(Proceso).-
Más allá de la belleza del documental del haitiano Raoul Peck, No soy tu negro (I Am Not Your Negro; EU, 2017), impacta que el racismo –y la cultura que lo sostiene– haya cambiado tan poco, o casi nada, como prueban las noticias de las revueltas provocadas por la muerte de Floyd a manos de la policía americana.
En una de las fotografías, tomada hace varias décadas, con las que Peck ilustra los comentarios de James Baldwin, puede verse a un policía que acaba de apresar a una manifestante negra, y la mujer yace en el suelo sometida por la rodilla del representante de la ley sobre su cuello.
Ensayista, poeta y novelista, James Baldwin había comenzado en 1979 un ensayo sobre la muerte de tres grande combatientes contra el racismo, los más representativos del siglo: Medgar Evers, Malcom X, y Martin Luther King, cada uno de ellos asesinado, de manera fatídica, con cinco años de diferencia. Baldwin, quien conoció y tuvo una fuerte amistad con los tres, nunca terminó el escrito, solo dejó 30 páginas y la carta a su editor en la que anuncia el propósito del libro.
Con seguridad existen varias teorías para explicar el abandono del proyecto, pero en el documental de Peck la profundidad del pensamiento, la belleza del texto y la lectura en la voz del actor Samuel Jackson, dejan sugerir la forma, en términos literarios, de una tragedia inacabable.
La prueba la ofrecen las secuencias de otros motines de la población negra, represión y golpizas de la policía, recientes –décadas después de la muerte de Balwin en 1987–, que el director intercala, y el espectador también incluye en su mente porque las ve en las noticias, hoy mismo.
En vez de recurrir a testimonios convencionales y entrevistas actuales, Raoul Peck combina todo tipo de material documental, fotografías, filmaciones auténticas de linchamientos y represiones desde que el cine existe, con pláticas, conferencias, seminarios y participaciones televisivas de James Baldwin disertando sobre el racismo en Estados Unidos; la voz en off de Jackson interpreta el texto del ensayo, lejos del estilo declamatorio e irónico que se le conoce al actor de Pulp Fiction; sin imitar el habla aristocrática que Balwin forjó, con estudio y práctica, para enfrentar círculos literarios y universitarios, Jackon deja sentir la fuerza de cada palabra y el ritmo de las frases de Baldwin, escritor cada vez mejor apreciado por su arte, además de su postura política.
Malcom X pregona su credo político y su fe musulmana, ataca el pacifismo y el amor que predica Luther King, lo acusa de ser el nuevo Tío Tom de los derechos de los negros, posteriormente se ve cómo se reconcilian, pues cada uno defiende, a fin de cuentas, lo mismo.
Las imágenes fluyen con el texto, se intercalan secuencias de películas, como Imitación de la vida (1934) o ¿Sabes quién viene a cenar?, en las que Baldwin, cinéfilo de corazón, critica el estereotipo del negro.
Baldwin nunca se afilió a Malcolm X, o al mismo Luther King, o a las Panteras negras; lo que la lectura del texto y el documental revelan son esos momentos de epifanía en sus conferencias, la maestría con la que el autor de Another Country fusiona su experiencia personal con la colectiva, sus propias heridas con las de su raza; pero su verdadera raza no es la negra, es la humana.
Lo que Baldwin denuncia es la construcción cultural del negro, por ello se rehúsa a ser el negro del blanco. La sentencia del autor es contundente: la historia del negro en América es la historia de América.
El documental de Peck puede verse en el sitio Cuete a la luna y en varios más del internet, afortunadamente.