Convento de Recolección de San Buenaventura y Santuario de Nuestra Señora del Pueblito

Convento de Recolección de San Buenaventura y Santuario de Nuestra Señora del Pueblito

En el centro ceremonial prehispánico más grande encontrado en la región del centro-norte de México, ubicado en el Valle de Querétaro, en El Pueblito, donde se encuentra una pirámide trunca, que se le conoce inmemorialmente, como “El Cerrito”, se encuentra una imagen, hecha de pasta de maíz, al más puro estilo mesoamericano y realizada en 1632 por un fraile, llamado Sebastián Gallegos, lo mismo que un santuario y un convento.

“El Pueblito, es una población que ya existía cuando Querétaro fue sometido alrededor de 1531 por el Pochtecatl Conín y el cacique Nicolás de San Luis de Montañés. Según los documentos de Puebla y Guadalajara.

Los pobladores de la zona eran chichimecas y los otomíes llegaron con Conín y posteriormente con los españoles los Purépechas y Mexicas, tributarios de Jilotepec y lo fueron posteriormente después de la conquista española de Acámbaro.”

“En la parte norte muy cerca de la población, que se conoció como San Francisco Galileo, se yergue una pirámide monumental construida a mano… este cerrillo artificial es llamado Cerro Pelón.”

“Frente a este adoratorio secular y a la entrada de la población, el viajero se encuentra un soberbio edificio de sencilla pero sólida construcción, lo forman el santuario y el convento de recolección…”.

“En el antiguo pueblo de Tlachco, San Francisco Galileo o El Pueblito, desde pequeño se va aprendiendo “la costumbre”, el amor a la Virgen de los Naturales. Para este pueblo, su culto es de importancia decisiva”.

La llamada Virgen del Pueblito, permaneció 82 años en las inmediaciones del Centro Ceremonial Prehispánico, cerca de la Pirámide.

Después 22 años fue venerada en la capilla del panteón, lugar de los antepasados mesoamericanos, para dividirse en 1736 en dos esculturas, la primera, factura del fraile escultor, Fray Sebastián Gallegos, fue a recibir culto en el santuario y convento, construidos ex profeso en el año de 1736 en el mismo lugar de la primera Ermita, sede de Doctrina en San Francisco Galileo, dependiente de la Parroquia de Santiago en Querétaro.

La segunda imagen, realizada al tiempo en que les quitaron la imagen primitiva y anónima, la llamada de los naturales, de los tenanches o de la mayordomía, pasó a poder de los habitantes chichimecas y otomíes, principalmente y a los otros habitantes mesoamericanos de esa región.

Fray Sebastián Gallegos, fraile Menor de la Orden de San Francisco y conventual de San Francisco El Grande, en Querétaro, “sujeto muy ingenioso y diestro en el arte de la escultura”, estuvo activo de 1630 al 1632, realizando las imágenes conocidas como: Jesús Nazareno, llamado de “Los Terceros”, un Ecce Homo, escultura conocida como El Señor de La Huertecilla y la imagen de Nuestra Señora del Pueblito, entre otras.

Descripción de La Imagen

Nuestra Señora Del Pueblito es una escultura de La Inmaculada Concepción, de pie, con las manos unidas por las palmas delante del pecho, asoma sobre su túnica las puntas de su calzado y posa sobre una media luna. Mide 53.5 centímetros y pesa un kilo 50 gramos. Bajo sus actuales vestiduras se oculta la talla de pasta de caña de maíz, con túnica de cuello circular, ceñida a la cintura, bajando en pliegues hasta los pies, lleva un manto que se ve en partes y cuyos extremos se unen dellado izquierdo cayendo en pliegues sobre la rodilla derecha, era rosa la túnica y azul-verde el manto, estofada, sus ojos son dibujados y la encarnación existe en el rostro y las manos.

