Rehabilitan a Luis Ugalde Monroy, promotor del cooperativismo, y vuelve al ministerio
Expulsado del clero en 1975 por promover la creación de cajas populares para combatir a banqueros y usureros, es integrado a la estructura diocesana por el obispo Fidencio López Plaza
En la envidiable vitalidad de sus 96 años de edad, y tras casi medio siglo de su expulsión del clero diocesano, don Luis Ugalde Monroy vuelve al ejercicio de su ministerio como sacerdote católico. Al rehabilitarlo, el obispo Fidencio López Plaza repara una injusticia cometida en 1975 en la persona del religioso que se distinguiera por su trabajo en las periferias y, de manera especial, como promotor del movimiento cooperativista que empujó la creación de Cajas Populares en el centro de la República como vía para construir la economía popular y sacudirse la usura de banqueros y prestamistas.
El viernes 4 de febrero, mediante una comunicación interna (05/2022), el canciller diocesano, Israel Arvizu Espino, informó que Ugalde Monroy se reintegra al presbiterio con el nombramiento de “Responsable Diocesano de la Pastoral del Cuidado Integral de la Creación” y adscrito a la parroquia del Sagrado Corazón (Santa Clara). Está previsto que este acto se materialice el mediodía de este lunes 7 de febrero en la Basílica de los Dolores de Soriano, en Colón, justo en el aniversario 158 de la creación de la Diócesis de Querétaro.
Si bien la historia personal de don Luis resulta un caso insólito y de especial relevancia, él siempre insistirá en poner el acento en la idea que encarna: una iglesia comprometida con el pueblo. De ahí que el movimiento de cajas populares, inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia, adoptara como brújula un precepto emancipador esencial: “por un capital en manos del pueblo”. Y todavía más, pondrá el acento en el principio cooperativo que subyace en la organización de las sociedades humanas y el universo mismo. Su regreso es una reivindicación del énfasis social que corresponde al servicio eclesiástico.
Don Luis nació en Amealco el 22 de septiembre de 1925 y fue ordenado sacerdote a los 26 años. Siendo vicario parroquial de Tequisquiapan, quedó inscrito como socio número 1 de la Caja Santa María de Guadalupe y atestiguó la organización de mujeres, choferes y mecánicos, así como de peregrinos guadalupanos que fueron dando forma a otras cajas que les permitían evadir los altos réditos de prestamistas. Aprendió de las experiencias organizativas en Alemania y atestiguó la creación de la Caja Libertad, en el templo de la Congregación, cooperativa que con el paso de los años se desvió del camino para funcionar como un banco.
Cuando fue expulsado del clero, en 1975, formaba parte de un equipo de sacerdotes volcados al trabajo de la periferia de la ciudad de Querétaro, labor que despertó reacciones adversas entre empresarios locales que veían ahí la amenaza comunista. Al no conseguir que abandonara el movimiento, el obispo Alfonso Toriz Cobián le retiró sus licencias ministeriales. Ugalde, igual que Mario Gutiérrez Canchola, fue señalado como rebelde e instigador “de la división”. Este hecho agudizó una crisis dentro de la institución por la elevada deserción de clérigos. Por una década, don Luis vivió persecución y amenazas de muerte, lo que lo llevó a portar una pistola que le fue otorgada por una familiar para su defensa.
Fuera del ministerio, don Luis se apoyó en una religiosa disidente, María Esther Durán Ortega, una mujer fuerte, involucrada también en el movimiento cooperativista, que se convirtió en su gran sostén en los tiempos más difíciles. “Yo no sería sin ella”. Su matrimonio eclesiástico se realizó bajo las normas de la iglesia católica. Ella murió a los 93 años, en 2019, y escribió tres libros: Muchacha de rancho, Rompiendo el silencio y Desde Lomas de Casa Blanca.
En la actualidad, don Luis permanece activo y siempre con las manos puestas sobre nuevos proyectos. En septiembre cumplirá 97 años y puede entregarse a nuevas tareas gracias a su envidiable salud, y su envidiable salud se debe a que vive en el presente y alejado de toda tentación de añoranzas. Su actividad laboral es como asesor en la Caja Popular Florencio Rosas y en estos momentos prepara el Diplomado en Cooperativismo y Economía Social, que iniciará el próximo 18 de marzo.
Tiene ya don Luis un sitio entre los promotores sociales de la estatura de Juan Benito Díaz de Gamarra, Nicolás Campa, Florencio Rosas, Ignacio María Loyola, Gonzalo Vega, Lucio Valdés, Pablo Camacho, Cirilo Servín, Salvador Medina y Ángel de la Vega, que con sus obras cuestionaron los fundamentos del sistema económico capitalista y contribuyeron a la organización de la gente.
El obispo Fidencio López Plaza, comprometido con la pastoral social cercana a los excluidos y discípulo de don Luis en su época de seminarista, le ha entregado la estola que portó don Samuel Ruiz García, obispo de San Cristóbal de las Casas, un hombre volcado a las luchas de emancipación de los indígenas del sureste mexicano y que hizo de Querétaro su residencia en los últimos años de su vida.