La crisis climática en Querétaro y sus consecuencias

CLIMA TRASTORNADO
Diario de Querétaro

 

Margarita Ladrón de Guevara

El cambio climático producto del calentamiento global es una realidad que atañe a todos los habitantes del planeta. En Querétaro ya se sienten los efectos y, según los expertos, estamos en un punto en el que deberemos adaptarnos a las nuevas condiciones. Tales efectos son, por ejemplo, el aumento de temperatura .8ºC respecto a 1990, que se traduce en inviernos particularmente cálidos, como este que vivimos, y las lluvias se han modificado: ahora son menos, pero más fuertes.

Investigadores de la UAQ y el Gobierno estatal han unido esfuerzos para crear a partir del primer semestre de este año, el Plan Estatal de Acciones Contra el Cambio climático, el cual, a decir del delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Gerardo Serratos, se traducirá en acciones de adaptación; para el investigador de la UAQ Humberto Suzane, ya estamos a contrarreloj.

Eulogio Ortiz, delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, especula que si en un mes se dejaran de atender problemas como la tala de árboles y quema de pastizales, Querétaro sería una bomba de tiempo. Y en este escenario, los gobiernos estatal y municipal buscan mitigar la emisión de gases efecto invernadero en la zona metropolitana: Por un lado, aprovechar el metano que despide el relleno sanitario de Mompaní, en el municipio capitalino y así producir energía eléctrica y, por otro, monitorear la emisión de CO2 producto del transporte, automóviles e industrias.

México ocupa el lugar número 12 a nivel mundial en las emisiones de CO2 por quema de combustibles fósiles, con un total de 374.25 millones de toneladas de CO2 o el 1.5 por ciento de las emisiones globales, según el Instituto Nacional de Ecología (INE). Por ello realiza varias acciones de acuerdo a su participación como país anexo y miembro del Convenio Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático, ratificado en 1993.

En noviembre de 2010 la Semarnat publicó la Cuarta Comunicación de México ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en la que reportó los avances del país en materia de cambio climático. Los resultados en el resumen ejecutivo indican que, de acuerdo a datos actualizados con respecto a los de 2007, la contribución de México por categorías en términos de CO2 es la siguiente: desechos 14.1% (99,627.5 Giga gramos); uso del suelo, cambio de uso del suelo y silvicultura, 9.9% (70,202.8 Gg), procesos industriales 9% (63,526 Gg), agricultura 6.4% (45,552.1 Gg), y energía 60.7% (430,097 Gg). Los resultados del Inventario Nacional de Emisiones de Gases Efecto Invernadero (1990-2006), indican que el incremento en las emisiones fue de aproximadamente 40% durante ese período, lo que significa una tasa media de crecimiento anual de 2.1%.

Para el delegado de la Semarnat en Querétaro, Gerardo Serrato, estamos en un punto en que debemos adaptarnos a los cambios producidos por el calentamiento global. En octubre de 2009, el Gobierno del Estado en convenio con Semarnat y la UAQ solicitó a la Cámara de Diputados recursos etiquetados para que a partir de 2010 se creara el Plan Estatal de Acciones Contra el Cambio Climático. Los recursos llegaron en noviembre, por lo que recién en enero empezaron las primeras acciones encaminadas a crear este Plan.

Actualmente el Plan está en la fase de consultas públicas y análisis técnico. Participan la Sedesu, Semarnat y la UAQ; el plan ya aprobado estaría listo en junio, adelanta Serrato. El Plan ofrecerá además, escenarios climáticos para 2030, 2050 y 2080, así como planes de mitigación y adaptación.

«El plan» advierte Serrato «tiene un enfoque hacia la adaptación, no la mitigación, porque el problema ya está y debemos enfrentarlo. La vida va a cambiar, los procesos serán afectados en la vida cotidiana como en la agricultura e industria». Dentro de los cambios que ya tenemos se ubican las lluvias concentradas y más fuertes, el aumento de la temperatura. En cuanto a las acciones de mitigación, irán directamente hacia el sector del transporte, señala Serrato «todas las acciones de gobierno deberán tomar en cuenta el factor medioambiental enfocado a la adaptación», sentencia.

Automoviles, el mayor reto

en CO2 para Queretaro

La quema de carbón, petróleo y gas natural no sólo es la mayor fuente individual de CO2, sino también, y con mucha diferencia, la fuente de contaminación causante del calentamiento global que crece con mayor rapidez.

Después de los combustibles fósiles, la fuente más importante de contaminación por CO2, causada por el hombre -equivalente a casi un cuarto del total- proviene de los cambios en el uso de la tierra, principalmente de la deforestación y la quema de bosques.

