Querétaro y su Cañada
Un Juego de Pelota cincelado por la naturaleza, de un tamaño grandioso, como de una legua de extensión, con sus paredes formadas por los cerros alineados al norte y al sur y con su altar situado al centro y al poniente, como lo tienen los demás en Mesoamrica.
Aso es La Cañada y nos debe recordar las palabras de la “Descripción de Querétaro” de 1582 donde dice Francisco Ramos de Cárdenas que nuestra tierra tiene “La faicion y hechura del cercado do los indios juegan a la pelota” y es por eso que el nombre de nuestra ciudad es Nda Maxei o Tlachco o Querétha-ro.
La primera referencia gráfica que se conoce de nuestra tierra es la titulada “Mapa de los alrededores del pueblo de Querétaro”
Es de recordarse que hasta donde se sabe por ahora el primer español que llegara a La cañada fue Hernán Pérez de Bocanegra, encomendero de Acámbaro, límite entre los otomíes y los Purépechas.
Es de tenerse en cuenta que el llamado asentamiento de Agua Fría esta situado en la cabecera del Gran Juego de pelota y fue habitado desde la llegada de los españoles por otomíes y posteriormente de allí salieron para apoyar a los conquistadores hacia Tolimán.
En el mencionado lugar llamado Agua Fría en el Arenal se encontraba un humilladero prehispánico que fue sustituido por la llamada Cruz Alta, también al paso del camino y con los mismos propósitos que los mesoamericanos le daban a estos lugares.
Otra manifestación importante de La Cañada en la vida y desarrollo de la ciudad de Querétaro es la llamada Iglesia Chiquita que se cree con muy arraigada tradición fue la primera iglesia católica levantada en Querétaro y que por su construcción antigüedad y restauración es digna de visitarse.