Gran Teatro de La Habana

El antiguo teatro Tacón

Fachada del entonces Teatro Tacón en una ilustración del siglo XIX

Este espacio público, ubicado en la manzana formada por las intercepciones de las actuales calles San Rafael, San José, Consulado y el Paseo del Prado, en La Habana, en sus inicios, fue nombrado en honor al Capitán General Miguel de Tacón y Rosique, gobernador de Cuba entre los años 1834 y 1838.

El Teatro de Tacón fue obra del arquitecto Antonio Mayo, quien lo concibió con un estilo ecléctico predominante. Con 90 palcos, más de 20 filas y capacidad para recibir a unos dos mil espectadores, se convirtió en el escenario por excelencia de la aristocracia criolla.

En su época, el Tacón fue el teatro más grande y lujoso del continente americano; y por sus cualidades técnicas el tercero del orbe, después de la Scala de Milán y el de la Ópera de Viena.

…es rico y elegante a la vez […] el telón y las decoraciones ofrecen un brillante punto de vista […] El patio está poblado de magníficos sillones, lo mismo que los palcos, en cuya delantera hay una ligera reja dorada que deja penetrar la vista de los curiosos […] Solo los primeros teatros de las grandes capitales de Europa pueden igualar al de La Habana en la belleza de las decoraciones, en el lujo del alumbrado, y en la elegancia de los espectadores…

Así lo describió en su libro “Viaje a La Habana” María de las Mercedes Beltrán Santa Cruz y Montalvo, más conocida por la Condesa de Merlín, una de las primeras escritoras de Cuba.

Otro elemento de interés en la decoración interior lo constituyó la Araña del Tacón, una enorme y bella lámpara de fino vidrio que colgaba sobre la platea, importada desde la ciudad de París; y que, según crónicas de la época, en una noche de 1863 sufrió la ira del público por la mala calidad de una obra.

El 28 de febrero de 1838 se dio un baile de carnaval en el aún inconcluso recinto; pero fue el 15 de abril de ese mismo año cuando quedó oficialmente inaugurado con la puesta en escena de la obra “Don Juan de Austria”, protagonizada por el famoso actor cubano Francisco Covarrubias, creador del teatro vernáculo nacional e iniciador del costumbrismo en la literatura cubana.

Gran Teatro de La Habana

El lugar fue adquirido, junto con los terrenos aledaños, por el Centro Gallego para edificar su Palacio Social en 1906. Construido en estilo neobarroco, tomó como modelo las construcciones del barroco europeo, por lo que abundan las tallas y esculturas en piedra.

En su fachada principal tiene cuatro grupos escultóricos en mármol blanco que representan alegorías de la Beneficencia, la Educación, la Música y el Teatro, obras de Giuseppe Moretti. Los elementos se colocaron de forma equilibrada, y los balcones, ventanas, cornisas, la proporción de sus torres y la unidad de las molduras logran un ritmo elegante.

El teatro fue reconstruido dentro del bello edificio.

Historia contemporánea

El Ballet Nacional de Cuba representando el ballet Carmen en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana.

Desde 1965 es la sede permanente del Ballet Nacional de Cuba.

A partir de 1985, a iniciativa de Alicia Alonso, el edificio completo pasó a denominarse Gran Teatro de La Habana, reservándose el nombre de «García Lorca» para su sala principal. Desde 1960, el Gran Teatro de La Habana ha sido principal escenario del Festival Internacional de Ballet de La Habana, prestigioso encuentro de danza en el que han participado bailarines de todos los continentes.

Actualmente, el Gran Teatro de La Habana acoge las célebres funciones del Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso. Además, es sede del Festival Internacional de Ballet de La Habana, el cual constituye un acontecimiento en el mundo de la danza, donde se presentan bailarines del Royal Ballet de Londres, de la Scala de Milán, el New York City Ballet y del Ballet del Teatro Colón, de Argentina, entre otras grandes compañías del género.

En sus salas el público puede deleitarse con las temporadas del Centro Pro-Arte Lírico con sus programas de óperas, zarzuelas, operetas y conciertos; así como con las interpretaciones del Ballet Español de Cuba y del Centro de Promoción de la Danza (PRODANZA).

En septiembre de 2015, el Consejo de Estado de la República de Cuba acordó, con carácter excepcional y en reconocimiento a los aportes de Alicia Alonso a la cultura cubana y universal, su amor a la Patria y fidelidad a la Revolución cubana, denominar el actual Gran Teatro de La Habana como Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”[1].

Fue sometido a una reparación capital entre 2013 y 2015 y reabrió sus puertas el 1ro de enero del 2016.

El trabajo reconstructivo abarcó todo el inmueble. Dueron restaurados las fachadas, vestíbulos, palcos, cubierta y tabloncillo. Asimismo se dotó al teatro con nuevo mobiliario, telones, sistema de climatización, acústica, mecánica escénica, salones de ensayos para los bailarines y la orquesta, un estudio de grabación y más de 20 camerinos y baños, muchos locales que antes existían en el inmueble y que no tenían que ver con el sistema de cultura fueron retirados.

El rescate fue total pero respetando la idea original, y los recursos tecnológicos empleados se han conjugado con el criterio de patrimonio que lo identifica

Espacios
El más importante de sus espacios es la sala actualmente llamada García Lorca por cuyo escenario han desfilado las compañías y figuras más significativas del arte universal, como las bailarinas Anna Pavlova y Alicia Alonso, las actrices Sarah Bernhart y Eleonora Dusse, las sopranos Adelina Patti y Victoria de los Ángeles, el tenor Enrico Caruso, los «bailadores» Carmen Amaya y Antonio Gades, los músicos Arthur Rubinstein y Serguei Rachmáninov y otras muchas personalidades de alto relieve internacional de los siglos XIX y siglos XX.

En el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el 2 de enero de 2018, fue develada una escultura de la Prima Ballerina Assoluta. Dicha escultura realizada por el artista de la plástica José Villa Soberón inmortaliza a la nonagenaria bailarina cubana.

El homenaje que se efectuó como parte del programa del Ballet Nacional de Cuba por el aniversario 59 del triunfo de la Revolución contó además con la presencia de Abel Prieto, ministro de Cultura; Eusebio Leal, Historiador de La Habana; y Luis Morlote, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

La obra, esculpida en bronce, fue descubierta por la propia Alicia y cuatro niñas de la Escuela de Ballet.

Una bailarina en plena función es la recreación de Villa Soberón, que refleja la viveza y majestuosidad de los giros y el espíritu en la escena de Alicia Alonso.[2].

 

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