México ocupa el lugar número 12 en cuanto a los países de mayor emisión de C02 a la atmósfera; el primer lugar lo ocupa Estados Unidos. Con un parque vehicular de aproximadamente 400 mil automóviles particulares y 2 mil 500 camiones de transporte público, según el secretario de Desarrollo Sustentable Tonatiúh Salinas, en Querétaro el principal problema relacionado con el cambio climático es precisamente la emisión de CO2 a través del transporte.

El primer paso para reducir las emisiones de CO2 provenientes de los automóviles, transporte público y de carga es monitorear las emisiones a través de una red que necesitará por lo menos un año para detectar si se tiene un comportamiento estacional y por lo menos dos años para observar tendencias al alza o a la baja, según las acciones de mitigación, explica el secretario Salinas.

Añade que una segunda etapa será instalar dentro de la red de monitoreo, centrales en el corredor industrial de San Juan del Río y Pedro Escobedo, ya que actualmente el monitoreo que realiza la Secretaría de Desarrollo sólo se concentra en el área metropolitana de la ciudad de Querétaro; una de las unidades está instalada precisamente en el edificio de la secretaría, finaliza Salinas.

Investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro participan también en el Programa de Adecuación y Mitigación Ante el Cambio Climático para el Estado de Querétaro, junto con Sedesu y Semarnat.

Humberto Suzane, profesor investigador de la Faculta de Ciencias Naturales de la UAQ es el coordinador académico del Programa Estatal de Acción Ante el Cambio Climático. A su modo de ver, estamos a contrarreloj. Y no lo dice en vano: la temperatura ha aumentado .8 º centígrados en los últimos 20 años.

«Esperamos una disminución en la precipitación pluvial para 2030 que puede variar casi 5% en la Sierra Gorda, 2.7 en el semidesierto y 2.4 en la región de los valles» precisa Suzane. Concretamente, el incremento de temperatura se espera de .8º para 2030, esto más el .8 que ya llevamos a partir del 1990, pero puede llegar a más. «Y pudiera llegar hasta 4º en los peores escenarios después del 2030, si no se mitigan las condiciones», por eso, advierte «ya estamos en contra del tiempo, vamos contra reloj».

En México sólo Veracruz, Nuevo León y Distrito Federal tienen un Programa Estatal de Acción Ante el Cambio Climático, el primero de ellos fue Veracruz por cuestiones geográficas: los escenarios proyectaban que ese estado desaparecerá si no se reducen las emisiones de CO2. Sin embargo, si los estados vecinos no aplican un programa conjunto, no sirve de nada.

Una de las acciones básicas para determinar qué acciones de mitigación y adecuación se implementarán será el resultado del inventario de Gases Efecto Invernadero, proyecto a cargo del doctor en ciencia vegetal Aurelio Guevara, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ campus Juriquilla, que consiste en monitorear la atmósfera con la red de estaciones a lo largo del estado, lo cual se ha hecho hasta ahora de manera incompleta por diversas cusas.

«Esperamos que este 2011 monitoreemos en el campo abierto cuáles son las cantidades de CO2 y metano que hay en diferentes actividades y usos de suelo Querétaro; es muy importante porque nos va a permitir conocer cuáles son los flujos de emisión y captura». Se realizará con dos equipos móviles de monitoreo que se instalarán donde las condiciones ambientales sean homogéneas (una granja, bosque, etc). «Tenemos que recabar mejor información y tener mayor claridad sobre cuáles pueden ser las consecuencias a raíz del mayor número de emisiones de efecto invernadero que producimos actualmente» continúa Guevara. Una vez recabados los datos, el siguiente paso es determinar como sociedad qué debemos hacer para vivir en nuevas condiciones climáticas, pues aunque la etapa en la que estamos es de adaptación -pues hay condiciones que ya son irreversibles- de igual manera hay que reducir las emisiones.

La UAQ posee modelos que se desarrollaron basados en el clima de toda la Tierra; la UAQ tomó la parte que corresponde a México y en especial en Querétaro. Los datos tienen diez años, pero se analiza cuál es la repercusión en Querétaro, es decir, la información que se tiene es de hace diez años y con base en las proyecciones de entonces, es que estamos un escenario actual. «No se había hecho una aplicación a nivel local de Querétaro, ahora estamos analizando la información para poder tomar decisiones de adaptación y mitigación».

Para poder desarrollar un modelo con información local que nos permita proyectar escenarios presentes y saber si coinciden con la realidad, y futuros para aplicar acciones de mitigación y adaptación, se necesita la información meteorológica histórica a partir de 1960 a la fecha, como se ha aplicado en todo el mundo. Actualmente hay más de 60 estaciones de monitoreo ambiental, pero la información que se tiene es incompleta e insuficiente ya que no se contaba con monitoreo de toda la zona: hay estaciones que empezaron a funcionar hace dos años, otras tienen 20… muy pocas hace 40; «es decir, no hay un registro completo de todo el estado que nos represente con la suficiente calidad qué es lo que está pasando».

