Anna Ajmátova
La Jornada Semanal
En la extraña poesía, donde cada paso es un secreto,
Donde hay abismos a izquierda y derecha,
Donde bajo el pie, cual hoja marchita, está la gloria,
Por lo visto, para mí no hay salvación.
Otoño 1944
Respuesta
No soy en absoluto una adivina,
Mi vida es clara, como un riachuelo,
Simplemente no quiero cantar
Al son de las llaves carcelarias.
1930
Cuando menciono por costumbre
Los nombres de mis amigos más queridos,
Invariablemente a este extraño llamado
Sólo el silencio me responde.
8 de noviembre de 1943. Tashkent
El corazón, alegre y desolado,
Ya no responderá a mi voz.
Todo acabó… Y mi canción se desliza
En la noche vacía, donde tú ya no estás.
1953
El poeta no es una persona, es sólo espíritu–
Sea ciego, como Homero,
O sordo, como Beethoven,
Todo lo ve, lo escucha, todo lo posee…
1962
*Anna Ajmátova (1889, Odesa-1965, Moscú). El poeta Vladislav Jodassievich afirmó alguna vez que “cada poema de Ajmátova, a pesar de su aparente reticencia, devela casi siempre aspectos insospechadamente significativos”. Amiga de Modigliani e Isaiah Berlin, de Blok, Pasternak, Mandelstam y Joseph Brodsky, Anna Ajmátova fue testigo central en la relación difícil, y a veces trágica, entre el poder y los escritores y artistas. Nunca enmudeció y sostuvo con probidad y valentía sus valores y sus afectos.
Nota y traducción del ruso de Jorge Bustamante
García.