Se fue «La Negra» Graciana

Harán homenaje post mortem a la arpista ‘La Negra’ Graciana

Niza Rivera

Cultura y Espectáculos

(apro).-

El Instituto Veracruzano de la Cultura rendirá un homenaje post mortem en el teatro Reforma del puerto de Veracruz a la arpista Graciana Silva, quien falleció ayer a los 74 años, a pesar de que en su momento La Negra Graciana, ícono del son jarocho, fue menospreciada en su tierra por años no obstante su rotundo éxito en Londres, Chicago y París (Proceso 1002).

 

El cuerpo de la arpista fue velado ayer por la noche en la funeraria del Instituto Mexicano del Seguro Social, ubicada en la avenida Díaz Mirón en Veracruz.

 

Entre las últimas presentaciones de La Negra Graciana en el extranjero fue la The México-Festival en Berlín, Alemania en 2002, y en México en el Encuentro de Jaraneros de Tlacotalpan, que se realizó en febrero pasado, donde recibió un amplio reconocimiento por su aportación musical.

 

La arpista, quien provenía de una familia de músicos originarios de Medellín de Bravo, Veracruz, nació en el rancho Puente de Ixcoalco, Medellín de Bravo, en donde desde niña conoció el sonido del arpa. Dice en la biografía de Discos Corazón, la casa disquera que le grabó discos:

 

“Un día mi papá fue por don Rodrigo, un arpista cieguito de los dos ojos, hasta Rancho del Padre y se lo trajo a Puente Ixcoalco para que le diera clases a mi hermano Pino. Cuando llegó el cieguecito a la casa y empezó a afinar el instrumento ¡qué cosa más linda! Sentí como si me diera un salto el corazón. Yo oí esos sonidos tan bonitos que… no sé cómo explicártelo. Fue entonces que me dije: yo voy a tocar el arpa”.

 

La Negra Graciana recorrió durante años los bares del Puerto de Veracruz. Fue en uno de ellos donde en 1992 conoció a Eduardo Llerenas, productor musical y fundador de Discos Corazón, quien quedó sorprendido de su habilidad y virtuosismo. Para entonces ella tenía 56 años.

 

Tocaba el arpa con los arpegios usuales hasta que tuvo la destreza para los cambios rápidos, así realizó trineos e improvisaciones que se convirtieron en su sello característico, pero también era conocida por sus décimas (10 versos alineados).

 

En su carrera grabó Sones jarochos, con el Trío silva (1994); En vivo desde el Théâtre de la Ville (1999), y Moliendo Café (2004).

 

Proceso la entrevistó en diciembre de 1997, previo a una gira que realizó en Paris, Francia:

 

“Yo no he compuesto porque creo que el son jarocho no tiene ninguna clase de composiciones más. Han compuesto porque el difunto Andrés Huesca dejó unos sones, el tal Canto a Veracruz y otras. El son jarocho es único, lo que está escrito y yo toco: El siquisirí, El balajú, El pájaro cú, La guacamaya, El cascabel, La morena, La bruja, La iguana, El zapateado, La décima de la tienda, El jarabe loco… Son sones que ya nadie los puede superar ni modernizar: ese es el estilo original. Mis padres siempre me apoyaron gustosos por que yo siguiera adelante. Entonces no había bailes de música tropical como hay ahora, eran de danzoneras y cuerdas, hasta las cinco de la mañana”, dijo la arpista.

 

—¿El éxito le llega tarde?

 

—Me hubiera gustado triunfar de más joven, pero si no se pudo, cuando menos, ahora de viejita, ando contenta. Tengo muchas melodías más, muchas y diferentes, mi repertorio es como de 50 canciones.

 

—¿Qué espera de la vida?

 

—Tengo lo que me hace falta, estoy tranquila, contenta, a gusto. Yo no espero nada más que vida y salud que Dios me dé y la Virgen Santísima de Guadalupe: vida y salud, porque ya tengo todo gracias a Nuestro Señor. Se siente bonito el reconocimiento, porque como dijo don Eduardo Llerenas, me tenían acá olvidada y solita en Veracruz.

