La Independencia en Querétaro Parte 4

México: Un Bicentenario y Un Centenario
Querétaro: Un Bicentenario y Un Centenario

Es curioso saber que Iturbide le compró al padre Fourlong en Puebla, una pequeña imprenta que se adaptó para ser portátil, además de otra que construyó con los implementos necesarios, con estas dos imprentas portátiles entró a San Juan del Río, ya con su ejército enarbolando la bandera de las tres garantías.

Rafael Núñez era el editor de las imprentas portátiles y, en su paso por Morelia había publicado ya hojas volantes seriadas. Cuando entraron a San Juan del Río se imprimió la número seis, cuando entraron a la Hacienda del Colorado, rumbo a Querétaro, se editó la número siete, y ya estando en la ciudad de Querétaro se imprimieron la ocho, nueve, diez y once.

En la otra imprenta que venía con él y que estaba a cargo de Rafael Escandón, Guadalupe Victoria editó en San Juan del Río una arenga a favor de Iturbide una vez que fracasó la plática con él para construir una República Presidencialista y esta misma imprenta fue la que hizo la publicación del bando de Iturbide, referente al cobro de las alcabalas el 30 de junio, quedando pues el ya mencionado Rafael Escandón como el primer impresor queretano.

Otra anécdota importante dentro de la estancia de Iturbide en la ciudad de Querétaro, último bastión realista, estando escaso de fondos, tuvo la fortuna de encontrarse en la Real Fábrica de Tabacos de Querétaro una magnífica dotación de cigarros elaborados, cuyo prorrateo ascendía a diez mil pesos, asunto que le permitió embarcar a las vencidas tropas españolas hacia la península Ibérica, resolviendo así una posible contrarrevolución y levantamiento, ya que eran un contingente considerable.

Capitulado Querétaro como plaza y asentada la paz en el territorio mexicano, regresó Iturbide a la Ciudad de México, pasando nuevamente por San Juan del Río, donde tuvo lugar y un poco de tiempo para platicar con el cura de la población, quien el 28 de agosto de 1821 cantó una misa por el feliz cumpleaños de Agustín de Iturbide.

Es necesario hacer notar que, debido a los bandos publicados en San Juan del Río, por Calleja al frente del Ejército Realista, un buen contingente de sanjuanenses se haya unido al cura Hidalgo y haya corrido la misma suerte que él en la batalla de Aculco, pues la mayoría de su población eran peones acasillados de las haciendas inmediatas, ejemplo de esto fue Diego Tovar “El Charro” que se une a Hidalgo desde 1910 y es fusilado en Montenegro un 15 de Abril de 1817. Los sanjuanenses fueron un pueblo que estuvo siempre del lado de los insurgentes, lo mismo que los serranos hasta la zona de Jalpan, no así toda la población de la ciudad de Querétaro.

José Félix Zavala
Ocho de Cuarenta

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