Mazatlán, Sin.,
Las culturas norteñas de México sí tenían conocimientos astronómicos, por lo que los eclipses eran importantes al formar parte de los ciclos cósmicos, que se encuentran representados en diversos petrograbados que se localizan en Las Labradas y otros sitios en Sinaloa, sostuvo el arqueólogo Víctor Joel Santos Ramírez.
Se refirió a que las cosmovisiones prehispánicas, tal vez no dejaron registros de eclipses, pero si en los grabados de lo que ocurría en la bóveda celeste, que no eran situaciones aisladas, pues aparecen el Sol, la Luna, planetas como Venus, así como figuras humanas y geométricas, que son elementos integrados, para su cosmogonía que produjo otros ciclos que pudiera llevarlos a predecir los fenómenos astronómicos.
El investigador en la zona arqueológica Las Labradas ofreció la conferencia Los eclipses en la época prehispánica
a grupos de campistas provenientes de diversos lugares del país y del mundo. Explicó que este fenómeno volverá a ocurrir en este punto hasta dentro de unos 300 años.
Añadió que Las Labradas era una frontera cultural entre los grupos prehispánicos, pues se encontró que la época de contacto del grupo de los totorames, se extendió desde el sur de Sinaloa hasta el río Piaxtla, Elota, próximo a este lugar.
Precisó que este sitio, que se encuentra en la costa, es considerado un lugar de rituales, término acuñado por el arqueólogo Víctor Turner que define la ritualidad de las comunidades, o de algo que está muriendo
para dar paso a las etapas de la vida, del ciclo de la agricultura, de la pubertad a la adultez hasta llegar a la muerte de un planeta o de la renovación del Sol y de la Luna.
Santos Ramírez sostuvo la trascendencia en la elección que hicieron los grupos prehispánicos en Las Labradas para realizar grabados rupestres excepcionales y de gran cantidad en piedras (unas 700) localizadas sobre la playa y el mar.