Una montaña colapsa en Noruega y sepulta parte de un pueblo
La gran avalancha que sucedió 30 de diciembre en Ask, unos 25 kilómetros al norte de Oslo, pasará a la historia como una de las mayores del país. Las tareas de rescate duraron varios días después del evento.
Úrsula Pamela García
Gran socavón dio paso a un enorme deslave que enterró una decena de casas en Ask, Noruega.
El pasado 30 de diciembre es un día que estará marcado en la mente de noruegos y escandinavos. Una enorme avalancha de lodo mezclado con nieve y agua abrió un hueco enorme en la tierra, arrasó con más de 21 hectáreas y destruyó gran parte de una población. El lugar afectado fue la villa de Ask, perteneciente al municipio de Gjerdrum, a 25 kilómetros al noreste de la capital, Oslo.
De acuerdo a lo reportado por Telegraph, la información cruda indicó que al menos 20 personas habían desaparecido y 10 heridos, algunos en grave estado. En el primer día de 2021, todavía quedaban 10 desaparecidos. La magnitud del evento ha sido tan grande que fuerzas del vecino Suecia acudieron para poder ayudar en las tareas. DW, medio oficial alemán señalaba que entre los desaparecidos había también niños.
Muchas de las imágenes mostraban claramente que una ladera completa de una montaña circundante al pueblo colapsó y aplastó casas, sepultándolas bajo un barro espeso y oscuro. Para el 2 de enero varios medios detallaban que se habían identificado 6 víctimas fatales, pero se trabajaba en búsqueda de otras. Una de las alternativas era que algunos de los desaparecidos no estuvieran en sus casas, pero esa posibilidad desaparecía con el correr de los días.
Colapso de una montaña
Roy Alkvist, uno de los miembro de los servicios de socorro indicaba que una posibilidad era que algunas personas pudieran estar vivas en las bolsas de aire que han quedado en el interior de los edificios sepultados por el alud. Las lluvias y nevadas continuas de las últimas semanas ayudaron a inestabilizar el terreno y desencadenar la tragedia. El sur de Noruega ha estado bajo la influencia persistente de sistemas de baja presión que produjeron alternativamente lluvias y nevadas, saturando los suelos.
Respecto a como se dieron los sucesos, fue que el suelo muy saturado e inestable, inició con un desplazamiento de tierra que produjo un socavón en el terreno que avanzó hacia Ask. A su paso fue destruyendo y sepultando lo que encontró en el camino.
Los primeros cálculos mostraban que el área afectada en un principio era de 350 por 800 metros y en su caída engulló a unas 10 casas y destruyó al menos a 31. Algunas de estas casas fueron desplazadas más de 400 metros. Personas, mascotas y bienes desaparecieron en pocos segundos. Erna Solberg, primera ministra de Noruega, que se desplazó al lugar de los hechos, declaró que, «este alud de tierra fue uno de los más grandes que ha conocido nuestro país».
País con muchas avalanchas
Algunos pobladores pudieron prever por minutos lo que iba a ocurrir y lograron alejarse lo indispensable del área como para evitar una muerte casi segura. Pero solo fueron algunas excepciones. Los noruegos son un pueblo acostumbrados a lidiar con avalanchas por lo irregular de la orografía y la cantidad de nieve que reciben cada año. La mayoría de las avalanchas son de nieve, y se trabaja mucho para minimizar las condiciones que las desencadenan.
Pero en este caso el deslave de una parte de una montaña sumó mucho más volumen al material que descendió hasta los niveles más bajos del lugar. Algunos sobrevivientes se han quedado sin hogares, y más de un millar de personas han sido evacuadas desde el miércoles pasado. Durante el fin de semana nuevos desprendimientos se sumaron, lo que dificultaron las tareas de evacuación. En estos nuevos episodios no hubo heridos ya que era una posibilidad esperable.
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El terreno ha quedado inestable con algunas casas literalmente en el aire. Una de las limitantes es corta duración del día en esta época invernal volviéndose una condicionante para las tareas de rescate. Por otro lado, el gobierno local le ha pedido a los pobladores que eviten el uso de pirotecnia, puesto que pudiese desencadenar nuevos deslizamientos.