Vestida de mozuela
Febronio Zatarain
Febronio Zatarain
Me ahoga el encierro
Siempre ando buscando un pretexto para salirme
Que por verduras y carne al Edgewater Produce
Que a regresar libros y sacar otros (libros que nunca leo)
a la biblioteca
O como ahora que vine al vapor y al yacusi
Siento los golpes de los chorros de agua en mis piernas
y en mi espalda
La gente alrededor quisiera hurgarme
No están seguros de la clase de monstruo que soy
Llevo puesto el bikini de mi juventud con estampados
de palmera y mar
Pero reparan en mi calvicie camuflada con las canas largas de mi nuca
También en mi protuberante estómago que contrasta
con lo plano de mis pechos
Luego me salgo y me tiendo en el borde
Y su mirada como no queriendo se va al punto donde están mis partes
Mas yo soy mañosa y ahora de vieja es más fácil acomodármelo
Los ojos llegan a los dedos engarruñados de los pies con sus picos
de gorrión
No hay ninguna duda de que el sentimiento que genero es de asco
Cuando llego es como si me adueñara del lugar en que me meto
Ahora sólo hay un mexicano frente a mí y un negro al lado derecho
Los otros me fisgonean desde el filo del ventanal
Hubo otro tiempo en que las miradas cargaban otro sentimiento
De niño me llamaban Jack y era el amor de los tíos y de las primas
Ya en séptimo grado les pedí a mis noviecitos que me llamaran Jackie
Me encantaba jugar con las muñecas y los juegos de té de mi hermanita
Un día mi padre me cachó y se peleó con mi madre
Le echó la culpa de mi mal
Él había cumplido su trabajo y ella no
El día que no volvió me alegré y supe que yo sería el consuelo
de mi madre
Ya en la high school me aloqué y llegué al aula vestida de mozuela
Llamaron a mi madre y la psicóloga la convenció de que yo era
un caso de psiquiatra
Me dieron pláticas y hasta electrochoques pero mis ganas
de ser Jackie no cesaban
En una visita mi madre se encontró con una zombie toda desgreñada
y no lo soportó
Salí del internado y empecé como muchacha a trabajar de afanadora
en un McDonald’s
Yo quería atender al público pero a lo más que llegué fue a preparadora
en la cocina
A los dieciocho solicité en los bares de la Halsted y me llamaron
del Little Jim’s
Ahí conocí a otras como yo y a muchos que eran simplemente gays
El sexo se volvió el pan de todo el día en los baños en los cines en orgías
Mi madre nunca me dijo nada y me acondicionó el sótano
Allí sigo oyendo el arrastre de sus pasos y el rechinar del andador
El miedo al bisturí y el trabajo horrendo en el cuerpo de varias
me alejaron de la cirugía
Cuando me ponía romántica me cubría con una toalla el inconveniente
Mi acompañante y yo ya en el escarceo a media luz soñábamos
Mi dicha empezó a derrumbarse a principios de los ochenta
Amigos y amigas caían como moscas
Nunca me hice la prueba y sigo sin hacérmela
Tres de mis examantes se fueron y con ellos se fue mi sueño
Un frasco de valium y una botella de güisqui estaban siempre en mi buró
Estuve dos años sin tocar a nadie
El único calor que recibía era el del cuerpo de mi madre
Regresé a los baños y a los cines sin ninguna protección
Mi placer ha sido anónimo y año con año más y más esporádico
El vapor y la penumbra ya no ocultan mi obesidad ni mi calvicie
Mi consuelo son los masajes a mi madre y esta propulsión
que me recorre la espina