Niza Rivera
(apro).-
Desde los chinos, los suizos y los estadunidenses, la carrera entre otros científicos por la vacuna contra el coronavirus está a toda marcha, pero los ingleses dieron un paso en la contienda al anunciar el pasado 23 de abril que comenzaron pruebas a partir de una antigua versión de resfriado llamado adenovirus.
“En tiempos normales esta etapa habría costado años… la ventaja de ser el primer país del mundo que desarrolle una vacuna que tenga éxito son tan grandes que estoy poniendo todos los recursos posibles”, refirió Mat Hancock, ministro de Salud británico. Por recursos se entienden 20 millones de libras a disposición de investigadores de la Universidad de Oxford, institución que trabaja al respecto.
Los anglo-europeos son los primeros en buscar acortar los tiempos, y tienen razones para ello, pues hasta ahora contabilizan 129 mil 44 casos con positivo del virus y 17 mil 337 muertos–, siendo de los primeros países en registrar brotes del covid-19 (a finales de enero).
La mitad de voluntarios, cuyas edades varían entre los 18 y 55 años, recibirán la vacuna, y la otra una “vacuna de control” que protegerá contra la meningitis y la sepsis. En total, la prueba durará seis meses.
China
China, que se encontró en el ojo del huracán debido a señalamientos científicos sobre una posible creación del virus –tema que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya descartó–, se encuentra en una segunda fase de ensayos clínicos en busca de la vacuna, según aseveró la firma CanSino Biologics, cuyo proyecto se desarrolla en colaboración con la Academia Militar de Ciencias Médicas del Ejército Popular de Liberación (EPL), dirigidos por la bioingeniera y general de brigada Chen Wei.
Durante la primera etapa la fórmula se aplicó a 108 personas, elegidas entre más de 5,200 candidatos, y fueron divididos en tres grupos de acuerdo a la dosis que recibieron.
Dada la respuesta positiva en la primera fase, los investigadores recibieron permiso para una segunda en la que repetirán las dosis, pero a un mayor número de voluntarios, es decir, cientos. De aprobarse habría una tercera y definitiva fase de ensayos. Se trata de uno de nueve proyectos de vacuna que se están trabajando en China.
Suiza y EU
En Suiza también se dirigen trabajos de investigación al respecto en el Departamento de Inmunología del Inselspital (Universidad de Berna), cuyo titular, Martin Bachmann, director del proyecto, adelantó que se encuentran en una “fase positiva” con ensayos clínicos fechados para agosto próximo, y si todo sale bien, una posible comercialización dos meses más tarde.
En el caso de Estados Unidos, a principios de mes científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburg aseveraron estar probando una vacuna candidata llamada PittCoVacc (Pittsburgh Coronavirus Vaccine), derivada de experiencia previas con el SARS-CoV de 2003 y el MERS-CoV de 2014, relacionados con el covid-19.
Y a decir de Andrea Gambotto, profesor asociado en Cirugía en dicha universidad “estos dos virus que están estrechamente relacionados con el covid-19, nos enseñan que una proteína en particular, llamada ‘proteína de pico’, es de suma importancia para inducir inmunidad contra el virus.
“Por eso es importante financiar la investigación de vacunas. Nunca se sabe de dónde vendrá la próxima pandemia”.
Todos los esfuerzos anteriores son en respuesta al plazo de 12 a 18 meses para una posible vacuna sobre la cual trabajan compañías del sector farmacéutico.
Esta carrera dio un impulso a la investigación científica sin precedentes, pues usualmente desarrollar vacunas toma hasta diez años de labor, y acorde al artículo “El panorama de desarrollo de la vacuna covid-19” (The covid-19 vaccine development landscape) de la revista Nature, hasta el pasado 8 de abril había 115 proyectos de vacunas alrededor del mundo.