 

 

Muere “La Negra” Graciana, emblema del son jarocho

Era la única mujer que tocaba el arpa en Los Portales del puerto y desde ahí proyectó su canto y su música al mundo.

Luz María Rivera, corresponsal

La tarde calurosa de ayer, en Los Portales de Lerdo, la noticia era confirmada por los músicos soneros jarochos que aún vienen a tocar en los bares: La Negra Graciana, la arpista y decimera de Medellín, ha muerto.

A sus 79 años Graciana Silva, la única mujer arpista que por años fue emblema del son jarocho tradicional,y que se le veía llegar a Los Portales cargando su arpa en una mano y en la otra el paliacate jarochisimo y rojo,para enjugar el sudor que bañaba su rostro y cuello cuando cantaba, tocaba, improvisaba y reía, se fue; y al menos supo del reconocimiento a su arte en Tlacotalpan durante las fiestas de La Candelaria este año, gracias al documental dirigido por Carlos Saldaña Sandria y el grupo cultural Idea Morada, titulado Tu vida, nuestra historia.

Graciana nos confiaba que el sello Corason de Eduardo Llerena, no le dio todo lo prometido por la grabación que ella aceptó en 1994 La Negra Graciana, Sones Jarochos con el Trío Silva y que hizo acompañada de su hermano Pino Silva, Zeferino Romero en el requinto y su cuñada Helena Huerta, también arpista. Si bien arqueaba una ceja para reconocer que por ese disco, su «ópera prima» para el mundo comercial discográfico, había conocido Europa, realmente las ganancias monetarias nunca las vio como soñó.

La Negra Graciana se presentó en prestigiosos teatros de Europa y América como el Royal Festival Hall y el Barbican de Londres, el Harbour Centre de Toronto y el Theatre de la Ville de París; en este último fue grabado su segundo álbum “La Negra Graciana en vivo desde el Theatre de la Ville, París”, producido en 1999. También, participó en The México-Festival in Berlin, en 2002.

 

 

Despiden a La Negra Graciana, arpista y decimera veracruzana

Rodrigo Soberanes

Durante el homenaje a La Negra Graciana, compañeros músicos hicieron guardia

La arpista y decimera veracruzana Graciana Silva, fallecida el lunes a sus 79 años, fue despedida con un homenaje de familiares y músicos en el Teatro de la Reforma de la ciudad de Veracruz.

La imagen que el puerto de Veracruz tiene de La Negra Graciana es la de una mujer jovial cargando su arpa en los portales del zócalo de la ciudad ofreciendo sus décimas y su música, dijo el maestro de ceremonias.

“Ella llenaba de gente los rincones de la ciudad con su música”, recordó Roberto Córdoba Silva, el primero de sus hijos que habló desde el escenario del teatro con el cuerpo presente de su madre.

El Instituto Veracruzano de la Cultura (Ivec) le organizó el homenaje de cuerpo presente para despedirla antes de que el cortejo fúnebre partiera al municipio de Medellín, de donde ella era originaria.

Sus décimas y su arpa la llevaron a conocer el mundo, y adonde iba, “siempre decía que era de Medellín” y, al regresar, volvía con su arpa a cuestas a Los Portales a ganarse la vida, a “portalear”.

Este lunes, “la décima y el arpa de La Negra callaron” y su cuerpo fue despedido por sus ocho hijos y los músicos que la acompañaron a sus giras internacionales.

En lugar de un cura rezando, estuvieron los músicos pidiendo “que repiquen las campanas de Medellín” porque para allá iba el féretro rosado de la señora nacida el 18 de diciembre de 1933.

El grupo Estanzuela, los Hermanos Ochoa y talleristas tocaron en el homenaje y montaron guardias de honor sin que la música y el zapateado se detuvieran.

El director del Ivec, Alejandro Mariano Pérez, informó que el Festival Afrocaribeño 2013 será celebrado en honor a La Negra Graciana y que será edificado un busto para recordarla.

“Aunque sea en este momento, pero (el gobierno) la tomó en cuenta y estamos muy agradecidos”, recordó José, otro de sus hijos.