Muere el gran amigo Mons. Javier Martínez Osornio

El vicario general de la Diócesis de Querétaro, Javier Martínez Osornio, falleció hoy a los 79 años de edad; su cuerpo será velado en la Catedral, donde también serán depositadas sus cenizas

Javier Martínez Osornio, quien fue vicario general de la Diócesis de Querétaro desde el 20 de mayo de 1999, murió -este martes 15 de junio- a los 79 años de edad; su fallecimiento fue lamentado tanto por el gobernador Francisco Domínguez Servién como por el mandatario estatal electo Mauricio Kuri González.
“Lamento el sensible fallecimiento de monseñor Javier Martínez Osornio, vicario general de la Diócesis de Querétaro. Descanse en paz”, señaló el gobernador por medio de su cuenta de Twitter.

“A nombre mío y de mi familia, envío nuestras más sinceras condolencias a los familiares y seres queridos de monseñor Javier Martínez Osornio. Nuestras oraciones y solidaridad están con ustedes”, indicó el gobernador electo también a través de su cuenta de Twitter.

Además de vicario general, Martínez Osornio se desempeñó como vicario episcopal por la Vida Consagrada desde el 1 de enero de 2002. Además, fue párroco de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
“Monseñor Javier ha dejado una profunda huella en lavada de nuestra Iglesia Diocesana especialmente marcada por su alegría. Su cercanía y estrecha colaboración en el gobierno eclesiástico desde muy joven, le permitió impulsar y fortalecer la vida pastoral de muchos sacerdotes, miembros de la vida consagrada y fieles laicos”, destacó la Diócesis de Querétaro.

El obispo de la Diócesis de Querétaro, Fidencio López Plaza, pidió a los sacerdotes ofrecer misas durante los próximos tres días en memoria del vicario general e hizo un llamado a los feligreses católicos para eleven sus “oraciones para que Dios le conceda la vida eterna, haciéndole sentar a su derecha”.
El cuerpo de Javier Martínez Osornio será velado en la Catedral de Querétaro y mañana miércoles 16 de junio, a las 10 de la mañana, se celebrará la misa solemne de exequias encabezada por el obispo. Posteriormente, sus cenizas serán depositadas en la cripta de la Catedral de la Diócesis de Querétaro.

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