Médico Pedro Escobedo
Fundador de la Escuela de Medicina en México, 1798-1844.
El 28 de enero de 1844 falleció el hábil y distinguido médico don Pedro Escobedo.
Apóstol de la beneficencia y las bellas artes
Protector decidido y un hombre honrado.
La noticia de la muerte del Doctor Pedro Escobedo, sucedía en la ciudad de Jalapa el domingo 28 de enero de 1844; hecho publicado por la redacción del periódico “Siglo XIX”, diario que circulaba en México en esa época.
A la edad de 46 años moría uno de los hombres más sabios y útiles que tuvo, en el siglo pasado, nuestra República Mexicana.
Sabio pues se le llamaba, por la voz de la calle, el primer médico de México; útil por su aportación al país de su Escuela de Medicina.
En la ciudad de Querétaro nació Pedro Alcántara Escobedo y Aguilar, el 19 de octubre de 1798.
La dedicación y notable aprovechamiento que demostró en su Educación Primaria, hicieron que sus padres, muy pobres, lo llevaran al colegio de San Francisco Javier como alumno externo; destacando de forma notable en sus estudios. Ahí demostró su excepcional talento al sustentar con honores dos oposiciones, en gramática y lenguas latinas; honor nunca antes concedido a un alumno externo que no estudiaba para sacerdote.
Fue a la ciudad de México a la Academia de Cirugía para obtener el Título de Cirujano y al Hospital de San Andrés para lograr el de Médico.
Ejerció como cirujano a los 20 años de edad y como Médico en 1822, obteniendo inmediatamente el empleo de Practicante Mayor del propio hospital.
En 1824 la marejada política provocó el cierre de la Academia de Cirugía; lo cual obligó a proyectar la creación de una Escuela de Medicina; anhelo al cual Pedro Alcántara Escobedo y Aguilar dedicó más de la mitad de su vida.
Dos acontecimientos lo hicieron posible: su amistad con don Valentín Gómez Farías y el hecho de haber salvado de grave enfermedad a la esposa del General Antonio López de Santa Ana.
Su gran proyecto se concretó en 1836, al abrir sus puertas la Escuela de Medicina y Cirugía en el Convento de Betlemitas.
En 1841, el ilustre médico, asociado con otros nobles profesionistas, compraron el palacio de la Santa Inquisición para ubicar ahí su escuela; lugar donde funcionó más de un siglo para ser trasladada posteriormente a la bella Ciudad Universitaria.
El doctor Escobedo fue maestro de Cirugía Operatoria y de Patología Externa; luego Vice rector y después Rector de la Escuela.
A sus discípulos no sólo les comunicaba sus sabias lecciones sino que con el producto de su sueldo compraba libros e instrumentos que repartía entre aquéllos.
A su costa editó la Farmacopea Mexicana, obra que escribió en su totalidad el Doctor Leopoldo Río de la Loza, primera en su tipo en México.
Como recompensa a su gran mérito fue nombrado socio de las Academias Médicas de Madrid y de París; miembro de la compañía Lancasteriana de Literatura de San Juan Letrán y del Ateneo Mexicano, así como de un sinnúmero de asociaciones.
Se desempeñó como diputado y después como senador de la República.
En 1842 sufrió la pérdida de su hija única
Con padecimientos cardíacos se trasladó a Jalapa donde meses después, el domingo 26 de enero de 1844, falleció.
Su cadáver fue llevado a México para ser enterrado con los correspondientes honores.
Al sepelio asistieron, entre otras personalidades: Don Guillermo Prieto, Manuel Payno y el General José María del Toral.
El 13 de mayo de 1904 el Congreso del Estado de Querétaro determinó honrar la memoria del ilustre queretano Pedro Alcántara Escobedo y Aguilar, nombrando al pueblo de Arroyo Seco, perteneciente al Distrito de San Juan del Río, como Pedro Escobedo.
Posteriormente, el 14 de mayo de 1941, por acuerdo de ley de la XXXII Legislatura y siendo Gobernador Noradino Rubio, nació el Municipio Libre de Pedro Escobedo.