Biotecnología cubana

 

La Habana.

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) cumple hoy 34 años de haber sido inaugurado por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, con una elevada responsabilidad y prestigio dentro del desarrollo científico de la nación.

El 1 de julio de 1986 abre sus puertas esta institución científica, cuyo desarrollo le ha permitido un alto nivel en la investigación, desarrollo, producción y comercialización de productos biológicos obtenidos a través de los métodos de la biotecnología moderna.

Constituye un gran complejo investigativo-productivo dotado de equipamiento de punta, capacidades de producción y un personal altamente profesional, con un papel integrador en la esfera de la biotecnología cubana con alta capacidad científico-técnica.

El CIGB tiene entre sus principales líneas de trabajo la obtención por vía recombinante de proteínas y hormonas, vacunas y medios de diagnóstico, la producción de anticuerpos monoclonales, el aprovechamiento de la biomasa y su transformación por vía quimicoenzimática y la micropropagación de células y cultivos de tejidos.

Su primer éxito, la obtención del interferón a partir de glóbulos blancos, marcó el inicio del salto de la ciencia cubana, un producto modificador de la respuesta biológica, con efecto antiviral, antiproliferativo e inmunomodulador.

También se cuentan vacunas contra meningitis B/C y la hepatitis B; tecnologías para el diagnóstico de defectos del tubo neural, VIH, dengue, Síndrome de Down, embarazo, cáncer, entre otros, y fármacos dedicados a combatir enfermedades virales, infarto del miocardio, rechazo de trasplante de órganos, y otras patologías.

Vale destacar que la Hepatitis B dejó de ser un problema de salud en general y en grupos susceptibles, desde el 2000 no se ha reportado ningún caso en menores de cinco años, gracias a la obtención y aplicación de la Heberbiovac, nombre comercial de la vacuna, registrada en más de 35 países.

Otros importantes productos creados por el CIGB con amplias perspectivas son el Factor de Crecimiento Epidérmico, la vacuna tetravalente contra difteria, tosferina, tétanos y hepatitis B, y la estreptoquinasa recombinante cubana, la cual restablece el flujo sanguíneo en pacientes que sufren infarto del miocardio, y previene la necrosis isquémica del tejido.

A esta lista se suman el interferón recombinante Alpha y Gamma, varios kits diagnósticos y la vacuna recombinante contra la garrapata bovina, esta última su mayor impacto en campo de la biotecnología animal.

Hoy frente a la Covid-19 este centro trabaja en un compuesto vacunal que genere respuesta inmune específica y además protectora, de modo que se evite la replicación del virus SARS-Cov-2 y sea de larga duración, en tanto ya se aplica el inyectable CIGB 258, un péptido capaz de frenar los procesos de inflamación pulmonar que conducen a la muerte de pacientes en estadios críticos y graves de esa enfermedad.

Su recocido prestigio le ha valido insertarse en la estrategia de exportación de productos farmacéuticos y biotecnológicos, una prioridad para la economía cubana en las actuales circunstancias, respaldado por sus 34 años de experiencia en la investigación y creación de varios renglones y sus capacitados especialistas.

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