Vidas y muertes de Arthur Cravan

Vidas y muertes de Arthur Cravan

– Vilma Fuentes

La Jornada Semanal

Arthur Cravan

Hay personas que hacen de su vida, más que un novela, un personaje en sí mismo y, sin duda, la de Arthur Cravan (1887-1918) fue así. Provocador, temerario y mordaz, además de poeta, tuvo infinidad de oficios, entre ellos, boxeador, leñador, ladrón de joyas, carnicero… “Los deseos, las vidas y las muertes de Arthur Cravan son múltiples. Un ser excepcional no podía morir una sola vez.” se afirma aquí con fina mirada crítica.
Un escándalo, un verdadero escándalo, es lo bastante raro para ser examinado con atención, sobre todo cuando revela la presencia de un genio.

Fabian Avenarius Lloyd, conocido como Arthur Cravan, nació el 22 de mayo de 1887 en Lausana, Suiza, y fue visto por última vez en noviembre de 1918 cuando se embarcó a solas en un barco de pesca en Puerto Ángel para dirigirse a Salina Cruz. Ídolo de dadaístas y surrealistas, este gran provocador debe haber supuesto que en México era posible convocar a los muertos y hacerlos venir a su lado, llamándolos con invocaciones entre murmullos. Sin duda, provocar sólo a los vivos ya no le era suficiente. Ir más allá de cualquier límite, derrumbar lo sagrado, transgredir lo real para entrar en lo imaginario y poseerlo, aunque él fuese el poseído. Su desaparición es un misterio cuyo secreto se llevó, acaso rodeado, durante su ascensión en cuerpo y alma al más allá, por las sombras que respondieron a su llamado: “Todo contra el mundo/ hasta el corazón/ hasta la vida misma/ si valiera la pena morirla.”

Su desdén por la vida es superior al que tuvo hacia la muerte. Cravan no temía nada ni a nadie, y osaba todo. Desde lo alto de sus casi dos metros de estatura, hizo del desafío un estilo de vida y del escándalo una respuesta de su espíritu a su visión del mundo. Nieto de un consejero de la reina Victoria y sobrino de Oscar Wilde, mientras su honorable familia ocultaba el parentesco con el célebre escritor, casado con la hermana de su padre, Cravan hizo gala del vínculo con su tío. Cuando Wilde fue tratado de paquidermo, el joven provocador declaró que “lo adoraba porque parecía un animal” y se describe a sí mismo como un elefante.

Durante su corta vida ejerció, entre otros oficios, los de boxeador, poeta y escritor. Editó la revista Maintenant, de la que fue el único redactor. Llevado por su odio a las librerías donde todos los libros se confunden y se cubren de polvo, la voceó y vendió él mismo en las calles que recorría con un carrito sin toldo. A pesar de su breve existencia, de apenas cinco números, la revista hizo historia al dar un nuevo aire a la anquilosada vida literaria de la época: su influencia prefigura al dadaísmo y al surrealismo. Publica en Maintenant textos corrosivos, retratos cáusticos, como
el de la pintora Marie Laurencin, que estuvo a punto de costarle un duelo con Apollinaire, pareja de la artista, y el de André Gide, incluido por Breton en la Antología del humor negro, donde señala que Gide nunca pudo sobreponerse a la crítica de Cravan:

 

André Gide no tiene el aire de un hijo del amor, ni de un elefante, ni de varios hombres: tiene el aire de un artista… Su caminar traiciona un prosista que nunca podrá hacer un verso… El artista no tiene para nada los nobles estragos del pródigo que dilapida su fortuna y su salud… Es higiénico y se aleja de un Verlaine que llevaba su sífilis como una languidez… Que no frecuenta las chicas ni los malos lugares… Que es prudente.

 

Vagabundo, deja París en 1915 en plena guerra y recorre Europa con pasaportes falsos. Si Fernando Pessoa crea las biografías y obra de sus heterónimos, Cravan se inventa a sí mismo, aquí y allá, en distintos personajes con oficios diferentes: Hope, Miradique, Hayes, pugilista, carnicero, leñador, ladrón de joyas… “Tengo veinte países en mi memoria y arrastro en mi alma los colores de cien ciudades.”

Su obra es tan escasa, pues fue profundo su desprecio por los escritores prolijos y bien disciplinados cada día, como múltiples sus personalidades: “Mundano, químico, puta, borracho, músico, obrero, pintor, acróbata, actor; / …jirafa o cuervo; / cobarde, negro, mono, Don Juan, lord… fauna y flora: / ¡soy todas las cosas, todos los hombres y todos los animales!”

Comparte el premio de un encuentro de box en Barcelona contra el campeón del mundo Jack Johnson, donde se presentó completamente borracho. Con el dinero obtenido se embarca a Nueva York en el mismo buque donde viaja Trotski, quien lo describe en su biografía como “un boxeador y literato ocasional”.

De Nueva York pasa a México. Casado con la poeta Mina Loy, desertor, trata de viajar a Buenos Aires. Desaparece en cuerpo y alma. Ahogado en el Pacífico en 1918. Asesinado junto al río Bravo, según declara la policía mexicana que creerá reconocer su cadáver meses después. En 1921, circulan en París documentos falsos de Wilde, ofrecidos a los libreros en cartas firmadas por Gide, Hope, Holland. El auténtico Gide estuvo convencido de que el autor de las falsificaciones era Cravan.

Los deseos, las vidas y las muertes de Arthur Cravan son múltiples. Un ser excepcional no podía morir una sola vez. O acaso aprendió a escuchar las voces de los vivos en el reino de los muertos como en vida supo escuchar y llamar a los muertos.

“Es necesario poner en juego el porvenir una vez al año”, palabras que Cravan hizo realidad desafiando a la muerte y jugándose “la vida que no vale la pena ser vivida… pero yo valgo la pena de vivir”.

 

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