Basílica vaticana: El monopolio conviene más
El Vaticano recibe, cada día, decenas de miles de visitantes. La industria del turismo en torno al templo más famoso de la cristiandad mueve millones de euros. Dinero suficiente como para asegurar el mejor servicio de acogida a un costo razonable. Pero no siempre es así y el caso del doble costo de las “audio guías” lo demuestra. Por dar la exclusividad a empresas distintas, la Basílica y los Museos obligan a pagar doble un mismo servicio.
basilica-san-pedro-interiorDesde hace años la Fábrica de San Pedro estableció la obligatoriedad a los turistas que entran a la basílica de alquilar unas pequeñas radios de comunicación para evitar que los guías griten y se genere el caos. Una exigencia razonable, a la cual se adecuó la mayor parte de los operadores turísticos. Algo similar ocurrió con los Museos.
Pero a inicios de este año la Fábrica comunicó a todos los agentes del sector que a partir del 2 de abril la exclusividad de la distribución de estas radios dentro de la basílica la tiene una sola empresa: la Vox Mundi.
La noticia causó inmediato estupor, porque estos aparatos no son sistemas automatizados que expliquen las obras de arte (llamados “audio-guías”), sino simples intercomunicadores que se deben usar por orden de la misma Fábrica. De hecho, actualmente, si un grupo de amigos se reúne para visitar San Pedro y uno de ellos explica a los demás el panorama sin usar esas radios, los vigilantes lo frenan inmediatamente.
Con esa decisión de facto la Vox Mundi se alzó con un monopolio, marginando a otros empresarios del sector que habían invertido en los aparatos justamente para estar de acuerdo con las exigencias anteriores de las autoridades vaticanas.
Actualmente todos los turistas que circulan por la basílica están obligados a alquilar las radios con esa empresa. Si cuentan con sus propios aparatos los pueden usar, siempre y cuando paguen al concesionario oficial 1,50 euros por persona como “cuota de registro”. Siempre y cuando ingresen al templo desde la Plaza de San Pedro, porque si acceden por los Museos Vaticanos su pago será el doble. Esto porque allí la exclusiva no la tiene la Vox Mundi, sino una compañía distinta: la Antena Audio.
Entre los entes que expresaron su molestia destaca la Fiavet, la asociación de empresas turísticas de Lazio, que reúne a 350 agencias de viaje y que transmitió su “más viva preocupación” al arcipreste de la Basílica de San Pedro, el cardenal Angelo Comastri.
“Mencionamos el agravarse de los costos que deberá ser sostenido en un momento en el cual todos los esfuerzos de las empresas del sector turístico y no, están dirigidos a contener al máximo los gastos”, se lee en una carta enviada por la Fiavet al purpurado. Pero ni las cartas, ni la disposición a un diálogo para obtener una solución tuvieron resultado.
Tras varias quejas y reuniones con la Fábrica de San Pedro, los gestores lograron sólo que a los turistas les permitiesen usar en la basílica las radios que traen ya desde los Museos, pero esa medida sólo les ha ahorrado las largas filas para el cambio de aparatos y no el doble pago por los mismos. Es decir, no importa quien sea el dueño de las radios siempre que los usuarios paguen su cuota al monopolio. Y si no pagan, son inmediatamente bloqueados.
Consultada por el Vatican Insider, la Vox Mundi explicó que es concesionario oficial desde el 2007 por cumplir con los requisitos exigidos y rechazó la existencia de cualquier polémica al respecto.
“Para garantizar el decoro y la actividad litúrgica se hizo necesario activar un sistema de monitoreo y disciplina de los flujos de los grupos que desarrollan su actividad turística dentro de la Basílica. Las medidas adoptadas tienen también el objetivo de frenar el fenómeno del ejercicio abusivo en el mundo del turismo y en particular en este lugar sagrado”, señaló la representante Valentina Bancone.
Una posición que coincide, en general, con los argumentos de la Fábrica de San Pedro: lucha a los abusivos y más control.