En el sotocoro, de cada lado se encuentran pilas de agua bendita en forma de concha y del lado izquierdo una capilla devocional que otrora fuera el lugar de la pila bautismal, en este lugar hay una protección de cristal para un soclo de colores vegetales, al más puro estilo mesoamericano, no hay altares, ni retablos, ni pinturas, solo un cancel que guarda de los ojos indiscretos este lugar de oración, la bóveda de cañón corrido comienza dando espacio en el primer gajo, al coro, que alberga la sillería y la presidencia capitular desde donde los frailes menores cantaron Tiniebla y Maitines, en voces que aún parecen resonar, mientras cuatro retablos neoclásicos adornan la nave antes de llegar al crucero, donde los arcos torales darán paso a la primera cúpula sostenida por sus cuatro pechinas y un tambor octagonal, una cúpula de media naranja y rematada por una linternilla.

Una tribuna en escuadra oculta a los frailes curiosos que desde la altura del crucero miran y remiran el presbiterio. Da salida a la antesacristía, entrada a la capilla de la pasión y tres retablos, uno a la izquierda y otros dos a la derecha confirman la grandeza del lugar y dejan paso a una pequeña capilla que deja al descubierto la escalera que da entrada al pulpito.

El presbiterio da espacio para llegar al ciprés donde se encuentra Nuestra Señora del Pueblito y que ha sufrido a través del tiempo diferentes modificaciones, donde una cúpula neoclásica de arriscados copetes, hermosos vitrales, juegos de columnas y una linternilla permiten gozar de un impresionante espacio, bien pensado para dar solemnidad al lugar, que en su lado izquierdo da entrada a la antigua sacristía, espacio de bóvedas de cañón corrido que ahora se le da el uso de capilla del Santísimo y del lado derecho al criptario donde descansan los frailes menores que esperan la resurrección de los muertos.

Esta cúpula que alberga al ciprés se eleva en cuatro pares de columnas, y se divide en ocho gajos, un tragaluz con la forma tradicional de lo que se conoce como ojo de buey, los ventanales que almohadillados en cantera se rematan con un alto copete cada uno y a la salida hacia la cupulilla hay ocho gajos de almohadillados que le dan una belleza más al lugar donde se encuentra el trono de la virgen.

En el presbiterio, de cada lado se levantan dos columnas que en su entrecalle contienen los nichos de San Pedro y San Pablo, patronos de la Provincia Franciscana, donde se encuentra este santuario y ya no existen en este entorno las imágenes que usualmente rodean un altar mariano y que son San Joaquín y Santa Ana que en algún tiempo estuvieron allí.

En la capilla lateral izquierda que da entrada por el crucero, el altar está al fondo y podemos encontrar ahí sólo esculturas referentes a la pasión y donde resalta un Señor de la Columna que da claras evidencias de ser de la Tradicional Escuela de Escultores Queretanos por su gran belleza.

El santuario construido a Nuestra Señora del Pueblito, tenia retablos y altares pero sobretodo el principal, estaba realizado al más puro estilo barroco, con hermosos estípites, el cuerpo del retablo mayor tachonado de ricos espejos y frente al fanal la imagen de la Virgen del Pueblito ricamente vestida de perlas, diamantes y otras piedras preciosas, resultaba bellamente iluminada.

La primera capilla a la Virgen del Pueblito “era tan corta de tierra, como de doce varas”

Establecidos los frailes franciscanos en la región levantaron pequeños y sencillos adoratorios para congregar a la población original del lugar y en el lugar donde se encuentra el actual santuario estuvo la capilla que hacía las veces de sede de La Doctrina, perteneciente a la parroquia de Santiago de Querétaro y donde fue depositada la imagen por el cura Nicolás Zamora.

En 1714 construyeron los frailes franciscanos en el lugar del camposanto una capilla de adobe como de diez metros cuadrados y en ella estuvo Nuestra Señora Del Pueblito 22 años hasta entrar a su Santuario.

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