El Rosario de Navidad
El Misterio de Los Leandros
Los Carros Bíblicos
Las Fiestas de Navidad
José Félix Zavala
Pastores, pastores
Vamos a Belén
A ver a la Virgen
Y al Niño también.
Lo que se llamaba “Rosario de Navidad”, la tradición de representar en 24 carros alegóricos, pasajes de la Biblia y que al pasar los años se convertirán en las “Fiestas de Navidad” a cargo de lo que fue primero una Comisión y posteriormente, “El Patronato de Las Fiestas de Navidad”, da comienzo en Querétaro la noche del 24 de diciembre de 1828.
Sobre estos temas y sus orígenes ha corrido mucha tinta, pero la versión aquí presente sólo tiene la fuente del padre de la historia moderna de Querétaro, Valentín Frías y el trabajo de campo de un servidor por treinta años, más los recuerdos de mi infancia.
Viene al caso, que una ocasión estando el Maestro Eduardo Loarca Castillo y un servidor, en la bella sacristía del Oratorio de San Felipe Neri (Catedral), me señaló un grupo escultórico y me dijo “Ese es el Misterio de Los Leandros”.
La historia de esta obra de arte, además de anecdótica, tiene un interés sociológico, por representar la vida de los artistas y del modo de ser de los habitantes de esta ciudad de Querétaro, en un hecho curioso e importante.
Señala Valentín Frías que a él se la contó el escultor Diego Almaraz Guillén y son sus protagonistas, los indios del barrio de Santa Rosa o de Los Jauleros, Aniceto e Isidro Martínez, apodados Los Leandros debido a que varios de sus ascendientes llevaron ese nombre.
Aniceto e Isidro Martínez, “Los Leandros”, en 1846 mandaron a hacer este conjunto escultórico a Miguel Beltrán y el Niño Dios a José Arce, todo por la cantidad de 500 pesos.
Al poco tiempo se dividieron los hermanos y lo mismo hicieron con la obra de arte que habían mandado hacer, El Misterio conocido como de Los Leandros. Aniceto retuvo la imagen de la Virgen e Isidro la de Señor San José y el Niño.
Aniceto mandó hacer un nuevo San José, la cabeza copiada de uno propiedad de la Señora Especia ascendiente del Lic. Mateo Borja Torres las manos y los pies fueron hechos por Isidro Espinosa y el cuerpo por él mismo que era aficionado al arte. Aniceto murió en los últimos días de marzo de 1867.
Este es el Misterio más conocido de los dos y el que se usará para lo que hoy llamamos las fiestas decembrinas…
El otro hermano, Isidro mandó hacer la Virgen a Diego Almaraz y al niño, que estaba en estado de “rorro”, le hicieron los pies y las manos, este misterio quedó en poder de las religiosas clarisas exclaustradas que existían en Querétaro.
Es importante tener presente que lo que ahora llamamos el paso de Los Carros Alegóricos, que recorren las calles del centro de nuestra ciudad cada 24 de diciembre y van precedidos de un mes de festividades, tuvo como principio “El Desfile del Rosario de Navidad”, posteriormente se le llamó a este desfile las “Fiestas Navideñas”, que le dan tanta fama a Querétaro y preocupan tanto a las autoridades que son las que dan un valioso presupuesto para ellas.
En un principio fue una incipiente Comisión, luego se le denominó, “Patronato de Las Fiestas de Navidad” y después “Patronato de Las Fiestas de Querétaro”, pero en realidad su comisión más importante son Las Fiestas Decembrinas, llamadas en su inicio en 1828 como ya lo dije, “El Desfile del Rosario de Navidad”, realizado como hasta ahora, cada 24 de diciembre por la noche.
El desfile del Rosario de Navidad, lo cerraba en sus comienzos y antes de que existiera el Misterio de los Leandros, un Misterio propiedad del Lic. Sotelo, factura de Laureano Montañés.
Los esquilones de la Torre de San Francisco llamaban y reunían a la sociedad queretana en su conjunto, a las ocho de la noche. Habrían la marcha los tamborcillos de mano, enseguida un grupo de enanos y la historia bíblica ejemplificada en 24 carros, siendo el primero el de La Creación, luego el del Paraíso, La Peña de Orbe, La Cena de Baltasar, Judith y Holofernes, Josué manda parar el sol, Esther ante el rey Asuero, El Becerro de Oro, José y Sus Hermanos, etc.
Cerrando el desfile el carro de La Posada, con su negrito con todo y linterna y atrás iba el carro denominado “La Cabaña”, donde se presentaba el nacimiento del Niño Dios, entre la algarabía de la gente, los pastores y un conjunto de animales domésticos sobre él. Cerraba este desfile del Rosario de Navidad, el Misterio, cargado en andas, bellamente decorado.
Muchos años al comienzo de esta centenaria tradición queretana, las andas que llevarían El Misterio de Los Leandros al desfile del Rosario de navidad se decoraban en la casa de Francisco P. Meza y después las andas nuevas mucho más grandes y acompañadas del Ángel, los Pastores y los animales, ya no se pudo hacer dentro de una casa, por lo que se decoraban bellamente frente a la casa de Los Leandros.
Tras el Misterio seguían Los Reyes Magos, con lujoso trajes y montados a caballo, con una recua llevando los regalos de oro, incienso y botellas de vino, atrás un grupo de arrieros y mujeres vestidas de campesinas con sombrero ancho, entre silbidos, gritos, guajes de agua, haciendo tortillas y los hombres fumando y tomando.
Esperamos que el Patronato de las Fiestas de Querétaro siga siendo innovador constante, sin dejar el cimiento que dio origen a estas fiestas decembrinas, que tuvieron su origen en las posadas con su tradicional rosario, canto de las letanías, procesión y recreación, actos de devoción de todos los queretanos.