«Una biblioteca en Querétaro» la de Mario Rodríguez

“AQUELLOS TIEMPOS”.

Mario Rodríguez Estrada.

“LOS LIBROS SON LOS PILARES DE LA LIBERTAD DE LOS PUEBLOS”.- Sarmiento.-Maestro Argentino.-

¿Los has leído todos, abuelo ?.-

(Con afecto para mis queridos amigos Francisco y Javier García Muñoz).-

A pesar del dominante calor imperante en estos días, al fin pude compaginar, glosar y encuadernar, mis antes, desperdigados ejemplares periodísticos, acerca de los libros…así uní en un solo tomo: “Los libros tienen la palabra”, “Confabulario”, “Ojarasca”, “Hoja por hoja” y “Página tras página”…todos ellos hablando espléndidamente de los libros.

Al reunirlos han formado una verdadera obra de arte, sin obstar que son de variadas y no continuas fechas, a partir de 1999, abarcando los escasos ejemplares que pude conseguir de los años 2002 al 2008, y los poquísimos de estos últimos años, pareciera que han desaparecido…así, recorrer sus páginas constituye un verdadero placer…deteniéndose mi atención en algunos de los más bellos artículos, como el aparecido en “Hoja por hoja”, del mes de marzo del 2006, en cuya página 28, Vicente Leñero escribe: “LIBRO ALBEDRIO”…y como subtítulo: ¿Los has leído todos, abuelo?…refiriéndose a sus inicios en los bellos senderos de la lectura…dice:

“Leer es un vicio, más tenaz que el del tabaco, y se nace con él”

…narra que poco a poco se fue llenando su casa de libros, lamentándose no haber conservado los viejos volúmenes de la colección “Molino”, que con tanto placer leyera él y sus hermanos…y aquí, ufanamente, me toca decirle a Don Vicente, que con esto si le gané, pues yo también los leí, no obstante que fueron editados en la década de los treintas, un admirado primo-hermano, Enrique Fernández Rodríguez, al ver mi interés por la lectura, tuvo a bien apartarlos de su copiosa biblioteca y me los regaló.

Tanto me gustaron que los conservé y en cuanto pude los mandé empastar, convirtiéndose en admiradas joyas de mi biblioteca personal.

Don Vicente narra la forma en que fue leyendo los libros de Salgari, de Julio Verne, para después pasar a la “Ilíada”, la “Odisea”, terminando su etapa juvenil con el mismo señor “Don Quijote”…al saberlo, el pecho se me llenó de emoción, pues resulta que fue el mismo proceso del suscrito…incluso Don Vicente comenta que su siguiente paso, fue mandar construir sus viejos libreros, y lo que le costaron…y al “suscrito” como no tenía mucho, ni poco dinero, es decir navegaba en la más grande y honda pobretonería, hubo de armarme de valor, tomar medidas de sus paredes y comprar maderas de segunda y aún de tercera y cuarta y construirlos, poco a poco, a la par que aprendía el bello arte de la carpintería, desaparecían las paredes “útiles”, así que tuvo la necesidad de invadir las propias escaleras, añadir un cuartito de estudios a su pequeña casa, el que pronto se vio mucho más parvo al retacarlo de nuevos y viejos libros…y aquí me hago la misma pregunta que se hace Don Vicente al ver reunidos tantos libros: “Por eso cuando alguien entra en mi apretado estudio-biblioteca, y recorre con la mirada los que serán, ¿cinco mil volúmenes o menos?, pregunta con la ingenuidad del tonto o con la fresca inocencia de una nieta : ¿LOS HAS LEIDO TODOS, ABUELO?.-

“Qué significa leer, me pregunto a mí mismo (dice Don Vicente), qué tanto puede leer a lo largo de una vida de lector. Un hombre cualquiera, digamos, no un crítico literario, ni un estudioso, ni un obsesivo, ni un loco digno del diccionario de psiquiatría, un ser humano normal, que además necesita trabajar, comer, dormir, copular, reunirse con los otros, viajar, ir al cine o ver teatro, festejar, reír, ponerse a rezar o pensar”.

“¿Cuántos libros puede leer un hombre normal, un escritor común en el tiempo que dilata su existencia?…¿un libro a la semana?…está bien, un libro a la semana y ya se es un buen lector, porque hay momentos en que habrá que enfrentarse a la “Ilíada”, al “Quijote” y a otros mucho más rechonchos que estos a una tarea de más de siete días”…”un libro a la semana son cincuenta libros al año, y en una vida activa de lector de ¿Qué te gusta?, ¿setenta años?, y ya es mucho, solamente logra engullir tres mil libros en su larga existencia, tres mil escasos libros que no alcanzan a convertir un estudio en biblioteca, y que se verían ridículos de tan pocos en una librería que se precie de serlo…¿LOS HAS LEIDO TODOS, ABUELO?.”

El suscrito manifiesta su admiración para Don Vicente, y la exacta cuenta de sus matemáticas, y le expone que a veces un libro nos gusta tanto o se convierte en referencia de nuestra vida, al que continuamente acudimos para volver a tomar oxígeno y darnos nuevos ánimos…así los 22 tomos de los “Pardillán” de Michel Zevaco, “Currito de la Cruz” de Alejandro Pérez Luguín, y los”Dientes del Dragón” de un tal Powell, los releo por lo menos dos veces en el año, así que si la cuenta no nos falla, debo haberlos re leído un poco más de cien veces ( 73 de edad multiplicados por 58 años de lector)…Reciba Don Vicente Leñero un afectuoso abrazo de su “queretanensis” amigo leedor “desde” “Aquellos tiempos”…Mario RE.-

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