Jaime Humberto Hermosillo presentó Un buen sabor de boca, que distribuye en línea
Abrí todas las redes sociales; ya no tengo que pedir permiso al productor para difundir mis trabajos, afirma en el FICG
Nunca podremos prescindir de ver las películas en una sala, aclara
A Jaime Humberto Hermosillo no le interesa hacer cine de enorme presupuesto
Jorge Caballero
La Jornada
Guadalajara, Jal.
El cineasta Jaime Humberto Hermosillo está en su hábitat natural: el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), y celebra su cumpleaños cinematográfico. “Me gusta festejarlo al estilo Alicia en el país de las maravillas. Decidí que no fuera en la fecha en que nací, el 22 de enero, sino en marzo, durante la realización de este encuentro”.
En la década de 1980, cuando el panorama de los festivales cinematográficos en México era un páramo, Jaime Humberto Hermosillo junto con otros soñadores, como Guillermo del Toro y Emilio García Riera, fundó la Muestra de Cine Mexicano, que fue la semilla del FICG.
El realizador agregó: “Tengo 52 años de hacer películas y 32 de presentarlas en este encuentro. En el primer año fue la versión en 16 mm de Doña Herlinda y su hijo (1986), que en su segunda edición se pudo exhibir en 32 mm. Siguieron Clandestino destino (1988), El verano de la señora Forbes (1989), La tarea (1991) y ahora la versión gratuita en línea y digital de Un buen sabor de boca, que se podrá descargar” del 20 al 31 de marzo, a través de un correo que creó exclusivamente para su distribución: laideal2016@gmail.com
Aclaró, sin embargo, que nunca podremos prescindir de ver las películas en pantalla grande con público.
Hermosillo señaló: Me doy cuenta de que, como nieto de Roberto Rosellini e hijo de la nueva ola francesa, aprendí a hacer cine con pocos recursos, no necesariamente la perfección técnica; bienvenida cuando hay abundancia.
Contó: “Recuerdo que en 1963 en un pedazo de papel escribí una declaración. Manifesté que quería hacer un cine intimista y que desearía que al terminar ese trabajo existiera la posibilidad de proyectarlo, que no se encendieran las luces en la sala y que nuestro acompañante o alguna otra no preguntara qué le había parecido la película. En ese entonces empezaba a verse cine en televisión y recuerdo que les dije a mis amigos que yo no vería ninguna cinta por ese medio hasta que Cantando bajo la lluvia estuviera en color; en ese entonces no había televisores a color.
“Pero el destino nos alcanzó y ahora podemos ver en nuestra casa lo que queramos. Lo más interesante es que ahora ha llegado una forma de ver cine que, lejos de lo maravilloso que es disfrutarlo en la pantalla grande, de compartir esa sensación de olvidarnos de quien está al lado, ser parte de lo narrado, no se compara. Sin embargo, ahora hay la posibilidad de verlo en casa, es más, en tablets y computadoras, incluso en teléfonos celulares”.
Difusión de manera sencilla
Prosiguió: Hace dos años me lo propuse y ya estoy haciendo cine independiente, con nuevos recursos técnicos, los digitales. No quiero hacer películas con enormes presupuestos, sino con gran libertad. No hay que presentar a una productora un guión con el que se asuste. Ahora se puede hacer cine con la mayor de las libertades. También soy mi distribuidor. Abrí todas las redes sociales y he entablado relaciones con gente dentro y fuera del país para enviar mis cintas. Ya no tengo que pedir permiso al productor, lo que garantiza mayor difusión de manera sencilla.
La distribuidora se llama La Ideal. Es el nombre de la panadería que los Hermosillo manejaban en Aguascalientes, primero mi padre y luego mi madre. Yo la atendía en horas precisas. Esta película que distribuiré gratis y a este tiempo que está regresando la identidad nacional, creo que debemos hacer un esfuerzo porque los términos utilizados en cine sean en español.
El cineasta adelantó que dentro de poco tiempo también regalará el libro digital Cosas por filmar. “Así se podrán ver los guiones que están metidos en mi cajón de proyectos, como el de Un buen sabor d boca”.