Texto de una buena costumbre de Faustino Armendáriz, el nuevo obispo de Querétaro, esperando no la pierda

Un Nuevo Pentecostés para los jóvenes del mundo

Reflexión del evangelio dominical por Mons. Faustino Armendáriz.

Con este escrito, el Señor Obispo luego de dos años y medio de cada domingo escribir la reflexión para su espacio «Palabra dominical» concluye con esta meditación sobre la fiesta de Pentecostés.

Gracias Mons. Faustino, por sus reflexiones y Dios permita continúe este trabajo de semana a semana de compartir ahora desde el sitio de la Diócesis de Querétaro.

DOMINGO DE PENTECOSTES Jn. 20, 19 – 23
Un Nuevo Pentecostés para los jóvenes del mundo

Esta narración es un testimonio patente de que el Espíritu Santo crea hombres nuevos dándoles un rumbo claro y nuevo en su vida. Hoy, al conmemorar en Pentecostés la donación del Espíritu Santo, se nos relata cómo estando los discípulos TEMEROSOS y sin saber qué hacer, reciben el don del Espíritu Santo que los llevará a proclamar la Buena Nueva a todos aquellos que se encontraban en la ciudad. La comunidad de los discípulos es presentada como el nuevo pueblo de Dios, lleno del Espíritu que da testimonio de Jesús, el Mesías. De ahí que Pentecostés sea también la fiesta del nacimiento de la Iglesia.

Jesús ya les había prometido el Espíritu y ahora se hace presente en medio de ellos y les desea la paz, el shalom, es decir la plenitud de los bienes de Dios, la vida, la salud, la búsqueda de la justicia y armonía personal y social. Les manda además continuar su misión, que precisamente le había llevado a la muerte terrible que tanto les asusta.

Quiero subrayar que en la experiencia de Pentecostés, no solamente tenemos la oportunidad de vivirla permanentemente, sino que realmente la vivimos. Y lo hacemos en esos momentos en que reunido un grupo de jóvenes catecúmenos, se invoca la presencia del Espíritu Santo sobre ellos en el sacramento de la Confirmación. El Obispo les hace la señal de la cruz en la frente e imponiéndoles las manos les dice: “Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”, “La paz sea contigo”.

La alegría debe invadir al joven ante la presencia de este regalo y la vida tienen que reorientarse; poco a poco y a veces en contra corriente, se va concientizando al joven de la gran responsabilidad que adquiere como fruto de la experiencia de este “Nuevo Pentecostés” en su persona y en la comunidad.

El Evangelio de hoy, nos señala que enseguida son enviados a la misión. Este es el reto de la Iglesia, que como fruto de la vivencia sacramental vayamos creciendo en la experiencia de la misión, o de los compromisos que desde nuestro bautismo hemos adquirido. El discípulo que experimenta el gozo de tenr el Espíritu Santo en su vida, irremediablemente orientará sus pasos a la misión, a hablar del amor de Dios en todo momento y en todo lugar. ¿Queremos un mundo nuevo? Era un interrogante de los Obispos reunidos en Aparecida, Brasil; la respuesta fue que solamente se puede tener un mundo nuevo, con hombres y mujeres nuevos que respondan a las expectativas de hoy, si anunciábamos un Nuevo Pentecostés.

Vale la pena insistir en que los jóvenes, acompañados por sus pastores, abran las puertas a la luz y fuerza del Espíritu y se disipen sus temores, para anunciar la Buena nueva en sus comunidades. Es posible porque no están sólos, el Espíritu, su luz y fuerza les acompaña y nosotros queremos caminar con ustedes. ¡Animo!

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