Arte escénico: Ventana para abrir la salud física, mental y espiritual
Artes escénicas generan disciplina, fortaleza y confianza en todas las personas, afirma Ricardo García
La disciplina, el esfuerzo, la pasión y el compromiso sí dan buenos resultados, afirma Ricardo García, joven xalapeño que aún era adolescente cuando inició un camino en el arte y hoy, 18 años después, es docente, bailarín y actor con presencia en festivales nacionales e internacionales.
En entrevista en Diario de Xalapa, celebra el impacto social del arte escénico en distintas direcciones, desde una puesta en escena hacia al público y desde la propia vivencia, por eso convoca a experimentar los beneficios tanto en lo comunitario como en lo individual, en la salud física, mental y espiritual.
- es que entre sus alumnos del taller de Teatro de la Escuela Industrial Concepción Quirós Pérez tiene a personas de casi 60 años porque, expresa, la edad es lo de menos cuando de conocer el cuerpo y movimiento se trata.
Lo que ha aprendido no le gusta quedárselo para sí mismo, por eso enfatiza que el teatro es colectivo, comunidad y, en su caso, va ligado con la retribución: todo lo que ha recibido lo quiere compartir.
En el escenario, Ricardo García tiene influencias de sus maestros Adriana Duch y su teatro de máscaras, de los creadores escénicos de Las Sangres y de Tania Hernández y Fernando Soto, de Febrero10.
“Sueños para Volar”, “Crónicas de Paso” y “El Yeitotol” son algunas de las puestas en escena donde ha participado, pero también se le encuentra en el flamenco y con el colectivo Zankora de Karina Gutiérrez.
El arte se ha convertido en una forma de vida para el egresado de la Universidad Veracruzana, quien desde los quince años supo que había encontrado lo que le satisfacía y motivaba.
Recuerda sus clases con el maestro Enrique Espinosa, en la Escuela Industrial, donde dice haber obtenido las bases del trabajo disciplinar, ético y creativo.
En esas sorpresas de la vida, su esfuerzo y su pasión lo mantienen en el mismo lugar, pero ahora como docente con la titularidad del taller.
Al referirse a esta escuela, opina que la Industrial es un parteaguas en muchas personas, pues se acercan para experimentar y explorar y después se animan a ir por la licenciatura.
Destaca que hacerlo no requiere mucha inversión pues hay un solo pago por semestre y las opciones de asistir en sistema escolarizado, de lunes a viernes, de 9 a 2, o abierto, los sábados de 9 a 2. Son dos años en los cuales ven expresión corporal, verbal, improvisación y actuación.
“Hay quienes llegan con miedo, con la incredulidad de poder explorar un lenguaje que tiene que ver con el cuerpo, pero al final terminan sorprendidos de todo lo que son capaces de hacer, además de notar el aumento de confianza y autoconocimiento “.
“Al mismo tiempo, los participantes desarrollan habilidades verbales y narrativas para emplear su cuerpo como un medio de expresión de ideas”.
Otra invitación de Ricardo García es para sumarse al taller de danza afro en Taller, ubicado en Zamora 19, donde empieza a formarse una pequeña comunidad afecta al estilo guineano.
Tras 18 años de búsqueda y exploración, el artista manifiesta su entusiasmo por continuar trazando un camino en sus dos grandes pasiones: el teatro y la danza.