– Con la red que tenemos actualmente ¿cuánto tiempo se necesita para empezar a encontrar tendencias?

– «La línea base mundial considera tomar a partir de 1960 a 1990 como punto de partida para evaluar la tendencia y saber qué sucedió en esos 30 años respeto al clima porque a partir de ese periodo es donde las tendencias son más acentuadas en cuanto a las emisiones».

Los investigadores de la UAQ concluyeron que es insuficiente la información histórica con la que se cuenta «nuestro trabajo no termina hoy, tenemos que seguir haciendo proyecciones, monitorear acciones y observar si éstas han tenido una influencia en el clima o no para valorarlas», ejemplos de dichas acciones son el uso alternativo de energía o la reforestación. También se toma en cuenta información de estaciones de monitoreo en estados vecinos.

«Estamos en nuestro punto de partida, más vale tarde que nunca», pero, continúa Guevara, estamos ante el peor escenario de los tres que se proyectaron hace diez años, cuando se hicieron los primeros modelos con información de 1960 a 1990 con datos de todo el planeta.

Las reuniones, cumbres y asambleas sobre el cambio climático (como la COP16 llevada a cabo en Cancún en diciembre pasado) tienen como objetivo analizar cuáles son las condiciones de nuestro ambiente para valorar qué es lo que pasará en el futuro.

Las predicciones que realiza la UAQ son para los años 2040, 2060 y más, con el fin de saber qué pasará si continuamos con las condiciones actuales. «El peor escenario ha sido superado», es decir, estamos peor que la proyección que se realizó hace diez años con información de 1960 a 1990 para conocer cuál sería el escenario más pesimista en 2011.

«En Querétaro tenemos hasta cinco estaciones de la suficiente calidad de información como para establecer una tendencia, y estamos en el peor escenario, por lo cual debemos plantear acciones más eficaces y agresivas que en un principio», advierte Guevara. Para definir y describir las condiciones actuales de Querétaro, se debe observar la tendencia histórica y compararla con los datos globales, detectar si es la misma y cuánto está afectando el cambio climático y en qué magnitud localmente. «No se trata de que un experto te diga cómo debes vivir tu vida, sino que tú decidas tomar acciones respecto de un problema», finaliza el investigador.

RECUADRO 1

Qué causa el calentamiento global

Todo el calentamiento global proviene directa o indirectamente de los efectos de seis familias de contaminantes. El mayor papel lo desempeña el dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero más abundante y de más rápido aumento. Le sigue el metano (CH4) y el carbono negro u hollín. En cuarto lugar están compuestos químicos inventados en el siglo XX llamados clorofluorocarburos y halocarburos; los halocarburos son producidos por las industrias, algunos de los cuales son miles de veces más potentes, molécula por molécula, que el CO2. En quinto lugar está el monóxido de carbono (CO) y los compuestos orgánicos volátiles (COV), que si bien no retienen el calor en forma directa sí interactúan con otros contaminantes creando compuestos que sí afectan.

La agricultura industrial es la mayor fuente de óxido nitroso, monóxido de carbono y compuestos volátiles orgánicos (CVO). En sexto y último lugar está el óxido nitroso (N2O), en menor pero significativo nivel, revela el Premio Nobel Al Gore en su ensayo «Nuestra Elección. Un Plan para resolver la crisis climática».

RECUADRO 2

Los gases de efecto invernadero

Desde hace más de cien años el uso desmedido de combustibles fósiles como petróleo y gas, la tala de árboles y la contaminación provocada por las actividades humanas producen una gran cantidad de gases efecto invernadero que están cambiando el clima del planeta. El efecto invernadero se produce cuando la Tierra recibe rayos del sol para calentar la superficie y los océanos; normalmente, la Tierra regresa esa energía en forma de calor hacia la atmósfera pero los gases efecto invernadero están atrapando esa radiación provocando el calentamiento del planeta.

Los contaminantes causantes del calentamiento global provienen de numerosas actividades diferentes, especialmente de la producción de electricidad, la industria, la agricultura, la deforestación y el transporte. El dióxido de carbono (CO2), el más común de estos gases, ingresa a la atmósfera proveniente del procesamiento y la quema de carbón y otros combustibles fósiles, para la producción de electricidad y calor; la quema de bosques y residuos agropecuarios; el transporte terrestre, aéreo y marítimo, y el carbono congelado que esta empezando a liberarse a causa del descongelamiento de bloques de hielo (permafrost), por mencionar sólo unas pocas fuentes. Los más destacados científicos afirman que tenemos que reducir el CO2 atmosférico a 350 partes por millón.