Historia de la Catedral de Querétaro,
Hasta su actual sede en el Templo de San Felipe Neri
Por José Félix Zavala
El Oratorio de San Felipe Neri
El inicio de este oratorio felipense en Querétaro, lo inicia el P. Martín de San Cayetano y Jorganes, originario de Pátzcuaro y con el apoyo del virrey Juan Francisco de Guemes y Horcasitas. A la muerte de este Felipense, el P. Cabrera, del clero diocesano, corrió los trámites y costas por ello, ante la curia de México.
El felipense Marcos de Ortega vino a esta ciudad para realizar la fundación, creando una pequeña iglesia y sala, inaugurado el 21 de noviembre de 1763, hasta que se mudaron al convento e iglesia que conocemos actualmente y que fue en el año de 1800, un 6 de mayo, se encuentra en la antigua calle del Ángel y la Calle Real (Madero y Ocampo)..
Esta obra se comenzó el 8 de diciembre de 1786 cuando se colocó y se bendijo la primera piedra. Los bienhechores de este conjunto, fueron Melchor de Noriega y Cobiedes y posteriormente Doña María Cornelia Codallos. El oratorio y claustro fueron bendecidos por el año de 1808 y la dedicación del templo estuvo a cargo del cura de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla.
La Sacristía es hermosa y grande, con una cúpula elíptica, donde se encuentran las pinturas de los diez obispos que ha tenido Querétaro entre otras obras importantes, tiene siete ventanas rasgadas. La suntuosa obra de templo y convento felipenses estuvieron al cuidado del P. Dimas Díes de Lara, Prepósito del Oratorio. Las pechinas de los arcos torales, del crucero del templo contuvieron frescos relacionados con la vida de San Felipe Neri, cuyo autor fue Andrés Padilla.
Hay magníficas esculturas, entre ellas la de San Felipe Neri, La de la Virgen de los Dolores, un San José, la de Santiago El Mayor, entre otras y son obras de los grandes maestros de la escuela de escultores queretanos, como lo fue Mariano Arce. El templo es una obra postrera de la época barroca, en su portada, Torre y cúpula, muy hermosas, por cierto, con facilidad también se advierte la mezcla de diferentes estilos, que conjuntados dan prestancia a este oratorio.
Tiene en la puerta de entrada, en forma de hexágono y un medallón sobre el fundador de los felipenses, realizado en cantera, de una gran factura. Arranca el primer cuerpo con dos conjuntos de tres columnas. En el segundo cuerpo de la fachada, a los lados del ventanal que da luz al coro existe de cada lado, dos juegos de columnas pareadas, con base bulbosa y capiteles corintios, resaltan dos medallones, uno de la Dolorosa y otro de San José, cerrando el conjunto después del friso, un arco elíptico rebajado, resaltando otros dos medallones y rematando con una Trinidad de las llamadas heréticas.
El autor de esta fachada usa el tezontle de fondo en forma de petatillo. Material muy de la región. Es el paso del barroco al neoclásico. La torre parece estar construida en dos épocas, el cubo con ventanas de perfil rizado, el basamento presenta la misma fuerza de la fachada, parece ser de inicios del siglo X1X.
En 1920-32 se modificó el presbiterio, retirando el ciprés, después del concilio vaticano 11, se mandaron quitar tanto el trono episcopal y posteriormente los sitiales de los canónigos, que eran de granito verde y fueron sustituidos por sitiales de madera. El juego de las tres esculturas del altar mayor son de Mariano arce, con modificaciones de Diego de Almaraz y son los patronos secundarios Juan y Pablo, además del Patrono principal Santiago El Mayor. Ya se encontró sobre la calle de madero el primer oratorio y claustro felipense, muy modesto.
El claustro de los felipenses, ahora después de su restauración se le ha llamado arbitrariamente Palacio Conín y está destinado a oficinas del gobierno del estado, su factura es neoclásica, con arcadas en los dos pisos, entrada al templo por atrio y puertas interiores que están tapiadas.
