estado de México.

Los primeros pobladores fueron de origen otomí, estableciéndose en un paraje llamado Ojo de Agua, en la parte baja del cerro Tetépetl, que significa «Cerro de piedra». También hubo presencia de los teotihuacanos, entre los años 600 y el 750 d.C., que llegaron como emigrantes a esta zona del valle de Matlatzinco, influyendo notablemente en la vida y costumbres de los pobladores originales. Sin embargo, el principal grupo que pobló prácticamente todo el valle fue el de los matlatzincas.

La gran belleza arquitectónica del lugar se relaciona directamente con el estilo teotihuacano, consistente en habitaciones rectangulares construidas a partir de muros en talud y verticales (Piña Chan, Román. 1975) y templos sagrados utilizados para adorar y consagrarse a sus dioses.

Los matlatzincas aprovecharon el terreno y lo acondicionaron mediante muros de contención de diez metros y amplios rellenos para nivelar la superficie y así obtener espacios adecuados para eregir edificios. Esta nivelación del terreno dio como resultado la construcción de plazas cuadrangulares con desniveles de varios metros, sobre las cuales se ubicaron edificios piramidales y plataformas habitacionales.

Hacia el año 900 y hasta el 1162 se observa un mayor auge constructivo del centro ceremonial del sistema del norte; los edificios de este periodo se distinguen principalmente por basamentos piramidales para templos que se caracterizan por contar con amplias escalinatas, flanqueadas por alfardas. A este periodo pertenece también el juego de pelota y algunos conjuntos habitacionales más; incluyendo el temazcal, que era una especie de baño de vapor que se utilizaba con fines curativos y de purificación espiritual a través de un ritual.

Hoy en día usted podrá disfrutar de la belleza arqueológica del lugar, admirará y conocerá la historia de Teotenango y así se sentirá orgulloso de nuestros antepasados. Para muestra un botón: al pie del cerro se ubica el Museo Román Piña Chanz, cuyo acervo arqueológico incluye objetos encontrados en las excavaciones, así como la información completa y detallada de otras culturas que habitaron el territorio del valle de México.

Siguiendo con nuestra aventura de fin de semana, le recomendamos que una vez que haya visitado este lugar mágico, se dirija al pueblo de Tenango del Valle, que está muy cerca de la zona arqueológica.

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