Desde Querétaro
El proyecto de una nueva nación
José Félix Zavala
Dentro del bando realista destacó la actuación de los frailes franciscanos; unos llegaron a actuar como soldados y artilleros con tal de defender al gobierno español, otros sacaron de su santuario a la Virgen del Pueblito y la nombraron Generala del Ejército Realista, y otros defendían la causa realista desde el púlpito.
De esta manera Querétaro tuvo un doble papel: fue un punto de apoyo para las operaciones militares de los realistas pero también fue el núcleo de la revolución para los insurgentes, aunque estos tuvieron que esconder su verdadera posición política.
En Querétaro, todo sospechoso fue detenido y cuando se encontraron las armas en casa de Emeterio y Epigmenio González, ambos fueron sentenciados.
El Corregidor y su esposa también fueron detenidos y encerrados.
Era imposible que el cura Hidalgo viniera a Querétaro, pues a pesar de que la ciudad fue el foco de donde irradió el movimiento insurgente, el virrey ordenó que inmediatamente fuera puesta bajo estricta vigilancia con tres mil hombres de infantería y caballería.
Los revolucionarios que no fueron muertos o capturados tuvieron que unirse a otros insurgentes.
La lucha por la independencia se prolongo diez años, hasta que en 1821, Agustín de Iturbide, militar realista, hizo un pacto con Vicente Guerrero, ultimo líder de los insurgentes y juntos lucharon contra los españoles hasta lograr la independencia de México.
Una vez conseguida la independencia, había que decidir qué tipo de gobierno se instalaría en la nueva nación. El debate continuó durante cincuenta largos años.
El grupo del partido liberal proponía una República Federal, lo que implicaba que cada Estado de la Federación tendría autonomía: su propio gobierno y su propia Constitución.
El partido conservador ya no proponía un imperio por la mala experiencia tenida con Iturbide, pero querían instalar una República Centralista en la que la capital de la República tomaría las decisiones para todo el país y los gobernadores serian impuestos desde el centro.
Los liberales propusieron la inversión privada, tanto de capitales nacionales como de extranjeros, así como crear un clima de seguridad para que éstos llegaran.
Los conservadores estaban a favor de la creación de un Banco que proporcionara los recursos.
Hacia 1830, cuando Lucas Alamán fundo el Banco del Avío, varios empresarios obtuvieron créditos y múltiples facilidades para instalar industrias.
En Querétaro, un grupo de empresarios dirigidos por el gobernador Manuel López de Ecala intentaron, sin éxito, impulsar la industria textil que había decaído enormemente debido a que con la Revolución de Independencia, muchos capitales salieron del país y la libertad de comercio permitió que entraran telas extranjeras a bajos precios y muchos obrajes desaparecieron.
Fue Cayetano Rubio quien vino a reactivar la industria textil en Querétaro.
Este español contaba con el favor de las autoridades mexicanas pues varias veces les prestó dinero.
Cayetano Rubio fundó en Querétaro las fábricas textiles El Hércules y La Purísima, donde se elaboraban mantas de lana y algodón. La apertura de la fabrica El Hércules, la más grande en Querétaro y una de las más importantes de la República Mexicana, tuvo como consecuencia la aparición de un pueblo obrero que adoptó el mismo nombre que la fábrica: Hércules.
Más de dos mil personas trabajaban para Cayetano Rubio Rubio, ya fuera dentro o fuera de la fábrica y la mayoría vivía en Hércules, al ritmo que le marcaba el silbato de la fábrica.
Se abrieron escuelas y comercios para que la población no tuviera que trasladarse a la cuidad.
Los comercios eran propiedad de Los Rubio y ahí tenían que hacer sus compras los trabajadores pues solamente les aceptaban los vales con los que les pagaban su salario. Tiendas muy cercanas a las llamadas de “Raya”.
Dentro de la fábrica había un médico que atendía a los operarios, pero también existían prisiones donde hacían prisioneros a los que cometían una falta o no le eran adictos a Cayetano Rubio.
Para echar a andar las modernas máquinas que mandó traer de Europa para su fábrica, Cayetano Rubio tuvo que construir dos presas y un acueducto que llevara el agua desde La Cañada.
Al irse apropiando del agua y además contaminándola, recibió varias denuncias de los campesinos de la región, pero como el señor Rubio era un hombre de negocios muy rico e influyente, las denuncias no prosperaban.
Este fue el fin del Río Querétaro.
Otro grupo afectado por la prosperidad de El Hércules fueron los telares familiares que comenzaron a desaparecer al no poder competir contra la moderna industria.
Este fue el precio que se pagó por el proceso de industrialización.
El pueblo de Hércules fue mas tarde llamado Villa Cayetano Rubio, pues este hombre fue un personaje central en la vida industrial y económica de Querétaro.
Tiempo después, mientras en el territorio nacional Benito Juárez y los liberales hacen lo suyo.
La Ley Juárez suprimió los privilegios de militares y sacerdotes.
La Ley Lerdo desamortizó los bienes del clero (que pusieran a la venta sus propiedades)
La Ley Iglesias suprimió el cobro por los servicios que prestaba la Iglesia.
Como estas leyes afectaban directamente al ejército y al clero, el bando conservador se opuso a ellas y aparecieron una serie de movimientos en toda la República Mexicana.
En Querétaro, la mayoría de la población defendió a la Iglesia por tener lazos económicos con esta institución y por que se sentían directamente afectados, pues su vida diaria estaba ligada íntimamente al calendario religioso.
A pesar de las protestas y enfrentamientos, el gobierno de Benito Juárez promulgó las llamadas Leyes de Reforma que fueron todavía más enérgicas con la Iglesia.
Los cementerios pasaron al control del gobierno; se creó el Registro Civil para que fuera el Gobierno y no la Iglesia el que llevara el registro de nacimientos, muertes, matrimonios, testamentos, etc; se hizo obligatorio el matrimonio por el civil; se decretó la libertad de culto y se nacionalizaron los bienes del clero; se prohibió que se abrieran nuevos conventos y se sacó a frailes y monjas de los que ya existían.
En Querétaro, el encargado de llevar acabo todas estas reformas fue el Gobernador José María Arteaga, quién se enfrentó a la resistencia conservadora encabezada por el General Tomás Mejía.
Entre las primeras medidas tomadas por el general Arteaga, estuvo el sacar a los religiosos y religiosas de sus conventos. Esto causó disgusto y pena entre la población y muchas familias ofrecieron recibir dentro de sus casas a aquellas monjas que no tenían a donde ir.
La aplicación de Las Leyes de Reforma y los enfrentamientos entre los generales Arteaga y Mejía tuvieron como consecuencia el inicio de la destrucción de edificios y monumentos de la ciudad.
Por ejemplo: al templo y convento de San Francisco se le quitaron los terrenos donde tenía el cementerio y se destruyeron las capillas que integraban esa ciudadela.
Los conventos pasaron a ser propiedad del gobierno y los usaron como cuarteles militares, hospitales o escuelas, sufriendo un gran deterioro y el saqueo de obras de arte que ahí se encontraban.