Los indígenas de Chiapas se congregan en San Cristóbal para despedir a JTatic Samuel; Hoy es inhumado en la Catedral de la paz

 

Se congregan indígenas de todo Chiapas para despedir a Samuel Ruiz

Llegan a San Cristóbal desde Tila, Simojovel, Chenalhó, Chilón y otras regiones más para homenajearlo.

Hermann Bellinghauen

 

San Cristóbal de las Casas, Chis. Viene de lejos el homenaje de los indígenas chiapanecos a Samuel Ruiz García, jTatik (padre, en tzeltal), quienes hoy convergen por miles en la catedral consagrada al santo católico de los viajeros, San Cristóbal.

Viene de décadas atrás, y de todas las regiones indias de Chiapas. Desde la madrugada han arribado grupos de fieles desde Simojovel, Chenalhó, Chilón, Ocosingo, Tila, Las Margaritas, Motozintla. De las esquinas más ocultas del alguna vez “rincón más olvidado de la patria”, como expresaron los zapatistas en 1994.

Se celebran misas cada hora; a mediodía y al anochecer, las más solemnes. Organizaciones políticas y sociales, grupos parroquiales, comunidades tzeltales, tzotziles, choles, mam, tojolabales, una vez más “dan color” al paso de Ruiz García, quien como radioaficionado se identificaba como “Caminante”.

Durante las décadas de su presencia episcopal visitó la mayor parte de ellas. Aún no existían las carreteras y brechas que trajo la guerra a estas tierras, pero el jTatik llegaba. A pie o lomo de bestia. Hoy son esos pueblos los que llegan, y mañana habrán de enterrarlo aquí mismo, en la catedral que ocupa el centro de esta ciudad históricamente hostil a ellos.

En 1982 sucedió una terrible matanza de indígenas en Wolonchán (Chilón). En aquella época “no había quién contara los muertos”, como dijo alguna vez Andrés Aubry. Más de 50 víctimas olvidadas. Más que en Acteal, ocurrido en 1997, cuando la noticia dio la vuelta al mundo, puso a temblar al gobierno de la República y sigue siendo una herida viva. Chiapas ya era otro, y don Samuel tenía gran mérito en ello. Los indios ya contaban. No en balde aquí es una de las cunas de la conciencia moderna de los derechos humanos.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, o Frayba, fue creado a fines de 1988 por el propio Ruiz García; lo presidió hasta este martes 24. El Frayba expresa hoy: “En su incansable lucha por la defensa de los derechos humanos, fue inspirador y guía de varias organizaciones civiles y de procesos sociales en la construcción de la justicia, mediador en los diálogos entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno mexicano, un gran teólogo de la liberación e impulsor de la teología india. Fue candidato al Nobel de la Paz y recibió distintos reconocimientos por su trabajo en la defensa de los derechos humanos”.

El Frayba ratifica su compromiso “de caminar al lado y al servicio del pueblo pobre, excluido y organizado que busca superar la situación socioeconómica y política en que vive, tomando de él dirección y fuerza para contribuir en su proyecto de construcción de una sociedad donde las personas y comunidades ejerzan y disfruten todos sus derechos a plenitud”.

Por su parte, el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo en Chiapas manifestó: “No olvidamos las muestras de solidaridad incondicional que nos brindó en las diversas etapas de lucha y conflictos que hemos enfrentado como pueblos indígenas y como organización, ante el Estado que no cesa en exterminar todo intento organizativo del pueblo”.

Recuerda “su colaboración y apoyo incondicional a las luchas en diferentes rincones del país, por la liberación de los presos políticos y de conciencia, contra la explotación minera, por la presentación con vida de los desaparecidos y el respeto a los derechos humanos, a favor de los oprimidos y explotados”.

Indígenas de todo Chiapas se reúnen para despedir a Samuel Ruiz, Llegan a San Cristóbal desde Tila, Simojovel, Chenalhó, Chilón y otras regiones más para homenajearlo.

 

Viene de lejos el homenaje de los indígenas chiapanecos a Samuel Ruiz García, jTatik (padre, en tzeltal), quienes hoy convergen por miles en la catedral consagrada al santo católico de los viajeros, San Cristóbal.

Viene de décadas atrás, y de todas las regiones indias de Chiapas. Desde la madrugada han arribado grupos de fieles desde Simojovel, Chenalhó, Chilón, Ocosingo, Tila, Las Margaritas, Motozintla. De las esquinas más ocultas del alguna vez “rincón más olvidado de la patria”, como expresaron los zapatistas en 1994.

Se celebran misas cada hora; a mediodía y al anochecer, las más solemnes. Organizaciones políticas y sociales, grupos parroquiales, comunidades tzeltales, tzotziles, choles, mam, tojolabales, una vez más “dan color” al paso de Ruiz García, quien como radioaficionado se identificaba como “Caminante”.

Durante las décadas de su presencia episcopal visitó la mayor parte de ellas. Aún no existían las carreteras y brechas que trajo la guerra a estas tierras, pero el jTatik llegaba. A pie o lomo de bestia. Hoy son esos pueblos los que llegan, y mañana habrán de enterrarlo aquí mismo, en la catedral que ocupa el centro de esta ciudad históricamente hostil a ellos.

En 1982 sucedió una terrible matanza de indígenas en Wolonchán (Chilón). En aquella época “no había quién contara los muertos”, como dijo alguna vez Andrés Aubry. Más de 50 víctimas olvidadas. Más que en Acteal, ocurrido en 1997, cuando la noticia dio la vuelta al mundo, puso a temblar al gobierno de la República y sigue siendo una herida viva. Chiapas ya era otro, y don Samuel tenía gran mérito en ello. Los indios ya contaban. No en balde aquí es una de las cunas de la conciencia moderna de los derechos humanos.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, o Frayba, fue creado a fines de 1988 por el propio Ruiz García; lo presidió hasta este martes 24. El Frayba expresa hoy: “En su incansable lucha por la defensa de los derechos humanos, fue inspirador y guía de varias organizaciones civiles y de procesos sociales en la construcción de la justicia, mediador en los diálogos entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno mexicano, un gran teólogo de la liberación e impulsor de la teología india. Fue candidato al Nobel de la Paz y recibió distintos reconocimientos por su trabajo en la defensa de los derechos humanos”.

El Frayba ratifica su compromiso “de caminar al lado y al servicio del pueblo pobre, excluido y organizado que busca superar la situación socioeconómica y política en que vive, tomando de él dirección y fuerza para contribuir en su proyecto de construcción de una sociedad donde las personas y comunidades ejerzan y disfruten todos sus derechos a plenitud”.

Por su parte, el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo en Chiapas manifestó: “No olvidamos las muestras de solidaridad incondicional que nos brindó en las diversas etapas de lucha y conflictos que hemos enfrentado como pueblos indígenas y como organización, ante el Estado que no cesa en exterminar todo intento organizativo del pueblo”.

Recuerda “su colaboración y apoyo incondicional a las luchas en diferentes rincones del país, por la liberación de los presos políticos y de conciencia, contra la explotación minera, por la presentación con vida de los desaparecidos y el respeto a los derechos humanos, a favor de los oprimidos y explotados”.

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