El 30 de julio de 1931, El Obispo Marciano Tinajero y Estrada, sexto en el cargo desde 1864, consagró y dedicó el templo de San Felipe Neri, con toda la solemnidad de la liturgia, como Catedral de la Diócesis de Querétaro, que lo es hasta nuestros días.
La Diócesis de Querétaro creada conjuntamente con otras de la República Mexicana por Bula de Pío IX, expedida en Roma en el Consistorio de 1863, y llevada a efecto por el primer obispo de León Sr. Dr. José María Díez de Sollano el 7 de febrero del año 1864, tuvo como sede la parroquia de Santiago, en la Ciudad Capital, hasta 1866, cuando por Rescripto de la Segunda Congregación de Negocios Extraordinarios, el segundo Obispo de Querétaro Mons. Ramón Camacho y García consiguió su traslado a templo de San Francisco, que había sido entregada recientemente por las autoridades gubernamentales a la Mitra Diocesana, después de haber permanecido clausurada por algún tiempo, y que, por su amplitud y ubicación en el centro de la ciudad, parecía la más indicada para la sede catedralicia.
Del Templo de San Francisco se mudó al de la Congregación de Nuestra Señora de Guadalupe, en enero de 1911, porque los frailes franciscanos habían conseguido la devolución de su iglesia por fallo de la Sagrada Congregación de Religiosos a favor de la Orden.
Los Obispos Rafael Camacho García y Manuel Rivera Muñoz intentaron construir una Catedral parra el obispado de Querétaro. Las dos intenciones de edificar Catedral ex profeso en la ciudad, fueron frustradas, la primera en la parte norte del jardín de Independencia o Plaza de Armas y la segunda en lo que hoy es actualmente el jardín Guerrero, ya había sido destruido el claustro del convento de Santa Clara en ese mismo lugar.
Este intento del obispo Manuel Rivera, en los que es hoy el jardín Guerrero, fue un proyecto de Manuel Velasco G. y encargado para recolectar los fondos al canónigo Florencio Rosas, colocándose la primera piedra el 23 de mayo de 1912 y suspendido el proyecto el 29 de julio de 1914, con sede vacante y la toma violenta del gobierno de Carranza, quién incautó el terreno y el ahora Palacio Municipal, entonces casa episcopal.
El Cango. Mansionario Francisco Paulín G. de quien hemos obtenido estos informes, no refiere cómo la Catedral llegó por fin a establecerse en San Felipe Neri, tras de una temporal permanencia en el de la Congregación de Nuestra Señora de Guadalupe.
“El Excmo. Y Rvdmo. Quinto Obispo de Querétaro, Dr. Don Francisco Banegas (de feliz memoria), apenas llegado a Querétaro propuso al Venerable Cabildo y a algunos sacerdotes ameritados, tres iglesias, preguntando cual parecía, a su juicio, más apropiada para Catedral. Para algunos, como al entonces Cango. Don Pedro Vera y Zuria (después arzobispo de Puebla de loa Ángeles), parecía conveniente el Templo de San Antonio, que había pertenecido a una rama franciscana extinguida, céntrico y sin embargo retirado del bullicio popular, de estilo conventual muy sencillo, pero amplio y decoroso; a otros pareció mejor la Iglesia de Santa Clara (hoy parroquial del Sagrado Corazón de Jesús), muy céntrica también, de bellísimo estilo churrigueresco y que hubiera podido adaptarse para Catedral. Sin embargo, fue elegida la de San Felipe Neri cuya Comunidad se había extinguido y por su ubicación y magnificencia pareció adecuada para trasladar a ella la Catedral, lo que se efectuó como dijimos el 15 de agosto de 1920«. El templo fue declarado catedral por el Papa Benedicto XV, siendo consagrada en 1931
El templo es de una de las últimas obras levantadas durante el virreinato, por lo cual es muestra de la transición entre dos estilos: del barroco al neoclásico. Ocupa el acabado del exterior material de cantera y tezontle. Es de una sola nave, con cúpula y crucero. Cuenta con una sola torre en la parte superior derecha, inacabada. La fachada del templo es la más acabada de Querétaro. Cuenta con dos cuerpos. En ella se muestran esculturas y relieves con diferentes significados,
Detalle de la fachada principal. En el primer cuerpo, enmarcan la entrada principal, con arco de forma poligonal, seis esbeltas columnas exentas sobre pedestal sesgado, terminando en capiteles corintios. Tres a cada lado de la puerta. A los lados de ésta, en la parte baja, dos pequeñas estatuas, una de un libro con un rosario y la otra de un águila, que representan al evangelio según San Juan. Sobre el arco de la puerta, se aprecia un grande y detallado bajorrelieve que representa a San Felipe Neri.
