La única, escrita por Lupe Marín, novela que suma la UNAM a su colección Vindictas

La única, escrita por Lupe Marín, novela que suma la UNAM a su colección Vindictas

El libro se presentó en la 34 FUL de la UAEH con la participación de Elena Poniatowska, Sara Poot, Anaclara Muro y Socorro Venegas

Lupe Marín publicó su novela en 1938, pero no circuló ampliamente y tuvo detractores porque expone, aunque sin dar sus nombres, al poeta Jorge Cuesta y al entonces secretario de Educación, Narciso Bassols.
Mónica Mateos-Vega
La Jornada

En 1938, con recursos propios, Guadalupe Marín (1895-1983) publicó su novela La única, en la Editorial Jalisco. Sin embargo, la edición no circuló ampliamente y tuvo muchos detractores por la dureza con que en sus páginas expone, aunque sin sus nombres, a quien fuera su segundo esposo, el poeta Jorge Cuesta (1903-1942) y a Narciso Bassols (1897-1959), secretario de Educación de la época.

Ese relato es el nuevo título que se suma a la colección Vindictas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual busca poner en mano de los lectores obras que por su calidad merecen una segunda oportunidad, dijo Socorro Venegas, directora de Publicaciones y Fomento Editorial de la máxima casa de estudios, durante la presentación del volumen, en el contexto de la 34 Feria Universitaria del Libro (FUL) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

El encuentro se realizó de manera virtual y contó con la participación de la escritora Elena Poniatowska, autora de la novela Dos veces única, en la que, precisamente, aborda la vida de quien fuera también esposa del pintor Diego Rivera.

Cuando conoció a Lupe Marín (como la llamaban sus conocidos), a la periodista le pareció una mujer “con muchísimo carácter y gran capacidad amorosa hacia los demás, con costumbres de provincia que jamás perdió. Siempre destacó por ser una extraordinaria cocinera. Ella era una fuerza de la naturaleza.

Rivera se enamoró de esa mujer que se comía un gran pedazo de sandía delante de él y se le llenaba toda la cara de esa fruta. Mientras Angelina Beloff (primera esposa del pintor) representaba el invierno y la guerra, lo negro, el invierno, lo triste, Lupe era un estallido, los pechos de la mujer que cuelgan mientras lava ropa y que él pintó como dos peras. Fue extraordinaria la aparición de esa mujer con esa fortaleza, evocó Poniatowska.

Autora novedosa

El primer rescate literario y magno que se hace de Lupe Marín, fue precisamente el libro de Elena, agregó en su turno la investigadora Sara Poot Herrera, quien consideró que “recuperar un libro de 1938 es poner a funcionar un archivo de un libro que fue censurado. El libro Dos veces única es espejo del otro.”

En el prólogo de la nueva edición que publica Vindictas, Anaclara Muro explica que La única “no es una autobiografía, pero si? esta? basada en la experiencia de la autora, lo que le permite hacer un retrato de la vida cultural de los años 20 desde la mirada femenina.

“Mari?n publicó dos novelas absolutamente novedosas para la literatura mexicana: La única, en 1938, y Un día patrio, en 1941. Su obra fue condenada al silencio, en gran parte por el resentimiento de los familiares y amigos de Jorge Cuesta, a quien deja muy mal parado como personaje de ficción, puesto que expone la relación violenta y decepcionante que vivieron.

Una de las muchas cosas que niegan los defensores de Cuesta, es que e?l tuvo un romance con la hermana de Lupe mientras Mari?n estaba internada en un siquia?trico porque ningún doctor lograba descubrir de que? estaba enferma y creyeron que estaba loca.

Anaclara mencionó una crítica literaria que José Juan Tablada hizo de La única, en la cual el autor asegura “que es un libro ‘repugnante, indiscreto y delete?reo’, reflejado completamente en su autora, de quien insinúa que es ‘virago o marimacho’, ademas de subrayar que era una chismosa ‘de inagotable verborrea’ que ‘pudo darse un barniz de cultura, pero tan leve’. Sobre la novela dice muy poco”.

Para esta nueva edición, se explica en la presentación del libro, se dio al texto el cuidado editorial del que en su momento careció. Se corrigieron erratas y puntuación, actualizamos algunos usos arcaicos de la sintaxis y la escritura de términos, respetando en todo momento el estilo de la autora, el tono de la narración y las características propias de la prosa. Queremos que el texto reciba la lectura atenta y placentera que merece.

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