El gran salto de Darkstar
Por: Daniel Verdú
Los miembros de Darkstar en CaixaForum hace dos semanas. Foto de Cristóbal Manuel.
Estos tres músicos ingleses (James Buttery, James Young y Aiden Whalley) de la foto se conocieron en el colegio y coincidieron luego en la universidad estudiando tecnología musical. El asunto es que, como muchos de los grupos o artistas salidos en los últimos dos años en los aledaños de la escena dubstep inglesa, empezaron a producir música influenciados radicalmente por las noches y los sonidos de Plastic People, las míticas fiestas del club londinense Forward. Como a Darkstar (que toman el nombre de la película de ciencia ficción de John Carpenter), les sucedió también a James Blake o Mount Kimbie, que comparten con ellos una tendencia a reclinarse hacia el pop y alejarse cada vez más de las texturas rugosas de aquellas noches.
Hace dos semanas Darkstar actuaron en el ciclo de música experimental que organiza CaixaForum (han pasado ya por ahí Actress, Fennesz o Tim Hecker) y repasaron su North, el álbum que les puso en órbita de la mano de Hyperdub, el magnífico sello de Steve Goodman (Kode 9) donde publican, entre otros, Burial u Ossie. Un par de horas antes, en su camerino verde fosoforito, estuvieron repasando sus planes y su trayectoria. Y una de las novedades es que abandonan la casa que lanzó su carrera. Después de tres maxis y un exitoso LP, el trío ha fichado por Warp y sacará en el mítico sello de electrónica (y alrededores) sus próximos cuatro discos.
“Sí, ese podría ser el trabajo de un artista a lo largo de toda una vida. Pero nosotros tenemos que hacerlo en cuatro años, es el trato. Aunque no hay que temer, trabajamos duro”, explica James Buttery, cantante de Darkstar. Duro y disciplinado, porque el grupo se han mudado a una casa de campo al norte de Londres para grabar sus próximos cuatro álbumes. Trabajan ordenadamente, con horarios, coordinados, librando los sábados… “Todo el mundo nos ha dicho que es mejor así. Es como un trabajo de 11 a ocho. Paramos para comer… Intentamos ser disciplinados. Es bueno para la cabeza… luego puedes ver a tu novia, descansar…”, revela Buttery.
Los tres hablan maravillas de Goodman, que por twitter les dijo: «me gustaría enviar mi amor y gratitud a Darkstar y desearles lo mejor en Warp Records y de su experiencia en uno de los sellos más interesantes de Europa». Reconocen que Hyperdub fue la plataforma que les catapultó al éxito, pero que había que seguir creciendo. ¿Motivos del cambio? “Hombre, por dinero. Ja, ja, ja… bueno, eso y que desde el primer momento nos entendimos bien con Warp. Vinieron a todos los conciertos que hemos dado últimamente y vieron el giro que estábamos dando, lo comprendieron enseguida”.
Desde North, y especialmente con el adelanto que han recibido de Warp, la banda ya es totalmente profesional y todos viven de ella. Como suele suceder, el grupo tiene ya un contrato 360º y Warp les ha puesto a girar como locos por toda Europa (recuerdan con especial orgullo su concierto en el Primavera Sound del año pasado). Acaban el nuevo disco en cinco semanas y se publicará en abril. No tienen ni idea de cómo se llamará todavía, pero no tendrá nada que ver con aquellos paisajes espaciales y fogonazaos de vaporosas centrales térmicas. “Sonará muy distinto. Podríamos decir que son pequeñas canciones. Hemos experimentado con guitarras acústicas y pianos. El sonido crecerá mucho. Ya no vamos a clubes y la electrónica tipo dubstep ya no es una influencia directa. La verdad, toda esa escena resulta un poco cansina ya. Han pasado ya casi diez años desde que explotó, debería renovarse un poco”, señala James Young, que dice que durante el proceso de grabación de este LP ha estado escuchando a Kurt Weill, Björk o Radiohead. Algunas de las influencias a las que se se está sometiendo la banda ahora, dicen.