Comunicación y renacimiento
Agustín Ramos
1. Los adelantos tecnológicos de la comunicación, sumados a un despertar de conciencias, situarán a la humanidad en una edad similar a la del florecimiento del arte rupestre. 2. Entonces la disyuntiva no será guerra o paz, ni siquiera vida o destino, como lo indicaban en ese orden dos grandes autores rusos hoy prohibidos, bloqueados, incomunicados, León Tolstói y Vasili Grossman. La disyuntiva, cada vez más próxima, cada vez más ineludible, será guerra o vida. Porque el único camino caminable para la vida, para nuestra vida en nuestro planeta, será un nuevo renacimiento. 3. Y así como el humanismo desplazó a la escolástica en la que se cimentó y sostuvo el oscurantismo medieval, así los feminismos desplazarán el apocalipsis patriarcal que fundó y mantiene al capitalismo. 4. Hay que escribirlo con todas sus letras. Festejamos que, sin contratar deuda externa y gastando sólo lo presupuestado, se haya inaugurado el aeropuerto internacional que lleva el nombre del general revolucionario Felipe Ángeles. Porque en los cartones de Rius vimos a don Perpetuo del Rosal inaugurar hospitales y escuelas que nomás eran mamparas sostenidas con garrochas. Y padecimos la Obra Pública prianista: proyectos chafas cuya fecha de caducidad duraba igual o menos que la conclusión de la obra, misma que terminaba multiplicando el costo previsto (total, a más tardanza más derrama y a más derrama más negocios de familia o de pandilla, y también cualquier exceso era con cargo al erario, y si éste no alcanzaba se pedía prestado aunque el endeudamiento y el gasto corriente degradaran los servicios públicos, la educación, la salud…). Por eso y más, nosotros festejamos. 5. Pero también hay que decir que el festejo no puede ni debe ocultar el pleito entre Julio Scherer Ibarra y Alejandro Gertz Manero. Pleito derivado, como todo parece indicar, de los abusos de poder (de ambos). Y si la cercanía (de ambos) con el presidente López Obrador deriva en un arreglo para que ninguno de los dos enfrente su responsabilidad conforme a la ley, entonces no pasará nada y estará pasando algo peor: un abuso de poder para ocultar abusos de poder. Ojo. 6. Ser mujer (y ser periodista) en México significa estar en la mira de un mecanismo exterminador. Hace casi treinta años apareció en Ciudad Juárez la primera señal de una escalada feminicida que se extendió y normalizó en todo el país. Ensayos, reportajes, novelas (Sergio González Rodríguez, Víctor Ronquillo, Roberto Bolaño) escudriñaron las motivaciones del exterminio, sus pautas generales y sus principales culpables (hasta donde el peligro, el valor y el rigor de las investigaciones lo permitieron, sobresalió el apellido Hank). Hoy ocurre una escalada similar, aunque no de género sino de clase, contra el gremio ideal, el más incómodo, el del (auténtico) periodismo. El móvil es transparente: deformar, desinformar, ocultar la información. La selectividad es clara: comunicadores que investigan y comprueban y denuncian informando. El resultado es la ganancia redonda para la autora intelectual del acoso y el exterminio del (auténtico) periodismo, la industria de la comunicación. Los autores materiales son manipuladores que fingen quejarse (“Esto debe parar”) y gesticuladores que reclaman (“Más libertad de expresión”). 7. En entrevista a modo, Córdova Le Petit negó con desparpajo su animadversión hacia el partido mayoritario. Pero en tuíter ya se había tomado una selfie de cuerpo entero al afirmar, con todavía más desparpajo, que “son tiempos en los que las mentiras, la violación a la ley y la deslealtad democrática se practican de manera sistemática y concertada. Son ‘tiempos de tramposos’ que van a ahuyentar de las urnas a una ciudadanía harta de esas trampas”. Firmado por Lorenzo Córdova.