Grupo de obispos a favor de ordenar a ancianos casados y a mujeres diaconisas

ACI

La mayoría de los círculos menores, los grupos de trabajo en los que se dividen los participantes del Sínodo de la Amazonía en el Vaticano, se manifestaron a favor de la ordenación de ancianos casados, los llamados viri probati, y de diaconisas.

Este viernes 18 de octubre la Oficina de Prensa del Vaticano dio a conocer las relaciones, los resúmenes de las reflexiones de los obispos en los distintos círculos menores que se conforman de acuerdo al idioma de los participantes en el Sínodo

El círculo italiano A, cuyo relator es el P. Darío Bossi y está moderado por Mons. Flavio Giovenale, indicó en su relación que es posible ordenar hombres casados en la Amazonía pero proponen que el tema se discuta universalmente en un futuro evento eclesial.

El círculo italiano B, cuya relator es Mons. Filippo Santoro y está moderado por el Cardenal Luis Ladaria Ferrer, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, propuso la creación de un “Rito amazónico” que permita “desarrollar bajo el aspecto espiritual, teológico, litúrgico y disciplinar la riqueza singular de la Iglesia Católica en la Amazonía”. Este grupo se abre de manera más discreta hacia la posibilidad de ordenar hombres casados y diaconisas, aunque no lo menciona directamente.

El círculo portugués A, cuyo relator es Mons. Neri J. Tondello y está moderado por Mons. Jesús Cizaurre Berdonces, propone abiertamente el sacerdocio de hombres casados y la ordenación de diaconisas.

“Además de los ministerios de lector, acólito, diácono permanente, ministerio de la palabra, ministerio del bautismo, entre otros, pedimos al Santo Padre que admita para la región Panamazónica hombres al ministerio presbiteral y mujeres al diaconado, de preferencia indígenas, respetados/as y reconocidos/as por su comunidad, que ya tienen una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los sacramentos que acompañan y sustentan la vida cristiana de la comunidad”, indicaron los miembros de este grupo lingüístico.

El círculo portugués B, cuyo relator es Mons. Evaristo P. Spengler y está moderado por Mons. Pablo Brito Gumaraes, también propone abiertamente la ordenación de hombres casados y de diaconisas.

“Fue considerada como necesaria para la Panamazonía la ordenación de los viri probati. Los hombres casados candidatos a la ordenación, luego de un fecundo diaconado deben responder a los siguientes criterios, entre otros: vida de oración y amor a la Palabra de Dios y a la Iglesia, vida eucarística que se refleje en una vida de donación y de servicio, vivencia comunitaria, espíritu misionero”, señalaron los miembros de este círculo.

“En la implementación de la ordenación de los viri probati presentamos dos caminos para la región Panamazónica: 1) Delegar a las conferencias episcopales presentes en la Panamazonía la implementación de este ministerio. 2) Confiar a los obispos la realización de esta experiencia”, indicaron.

“Dada la presencia decisiva de las mujeres en la historia de la salvación, como María en la misión de la Iglesia, de las santas, doctoras y consejeras de Papas, dado que la presencia de las mujeres es decisiva en la vida y en la misión de la Iglesia en la Amazonía y que el Concilio Vaticano II restauró el diaconado permanente para los hombres –porque es bueno y útil para la Iglesia– juzgamos que ese mismo argumento es válido para crear el diaconado para las mujeres en la Iglesia en la Amazonía”, dijeron.

El círculo portugués C, cuyo relator es Mons. Vilson Basso y está moderado por Mons. José B. Da Silva, también solicita la ordenación de hombres casados. “En la dimensión pastoral misionera, destacamos la necesidad de conversión personal y pastoral, de recuperar la centralidad de la palabra y la Eucaristía, de profundizar en el tema de la ministerialidad y las varias posibilidades en relación al diaconado, viri probati, mujeres, sacerdotes casados, del protagonismo de los laicos, resaltando a las mujeres”.

