Un mal sueño

Un mal sueño / Javier Bustillos Zamorano

Javier Bustillos Zamorano

Consejero 2: ¿Bueno?

Consejero 1: Quiúbole.

Consejero 2: ¿Ya?

Consejero 1: Sí, voy en camino, es que les di asesoría a los de los pueblos indígenas, no mames cabrón, hay que escribir unas crónicas marcianas desde el ine.

Consejero 2: ¿Sí?

Consejero 1: No mames, desde las dramáticas reuniones con los padres de Ayotzinapa hasta esto, cabrón. A ver, no te voy a mentir, te voy a decir cómo hablaba ese cabrón, que me decía, “yo jefe gran nación chichimeca, vengo Guanajuato, yo decir aquí: o diputados para nosotros o yo no permitir tus elecciones”.

Consejero 2: (Carcajada)

Consejero 1 ¡No mames, cabrón! Se ve que este güey, yo no sé si hable así, cabrón, pero no mames, vio mucho Llanero solitario, cabrón, con eso de Toro. ¡No mames! Sólo le faltó decir: “yo gran jefe toro sentado, líder gran nación chichimeca…”

Voz: Los fundadores de nuestra verdadera nacionalidad fueron los pueblos indígenas, expropiados violentamente por obra de la Conquista y los conquistadores, los expropiadores.

Consejero 1. ¿Qué? Tu voz se oye rara, debe ser por el celular, ¿qué dijiste?

Consejero 2: ¡No fui yo!

Consejero 1: ¿Entonces?

Voz: Pero nosotros no somos ni los unos ni los otros. Nuestra verdadera nacionalidad, en formación perenne, son los mestizos, la verdadera obra de los conquistadores y de los pueblos indios sometidos. El verdadero signo de nuestra nacionalidad, que personifican los mestizos, es el de nacer con una nacionalidad expropiada. Los propietarios son los conquistadores, que mezclaron su sangre con los indígenas, pero que jamás podrán sustituirse a ellos. Lo nuestro sería lo indio, si todos fuéramos indios; pero no lo somos.

Consejero 1: ¡¡¿Papá?!!

Voz: Lo nuestro es lo mestizo. Los indígenas fueron despojados por la violencia de la Conquista; nosotros, los mestizos, por el nacimiento espurio, irreconocible para los vencedores.

Consejero 1: ¡Papá! Qué sorpresa… ehhhh… por favor no me mal entiendas; no, mira, hoy tuve una reunión con líderes indígenas, y bueno, me referí de una manera desafortunada y poco respetuosa hacia uno de los interlocutores –por cierto, quiero aprovechar este espacio para ofrecer una disculpa franca y sin rodeos, a quienes se hayan ofendido por mis comentarios.

Consejero 2: ¡Ante una intervención ilegal de conversaciones telefónicas privadas, el ine manifiesta su indignación y exige a las autoridades la más exhaustiva investigación!

Consejero 1: ¡¡Cállate y cuelga!! Perdón, papá, perdón, tú sabes que mi respeto a los derechos indígenas y hacia toda minoría ha sido patente a lo largo de mi trayectoria como académico y como servidor público. Como Consejero Presidente, lamento…

Voz: Los porfiristas decían que ellos no eran racistas.

Consejero 1: Papá, por favor, no discutamos; me da muchísimo gusto escucharte, tengo mucho que decirte.

Voz: Claro, empieza por decirme el artículo 39 de la Constitución.

Consejero 1: ¿Qué?

Voz: ¿Qué dice el artículo 39?

Consejero 1: Papá…

Voz: ¡Artículo 39 de la Constitución!

Consejero 1: La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

Voz: ¿Y?

Consejero 1: Por favor, papá, tú no, no, por favor.

Voz: El pueblo no puede gobernarse por sí mismo, por eso designa a quienes lo haga en su nombre, es decir el pueblo decide quién va a gobernar y cómo va a gobernar. Cuando hay un plazo para ejercer el poder, tres, cuatro o seis años, lo que sea, si el pueblo no tiene; si no conserva el derecho de revocación de mandato, prácticamente se presenta la posibilidad de un abuso del poder.

Consejero 1: Bueno, mira, a mí no me gusta mucho la revocación de mandato…

Voz: ¡Si un ciudadano que ha sido elegido para gobernar no gobierna bien y no se le quita el poder, es alguien que prácticamente no tiene control alguno, es decir, puede gobernar como le dé su gana!

Consejero 1: … es porque creo mucho en las responsabilidades conferidas por el voto.

Voz: Entiendo, al término del mandato, el pueblo lo castiga y ya no le da el poder ¡Esa no es sino una consolación de tontos!, porque el pueblo si se equivoca, como se ha equivocado en este país muy a menudo y elige a aquellos que no son dignos de gobernarlo, ¡no hay remedio para evitar que el mal gobierno se imponga en la sociedad!

Consejero 1: Papi…

Voz: La ciudadanía ha demostrado que efectivamente está interesada en esta transformación política del país, cosa que no ocurrió antes u ocurrió de manera mucho más limitada. Este era el gran problema para la transformación del país: que la gente, los ciudadanos, no se sintieran interesados en este proceso. Hay la posibilidad, cierta, segura, nunca había existido tan grande como ahora, de democratizar el régimen político y la vida política de México.

Consejero 1: Daddy…

Voz: La cuestión es: ¿por qué una institución como el ife decide y actúa de ese modo sin que haya ningún freno legal que se lo impida?

Consejero 1: ine, papá.

Voz: ¡La democracia tiene sentido, actualidad y vigencia, precisamente cuando procura, aumenta y fortalece la participación de los ciudadanos! ¡Y deja de tener sentido cuando es minada por una serie de obstáculos precisamente a esa participación del pueblo!

Consejero 1: Espera, deja te explico…

Voz: ¡El artículo básico de nuestra Constitución es el 39! ¡Ese artículo es en sí mismo nuestra Constitución! ¡Aquí no se habla ni de democracia liberal ni de ninguna otra cosa! ¡Se habla de un concepto básico en la concepción de la democracia, como lo es el de la soberanía popular!

Consejero 1: Cálmate papito, sí se va a hacer, te lo prometo, sí… (Lo despierta la alarma de su reloj) ¡¡¡Eh!!! ¡¡¡¿Qué?!!! Oh Dios, virgen santísima, cristo redentor…

 

*Basado en textos y declaraciones de Arnaldo Córdova y Lorenzo Córdova, publicados en La Jornada y otros medios.

 

 

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