El primer actor Gonzalo Vega falleció

El primer actor Gonzalo Vega falleció esta mañana a los 69 años, según confirmó esta tarde la Asociación Nacional de Intérpretes (Andi) y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) a través de sus portales. La noticia cimbró al gremio actoral que a través de redes sociales lamentó el deceso.

CIUDAD DE MÉXICO

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El actor que sufría de síndrome mielodisplásico, enfermedad donde se dañan las células productoras de sangre de la médula ósea, entró y salió de diversos hospitales desde el año pasado, pues debido a su tratamiento requería de plaquetas de sangre cada determinado tiempo, ya que la mielodisplasia es considerada un tipo de cáncer.

En diversas ocasiones familiares y sus hijas, las actrices Marimar y Zuria Vega, llegaron a solicitar por redes sociales donadores de sangre.

Gonzalo Agustín Vega y González trabajó en cine, teatro y televisión. Hijo de padre español y madre mexicana nació en esta ciudad el 29 de noviembre de 1946 y estudió Filosofía y Letras en la UNAM. Inició su carrera actoral en 1968 en teatros, siendo su primera puesta La ronda de la hechizada, de Hugo Argüelles.

En televisión se le recuerda por el protagónico junto a Diana Bracho en Cuna de lobos, y en cine cerca de 60 cintas en trabajos como “Las pirañas aman en cuaresma” (1969), “El juicio de Martín Cortés” (1974), “Las poquianchis” (1976), “El lugar sin límites” (1978), película que le dio “Mejor coactuación masculina”; “Nocaut” (1984), “Nosotros los Nobles” y “The boy who smells like fish” (2013).

En teatro se le recuerda por La señora presidenta que mantuvo en cartelera por dos décadas, además de su papel en Don Juan Tenorio.

El actor se retiró de los escenarios en 2010 luego de que erróneamente se le diagnosticara leucemia.

Sin duda la mejor actuación de Gonzalo Vega, quien hoy falleció a los 69 años, fue en la película El lugar sin límites (1977), de Arturo Ripstein, ya que obtuvo el aprecio crítico e incluso la cinta gozó de un éxito taquillero.

El filme, basado en la novela homónima del chileno José Donoso, se centra en La Manuela (Roberto Cobo), un travesti, y su hija la japonesita (Ana Martí), quienes poseen un prostíbulo en el pequeño pueblo del Olivo, cuyo cacique don Alejo, desea vender.

Al regresar al pueblo Pancho (Vega), antiguo protegido del cacique y cliente del prostíbulo, tanto La Manuela como la Japonesita se ven atrapadas por los impulsos sexuales de Pancho. Éste, al estar alcoholizado, muestra realmente su lado homosexual con La Manuela, quien sufre un final trágico cuando Pancho es criticado por su cuñado por haber besado en la boca a La Manuela.

Aquí, el clímax es el enfrentamiento de un homosexual y de un tipo muy macho en apariencia. En 1978 Cobos se llevó el Ariel a Mejor Actor por su papel de La Manuela y Vega ganó coactuación masculina por Pancho.

Este trabajo en colaboración con el novelista argentino Manuel Puig esconde un miedo al homosexualismo en el macho mexicano. Sentimiento homofóbico que condena a quienes forman parte de este grupo de maricas hasta las instancias del asesinato. Y Vega hizo muy bien su papel.

Su última aparición en la pantalla grande fue en Nosotros los nobles (2013), dirigida por Gary Alazraki, una de las películas con más espectadores en México y América Latina, según el Instituto Mexicano de Cinematografía con 7.0 millones de espectadores y la segunda más taquillera con ingresos de 327.52 millones.

La historia se sitúa en la Ciudad de México del año 2013, y Germán Noble (Vega), un gran empresario con grandes ingresos, se da cuenta de que sus hijos Javier (Luis Gerardo Méndez), Bárbara (Karla Souza) y Carlos (Juan Pablo Gil), no están haciendo nada de su vida, sólo se mantienen de él, a lo cual Germán siempre recurre al argumento de que se encuentran tristes y deprimidos debido al fallecimiento de Beatriz, su madre.

El teatro

Alrededor de 23 años interpretó la obra teatral La señora presidenta, cuyos temas principales son el sexo y la política. Él mismo recordó a esta agencia, hacia 2014, momento en el cual organizaba funciones de este montaje en la capital mexicana, que cuando se estrenó en 1991 causó revuelo:

“El tópico del sexo siempre llama la atención y por eso acudieron a verlo, además, en ese tiempo casi no se tocaba ese asunto.”

Nunca pensó que se iba a enriquecer la pieza con los años:

“Siempre interactuamos con el público de acuerdo con lo que va pasando en el país, donde han ocurrido hechos que jamás supuse que pasarían, incluso la violencia, aunque no es una historia sólo de política, también habla de la mujer.”

Entonces confesó:

“Pero desde Salinas de Gortari hasta Peña Nieto, han tenido sus particularidades. Y han despertado en mí la inquietud de hacer una sátira, con un humor que el público ha aceptado muy bien.”

La señora presidenta transcurre en la sala de una casa en la Ciudad de México. Martina (Gonzalo Vega), su esposo Máximo y su hija Catalina llegan procedentes de Monterrey a visitar a Martín (también lo personificaba Vega) y a su esposa Julieta.

Martín es mujeriego, dueño de una galería de arte que siempre ha sido mantenida por su hermana Martina, quien a diferencia de su hermano, es una mujer decidida y de carácter fuerte y dominante, que vive frustrada porque su marido no le cumple sus “más íntimos deseos”.

Martín y Martina son hermanos mellizos, casi idénticos y han estado distanciados por mucho tiempo, por lo que la familia entera teme por el inevitable reencuentro.

Política, relaciones de pareja, rivalidad de género e infidelidad son algunos temas que ofrecía el actor con excelente humor, en 90 minutos.

La señora presidenta ha sido calificada por la crítica especializada como una de las puestas en escena más originales y divertidas en la historia del teatro en México.