México y la reforma sobre derechos humanos
México ratificó una discutida reforma a su Constitución en materia de derechos humanos. Luego de la aprobación del Senado a los cambios a la carta magna, el 8 de marzo, era necesario su confirmación en 17 de los 31 congresos locales de la República.
Con el aval del parlamento de Tamaulipas, apenas ayer, quedó en firme la iniciativa. El acontecimiento tuvo impacto no sólo en lo político y en lo social, sino también en lo religioso. Al respecto los católicos se debaten entre la confusión, la duda y el desánimo.
Desde el inicio se trató de una reforma controvertida, de ello reportamos aquí. Aunque el nuevo texto constitucional contiene avances significativos, los cuales sería hipócrita negar, también incluye innegables y peligrosas lagunas, tanto en materia de “libertad religiosa” como en temas de “diversidad sexual”.
Previo a su aprobación el mundo católico mexicano acogió la iniciativa con variadas posturas que, luego de la luz verde del Senado, se fueron configurando a grandes rasgos en dos polos: los optimistas y los pesimistas. Los primeros buscaron rescatar todos los puntos positivos de la reforma (tratando de minimizar sus fallas) mientras los segundos apostaron a su no-aprobación en los congresos locales.
La ruptura involucró algunos obispos, entre otros al presidente de la Conferencia del Episcopado Carlos Aguiar Retes y al cardenal Arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez. Pese a los intentos por mantener la unidad impulsados desde diversos ámbitos y pastoreados por un hombre de paz como el nuncio apostólico Christophe Pierre, la divergencia fue inevitable.
La situación quedó evidenciada en una carta escrita por Sandoval Iñiguez y enviada el 18 de marzo a todos los obispos de México (la reproducimos completa abajo). Los comentarios sobran.
Epílogo: el laicado católico ha visto pasar ante sí, desunido y confuso, uno de los cambios más trascendentes de la historia moderna de México. No ha podido (o sabido) reaccionar. Una lección para el futuro. Mientras tanto grupos feministas y de izquierda festejan la reforma. ¿Por qué será?