A indignarse es el llamado del Rector de la UNAM ante la situación que vivimos en México
Al igual que en España, en México conviene sacudirse y molestarse por esos problemas, dice
Llama Narro Robles a indignarse ante pobreza e injusticia en el país
Es necesario un cambio; la nación merece un mejor destino, considera el rector de la UNAM
El rector José Narro Robles, flanqueado por los ministros de la Suprema Corte, Fernando Franco y Guillermo Ortiz Mayagoitia, durante la inauguración de una obra escultórica en la UNAM
Laura Poy Solano
La Jornada
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, aseguró que México debe “indignarse” ante los persistentes problemas de pobreza, desigualdad e injusticia que vive el país.
Es tiempo de tomar la decisión de “resolver algunos de los problemas de siempre para emprender los grandes cambios”.
En el acto de inauguración de la obra Los caminos de la justicia hacia el siglo XXII, del escultor Sebastián, instalada a un costado del Estadio Olímpico, en Ciudad Universitaria, aseguró que al igual que miles de jóvenes que participan en España en el llamado M-15 o movimiento de los indignados, en nuestro país “conviene sacudirse, molestarse e indignarse, y al mismo tiempo hacerlo con lo que ellos están encontrando, el antídoto para eso: con la ilusión”.
Agregó que frente a las condiciones de pobreza de un sector de la población y la falta de oportunidades para miles de jóvenes que no pueden estudiar ni trabajar, “uno piensa que ya es tiempo de que México emprenda los grandes cambios y tome grandes decisiones, porque nos pasa que en los promedios mejoramos, pero esa enorme desigualdad sigue ahí presente. Los problemas de pobreza, ignorancia e injusticia por desgracia siguen acompañando a México en la segunda década del siglo XXI”.
Grandes diferencias y brechas
En el acto, al que asistieron Guillermo Ortiz Mayagoitia, magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y María del Carmen Alanís, presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), instituciones que impulsaron la realización de la pieza escultórica, Narro Robles afirmó que pertenece a una generación que no quiere “seguir heredando” estos problemas, pues es necesario rediseñar el esquema de desarrollo de la nación, pues “en este modelo, donde en medio de los promedios se esconden grandes injusticia, diferencia y brechas, ya no es pertinente”.
México, indicó, debe cambiar. “Pensar en los asuntos de fondo en los que todos debemos contribuir y hacer lo necesario para comprender que el estado cosas y la forma de actuar no puede seguir siendo la de siempre. No se pueden mantener los mismos niveles de pobreza y desigualdad. Nuestro país merece un destino mejor.”
En su mensaje, la presidenta del TEPJF destacó que ante las condiciones de pobreza, injusticia y desigualdad es necesario reflexionar sobre el rumbo que “queremos para la justicia del siglo XXII”, pues “todavía hay quienes creen que es posible el desarrollo nacional sin que los jóvenes tengan oportunidades de educación y desarrollo; que los aparatos de justicia están ahí para defender a los poderosos y que las mujeres en espacios de poder son vulnerables. Se equivocan”.
Por ello, propuso iniciar una reflexión sobre el ejercicio pleno de los derechos fundamentales, el estado constitucional y la democracia, pero también el acceso a una justicia global, a través del derecho y las jurisdicciones internacionales. Destacó la importancia de mantener la independencia judicial y erradicar cualquier presión sobre los juzgadores, así como debatir sobre inclusión política, distribución del ingreso y derechos sociales.
Alanís Figueroa afirmó que tampoco se puede soslayar el mensaje de los jóvenes que reclaman que el ejercicio de la política y el gobierno se realice sin tomarlos en cuenta, pero también el silencio de muchos que “ni estudian ni trabajan, o los que al no encontrar formas de participación prefieren alejarse de las cuestiones públicas, dejando atrás sus expectativas y sueños”.
Al respecto, el rector enfatizó que es necesario resolver problemas coyunturales como la inseguridad, pero también construir un entramado de derechos sociales que “no estén sólo plasmados, sino que se cumplan y sean efectivamente reclamables para los ciudadanos”. Es necesario un marco jurídico “mucho más consistente entre el deber ser y lo que sucede en realidad”.