El segundo cuerpo, contrasta con el primero, ya que cuenta con cuatro pares de columnas, que terminan también en capiteles corintios, dos a cada lado, entre los cuales se encuentran medallones con bajorrelieves. La parte central la ocupa la ventana del coro, de arco moldurado. Las columnas sostienen una cornisa sobre la que se levanta un semi arco, que contiene medallones con imágenes. Sobre éste a su vez se recarga un copete con medallón y imagen tallada. La cúpula mide 59 metros de altura.
Esta Iglesia comenzó a reconstruirse el 8 de diciembre de 1786 y una vez terminada fue bendecida solemnemente por el Señor Cura, Iniciador de Nuestra Independencia Nacional, Don Miguel Hidalgo y Costilla, entonces Párroco de Dolores Hidalgo, Gto., el 19 de septiembre de 1805,
es de una sola nave muy amplia, de estilo renacimiento muy puro, con su portada de rojo tezontle, y al presente está ricamente provista de vasos sagrados, ornamentos y demás objetos necesarios para su objeto.
La S. Congregación Consistorial, el 1 de marzo de 1921, sancionó la traslación a esta Iglesia de la Catedral de Querétaro, después de haber sido informada de las vicisitudes de nuestra Iglesia Matriz. Posee la Iglesia Catedral notables imágenes de los famosos escultores queretanos Arce, Perrusquía y Montenegro, llamados los Marianos por llamarse así los tres artistas; Guarda también esculturas de Rodríguez y pinturas de Cabrera, así como la galería de los Obispos que han gobernado la Diócesis, obra de varios pinceles.
Fue ritualmente consagrada el 30 de junio de 1931 por el Excmo. Sr. Banegas. Transitoriamente, por pocos meses, y en dos ocasiones, cuando se ejecutaron importantes obras de adaptación en el Templo de San Felipe Neri (1931) y cuando fue clausurado por orden del Gobernador del Estado, Don Saturnino Osornio (1934-1935), los actos de culto en la Catedral se efectuaron en la ya mencionada Iglesia de San Antonio.
Dichas obras de adaptación consistieron, entre otras en quitar el altar mayor de estilo neoclásico, rompiendo la armonía estilística que se observaba en el interior del templo, para cambiar de lugar la imagen de San Felipe Neri a uno de los retablos situados a los pies del mismo templo; colocando en su lugar, dentro de una gran ráfaga, la escultura de Santiago Apóstol, Patrono Titular de la Catedral y de la Diócesis.
San Felipe Neri templo está decorado al gusto neoclásico, con altares de cantera, muy austeros. Destaca el altar principal con el grupo escultórico de los apóstoles Juan, Pablo y Santiago. Obra de Mariano Arce
En las últimas obras de remodelación se suprimió dicha ráfaga, quitando además del púlpito, las pinturas al óleo que ornaban las pechinas de la cúpula con pasajes de la vida de San Felipe Neri, y también por desgracia (no estorbaban a nadie), las lápidas sepulcrales de los Padres del Oratorio que se encontraban adosadas al muro de una de las capillas anexas.
El edificio contiguo a la Catedral, residencia de los padres filipenses, convertido en un tiempo en degradante bodega, fue restaurado por el gobierno de Rafael Camacho Guzmán y dedicado a oficinas públicas, quedando la curia diocesana en el antiguo convento de Teresitas. El exconvento Felipense se conoce actualmente como Palacio de Conín, y alberga a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Poder Ejecutivo del Estado.