En el barro hay vida y sonrisas, sueños, ilusión, fantasía e imaginación.

Alfareras de Temixco plasman en el barro su identidad, sueños y fantasías

En Cuentepec barro se dice sokilt es una expo-venta y oportunidad de conocer el afanoso acto de trasformar la tierra en mensaje

Las obras de barro de las artesanas nahuas estarán en el Museo Nacional de Culturas Populares hasta abril de 2022.
Ángel Vargas
La Jornada

En el barro hay vida y sonrisas, sueños, ilusión, fantasía e imaginación. Es factor de identidad y herramienta del día a día. Finalmente, de él venimos y a él regresamos. Tal es el sentir del grupo de 30 alfareras indígenas de Morelos que presenta sus obras en la exposición En Cuentepec, barro se dice sokilt, inaugurada ayer en el Museo Nacional de Culturas Populares.

Son 140 piezas –ollas, comales, jarras, cántaros, platos, cajetes y objetos decorativos– que dan testimonio de la vigencia y ahínco de una práctica ancestral viva, gracias a la labor de preservación y transmisión de saberes que llevan a cabo las mujeres nahuas de la comunidad de Cuentepec, en el municipio de Temixco, Morelos.

Ellas han sido portadoras durante generaciones de las técnicas y secretos relacionados con el trabajo manual con la tierra.

Concebida como homenaje a esas maestras artesanas y sus creaciones, la muestra trasciende los aspectos artísticos para ofrecer una perspectiva más profunda sobre lo que hay detrás de esa labor artesanal, mediante una mirada interdisciplinaria que involucra a la antropología, la biología, la arqueología, la sociología y la lingüística.

Detrás de cada pieza artesanal hay una historia que identifica a un pueblo. Nos pareció importante que ya que estábamos haciendo una exposición sobre la alfarería y sobre las mujeres de Cuentepec, entendiéramos el entorno y lo que las rodea, así como la importancia del idioma: la lengua náhuatl; es el único pueblo en Morelos donde la comunidad es totalmente bilingüe (hablantes de náhuatl y español), explicó Cristina Faesler, coordinadora de la muestra.

Generalmente, en las exposiciones de arte popular no tenemos la cercanía para entender quién está atrás de ese barro transformado en mensaje, utensilio o adorno, cuáles manos lo moldearon, qué razones y entornos hay.

En entrevista, la gestora cultural destaca que, como parte de la relevancia que el discurso museográfico brinda al idioma náhuatl, se incluyó una serie de videos con entrevistas a las maestras artesanas realizadas en esa lengua por adolescentes y jóvenes originarios de esa comunidad.

Montada en la Sala Guillermo Bonfil Batalla, En Cuentepec barro se dice sokilt está organizada en secciones temáticas que ilustran mediante fotografías e imágenes gráficas la geografía natural de la región y el vínculo con sus habitantes, así como la historia de sus ancestros prehispánicos de Xochicalco.

De igual manera, se da cuenta del proceso para la obtención del barro con el que se realizan las piezas, el papel de las maestras alfareras en la preservación de este oficio, el actual contexto social y demográfico, así como un apartado dedicado a la actividad de la cestería, exclusiva de los varones.

Más de una treintena de los objetos fueron elaborados ex profeso para esta exhibición, mientras otros corresponden a colecciones privadas y vestigios arqueológicos del Museo de sitio de Xochicalco.

La alfarería en esa comunidad morelense es un saber que se ha transmitido hasta las actuales generaciones entre las población femenina, aunque en tiempos recientes comienzan a incursionar también los varones, como es el caso de los nietos de doña Victorina Nava Olivas, una de las expositoras.

Yo aprendí el barro cuando era muy niña, de mi mamá, quien a su vez lo aprendió de mi abuela y ésta de su abuela. Es algo que pasa de mano en mano con el tiempo. Yo se lo enseñé a mi hija y ahora se lo enseño a mis nietos. Para mí, trabajar el barro, tenerlo en las manos, siempre me pone contenta, me hace feliz, explica la alfarera, quien ha dedicado cuatro décadas de su vida a esta actividad. Todo comienza desde que vamos a escoger la tierra, vamos por ella al campo, ya sabemos dónde está la mejor, porque no toda sirve. Después la hacemos fina con una piedra y la colamos con un ayate. Una vez que ya está lista, la mezclamos con lodo chicloso y hacemos las figuras. Esto es lo más bonito para mí, porque aquí sale mi imaginación: animalitos, ollas, vasijas, figuras que he soñado.

Como parte de la muestra, a partir de ayer y hasta el 17 de octubre se realiza en los patios del museo una expo-venta de alfarería de las artistas.

Asimismo, en las semanas subsecuentes se efectuará una serie de cinco conversatorios, presenciales y virtuales en la que participarán especialistas y promotores que profundizarán en las temáticas de la exposición.

El Museo Nacional de Culturas Populares se ubica en Avenida Hidalgo 289, Centro de Coyoacán. Sus horarios son de martes a jueves de 11 a 18 horas y de viernes a domingo, de 11 a 19 horas. En Cuentepec barro se dice sokilt permanecerá hasta abril de 2022.

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