El Papa Francisco a la Virgen del Carmen en su día: Ayúdanos a purificar el corazón

El Papa Francisco a la Virgen del Carmen en su día: Ayúdanos a purificar el corazón

Por Álvaro de Juana

VATICANO

ACI

En el día de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros y una de las advocaciones más queridas por los fieles católicos en todo el mundo, el Papa Francisco recordó esta fiesta en el Ángelus desde la Plaza de San Pedro.

“Que la Madre de Dios, a quien recordamos hoy bajo el título de Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, insuperable en la acogida de la Palabra de Dios y en su puesta en práctica nos ayude a purificar el corazón y a custodiar en él la presencia del Señor”, dijo al final del rezo de la oración mariana.

Además, en el momento del saludo a los peregrinos, se acordó especialmente de las hermanas y frailes carmelitas, en el día de su fiesta. “Les deseo que puedan continuar con decisión en el camino de la contemplación».

En su cuenta en español en Twitter, el Santo Padre publicó el siguiente mensaje: «Dejemos que la Virgen María nos guíe por el sendero que conduce a la santa montaña que es Cristo, donde se encuentran Dios y el hombre».

En una entrevista a Radio Vaticano, el prior de la Orden de los Carmelitas en Italia, Giovanni Grosso, explicó que, la de la Virgen del Carmen es una fiesta “muy sentida en todo el mundo”.

“Hay tantos lugares donde los carmelitas no han estado nunca presentes, pero donde a través de la predicación, la presencia de confraternos, de grupos terciarios o de otras formas asociativas, se ha extendido después la devoción y, hoy, es recordada la Virgen del Carmen”.

El religioso subraya que “en la espiritualidad carmelitana la oración es una parte esencial muy fuerte, y a esta se une el compromiso con los demás, la atención a los hermanos y hermanas en la caridad, en primer lugar en la misma comunidad, hasta llegar a todos”.

Sobre el escapulario mariano, uno de los signos de la devoción a esta Virgen, explicó que se trata de “un signo de pertenencia, de pertenencia a María, a la Iglesia, a la familia carmelitana, y un memorial de nuestro compromiso de vida cristiana y bautismal”