«Cosas pequenas y extraordinarias» teatro el Galeon del Centro Cultural del Bosque.

La otra escena

Miguel Ángel Quemain

La crítica teatral mexicana, riqueza de la dispersión

 

La crítica teatral en México ha sido un territorio que se ha desarrollado de manera visible en los espacios periodísticos, sean suplementos, revistas o en las propias secciones culturales de los diarios. Es un ejercicio de opinión claramente diferenciado del ejercicio noticioso, de cobertura de festivales, ferias del libro teatral y muestras de teatro.

Se suele pensar en el ejercicio periodístico como un espacio sólo documental, con todo y que muchos de sus oficiantes han estado en ambos lados de esa frontera imaginaria. Hay reporteros con una larga presencia en las artes escénicas, como es el caso de reporteros culturales, que no se pueden considerar portavoces exclusivos de la noticia.

Están Carlos Paul, Alegría Martínez, Juan Hernández (que oscila entre la cobertura y la crítica, apoyado en las herramientas de un doctorado en Historia del Arte que sitúa su trabajo en una perspectiva amplia), Salvador Perches, así como periodistas que transitaron en medios donde el teatro estaba entre la sección cultural y de espectáculos, como fue el caso de Raúl Díaz y Alejandro Laborie.

Hay otros casos, de dramaturgos y directores, también académicos, que han aportado de manera episódica y continuada en ese espacio, como Silvia Peláez, Jaime Chabaud (Paso de Gato, indispensable espacio editorial y de reflexión y difusión), Édgar Ceballos (Escenología fue pionera en la reflexión académica del teatro hacia fines del siglo XX) Germán Castillo, Armando Partida, Antonio Marquet, Gonzalo Valdés Medellín, José Antonio Alcaraz, Esther Seligson, Estela Leñero (con Esteladodelteatro, espacio radiofónico y web, ya patrimonio crítico del teatro mexicano), Luz Emilia Aguilar Zínser (Ángel Ancona abrió un espacio para el seguimiento crítico en dos ediciones de la Muestra Nacional de Teatro que ella coordinó), Bruno Bert, Bruce Swansey, José Ramón Enríquez, Rodrigo Johnsson, el influyente Rodolfo Obregón (comentarista en Proceso, jurado en todos los moles, director del CITRU y poseedor de las claves del teatro verdaderamente moderno), Fernando de Ita, Alejandro Bullé-Goyri, Juan Meliá (generó un espacio crítico para la escena en pandemia y apostó por la crítica como un ejercicio indispensable para la formación del espectador) y por supuesto Malkah Rabell y Olga Harmony, que fueron y son puente entre generaciones y tradiciones escénicas en el siglo XX, ademas de las editoriales señeras como El Milagro y Libros de Godot.

Son escasos los proyectos de documentación del teatro nacional. Poco y maltratados, como pasa con Paso de gato (esto sin incluir sus cursos, labor editorial y su librería), que en todos estos años ha sido el mirador por excelencia, ha documentado y ofrecido perspectivas críticas y no sólo reseñas que consideramos como críticas de teatro, cuando en realidad son apreciaciones muy limitadas de un fenómeno escénico que, cuando mucho, alcanzan apariciones semanales a pesar de que la oferta teatral daría oportunidad de publicar diariamente un artículo.

Como mencioné en referencia a Juan Meliá, Teatro UNAM ha dado pasos muy significativos para fundar un pensamiento crítico sobre el teatro y hacer partícipe no sólo a la comunidad universitaria, aunque la difusión cultural no puede orientar los intereses académicos.

Circulaba la idea de generar un blog que permitiera una expresión más amplia y continuada, pero está por venir. La labor en el teatro universitario ha sido también valiosa en términos críticos, porque su programación está orientada a explicar y entender varios de los procesos históricos de la escena contemporánea, proponiendo que las propias compañías invitadas generen conocimientos y propongan epistemologías que sean compartidas con el espectador, como pudo verse en el Festival Internacional de Teatro Universitario. Esa es otra forma de la crítica pero desde otro mirador; también lo es una publicación perdurable a través de los “programas de mano” (que ya son una descarga de Qr) y los catálogos.

 

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