El círculo portugués D, cuyo relator es Mons. Wilmar Santin y está moderado por Mons. Alberto Taveira Correa, reafirma el valor del celibato, y considera que el tema de los viri probati y de las diaconisas debe ser discutido y profundizado.

“Reafirmamos el valor del celibato y la necesidad de un mayor empeño en la pastoral vocacional. Consideramos esencial la valoración de los ministerios existentes y las instituciones de nuevos ministerios conforme a las necesidades”, dijeron los miembros de este círculo menor.

“Las escucha realizada previamente en el Sínodo manifestó el deseo de conferir la ordenación presbiteral a los viri probati, así como el ministerio de la diaconía para las mujeres. Esos dos puntos piden una posterior maduración y profundización”, agregaron.

El círculo español A, cuyo relator es Mons. José Luis Azuaje Ayala y está moderado por el Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, no se pronuncia sobre los viri probati o las diaconisas pero señala que “se hace necesario que en una Iglesia Sinodal la mujer asuma responsabilidades pastorales y de dirección, debe haber un reconocimiento de la mujer en la Iglesia a través de la ministerialidad; por ello se propone que se realice un Sínodo dedicado a la identidad y servicio de la mujer en la Iglesia donde las mujeres tengan voz y voto».

Por su parte, el círculo español B, cuyo relator es Mons. Francisco J. Múnera Correa y está moderado por Mons. Edmundo Valenzuela, expresó su apoyo a la ordenación de los viri probati. “La propuesta va encaminada a pedir al Santo Padre la posibilidad de conferir el presbiterado a varones casados para la Amazonía, a modo excepcional, bajo circunstancias específicas y para algunos pueblos determinados, estableciendo claramente las razones que lo justifican. No se trataría de ningún modo de presbíteros de segunda categoría. Es de tener en cuenta que son muchas las voces que insisten para que este tema sea decidido para la Amazonía en la actual Asamblea Sinodal. Otras voces, en cambio, piensan que debería ser estudiado y definido en una Asamblea Sinodal específica”.

Sobre la posibilidad del diaconado para las mujeres en la Iglesia indicaron: «Acogiendo, y en sintonía, con varios pareceres expresados en el Aula Sinodal, este círculo alienta para que se siga estudiando este asunto mirando más a sus posibilidades futuras que a su historia pasada».

El círculo español C, cuyo relator es el P. Roberto Jaramillo y está moderado por Mons. Jonny E. Reyes Sequera, también se manifestó a favor de la ordenación de los viri probati y las diaconisas: “Dada la tradición de la Iglesia, es posible reconocer a las mujeres el acceso a los ministerios instituidos del lectorado y del acolitado, así como al diaconado permanente”, indicaron.

“Constatamos también que muchas de las comunidades eclesiales del territorio Amazónico tienen enormes dificultades para acceder a la Eucaristía. Sin embargo, el Espíritu Santo continúa actuando en el seno de esas comunidades y distribuyendo dones y carismas, de tal manera que también se encuentran allí hombres casados de buena reputación, responsables, ejemplo de virtudes ciudadanas y buenos líderes comunitarios, que sienten el llamado a servir al pueblo de Dios como instrumentos de la santificación del pueblo de Dios. Será importante discernir, mediante la consulta al pueblo de Dios y el discernimiento del ordinario del lugar la conveniencia de que esas personas prepararse adecuadamente y posteriormente elegidas para el servicio presbiteral”, señalaron.

El círculo español D, cuyo relator es el P. Alfredo Ferro Medina y está moderado por Mons. Omar de Jesús Mejía Giraldo, se manifestó favorable a la ordenación de los viri probati. “Y en este sentido, afirmando, que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que desde las comunidades, se promueva la ordenación presbiteral de personas virtuosas, presentadas por sus mismas comunidades y respetadas por la misma”, señalaron.

Finalmente, el círculo español E, cuyo relator es Mons. José J. Travieso Martín y está moderado por el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, no propone la ordenación de hombres casados y se manifestó en contra de la ordenación de diaconisas, pero sí a favor de alguna alternativa ministerial para las mujeres.

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