Escribir es una necesidad como tomar agua:
García Márquez
»Los escritores han gastado mucho las palabras. Han dicho muchas tonterías sobre la necesidad de escribir, sobre la vocación del escritor. Se siente la necesidad de escribir como se siente la necesidad de tomar agua. Uno siente sed. Es por épocas. Hay épocas en que no. Aunque yo creo que primero de verdad hay una vocación, después hay que aprenderlo».
Comentó García Márquez en una charla con Jacobo Zabludovsky, hace 35 años.
Un fragmento de aquella plática fue transmitido ayer en el noticiario radiofónico De 1 a 3, que conduce Jacobo Zabludovsky, quien recordó que el autor colombiano le había comentado en cierta ocasión que »si yo no me diera cuenta de que hay cámaras y micrófonos, no me importaría que me estuvieran entrevistando».
A manera de »travesura», la entrevista con García Márquez fue realizada sin que el autor estuviera enterado de que se grababa con micrófonos ocultos, con todo el sonido ambiente que rodeaba a una comida informal, la cual se efectuó en vísperas de un viaje que Gabo haría a China. »La plática tenía que parecer una charla normal en esas circunstancias».
El testimonio fue dado a conocer como parte de la unánime celebración y reconocimiento internacional que se rindió a García Márquez, con motivo de sus 80 años de vida, sus 60 de escritor, 40 de haberse publicado su célebre novela Cien años de soledad y 25 de haber recibido el Premio Nóbel de Literatura.
Más que enseñar, cambio de impresiones
No obstante que el ruido del medio ambiente en el que se realizó dicha conversación no permite apreciar del todo lo que allí se comentó de manera informal, de ese fragmento de la charla se puede escuchar cómo entre broma y veras el periodista propone al escritor ser corresponsal en China, lo que provoca que salga a colación la cuestión del dinero.
-Yo sé que a ti no te interesa y nos podemos poner de acuerdo -le comenta Zabludowsky.
-Mira, mi actitud con respecto al dinero es bastante clara. A mí no me interesa tenerlo, pero no me gusta que otros lo tengan. Trato de quitárselo al que lo tiene, aunque sea para tirarlo, respondió Gabo.
En la conversación, en la que se habló de varios temas, el escritor igual comentó: »me faltó un año para ser abogado.
Es un secreto. En mi caso lo que quería estudiar era letras, pero decían que de eso no se vive. En realidad mi papá no hubiera pagado los estudios en filosofía y letras, quizá porque (el gasto) no lo iba a recuperar nunca.
»Cuando yo le decía a mi padre que iba a ser escritor, me decía ‘comerás papel’, y todavía, tú sabes, que sueño ahora que estoy comiendo papel.
»-¿Sueñas mucho?
»-Soñaba más antes. Ahora casi no. ‘‘
Al preguntarle si alguna ocasión ha pensado en dar clases. García
Márquez respondió: »Nunca. Porque no tengo absolutamente nada qué enseñar. Lo que hago es siempre cambiar impresiones, pero no un profesor aquí y los alumnos allá, porque cambia la relación por completo. Yo de tres en tres puedo ver a todos, de 30 en 30 a ninguno, pues (la situación) se falsea por completo. Dudo mucho de la cátedra en esa forma.
»Pero, bueno, porqué mejor no hablamos de toros.»
Carlos Paul