José María Vitier: “Le debo mucho a mis noches de insomnio”

José María Vitier: “Le debo mucho a mis noches de insomnio”

El músico cubano se somete al carrusel de preguntas de este diario

JORGE MORLA

Madrid

“Será de respuestas cortas”, replica José María Vitier cuando se le dice que esta es una entrevista de preguntas cortas, y el periodista no puede por menos que darle la razón. El músico (La Habana, 1954) estuvo esta semana en Madrid, donde recibió un homenaje por sus 40 años de trayectoria profesional. Cuatro décadas en las que su música de marcado acento cubano se ha movido por discos, conciertos y bandas sonoras como la de Cosas que dejé en La Habana o Fresa y chocolate (por la que fue nominado al Oscar en 1994).

De pequeño quería ser…

De muy pequeño, peluquero.

¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?

Mi madre me dijo que la gente pensaba que la gloria y la fama eran sinónimos. Pero que en realidad eran lo contrario.

¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?

Con nadie.

¿Algún sitio que le inspira en especial?

La Habana.

¿Y algún rincón en especial de La Habana?

Mi casa.

“Mi madre dijo: ‘La gente cree que gloria y fama es lo mismo. Y son lo contrario”

¿Cuándo fue la última vez que lloró?

Ahora, cuando te he hablado de mi madre. No se notó, ¿verdad?

¿Cuál ha sido el mejor regalo que ha recibido?

Nunca lo he llamado regalo, pero creo que mi hijo.

¿Qué significa ser músico?

La música es una manera de ver el mundo. Un lenguaje, una explicación de la vida, incluso una anticipación de la vida. La idea es esta: la música es el arte que nos permite recordar lo que no ha sucedido.

¿Para qué sirven los premios?

Para los periodistas. Aunque, bueno, hay premios en metálico…

¿Qué canción o partitura mataría por haber escrito?

Me hubiera gustado escribir la música de La Misión. Tal cual la hizo Morricone.

¿El punto más duro de estos 40 años de carrera?

Cuando uno se da cuenta de lo que ya no va a poder hacer.

¿Pero por tiempo, por talento, o por qué?

Por tiempo, por tiempo. Cosas que pensaste que te iba a dar tiempo a hacer, pero resulta que no.

¿Dónde no querría vivir jamás?

En tierra firme. Siempre seré de una isla.

“La música es el arte que nos permite recordar lo que no ha sucedido”

¿Qué le deja sin dormir?

Padezco insomnio. Duermo muy pocas horas seguidas. Cualquier tontería me quita el sueño.

¿Y ese insomnio ha sido mucho castigo?

No, porque el momento más creativo de mis 24 horas son las tres o cuatro antes de que salga el sol. Le debo mucho a este insomnio.

¿Cuál es su olor preferido?

No me gustan los perfumes… Yo creo que es el olor que sale de la cocina cuando mi esposa está cocinando.

¿Qué personaje del cine o la literatura que se asemeja a usted?

Diría que Riobaldo, el narrador en primera persona del Gran sertón, de Guimarães Rosa. El que no se lo ha leído, no tiene remedio.

¿Qué siente cuando ve su foto en los diarios?

Melancolía.

Si tuviera a Raúl Castro delante, ¿qué le diría?

Varias cosas… [se lo piensa un rato]. Es que nuestra relación con la gente del poder es tan larga y tan compleja… Ya sé. Le diría: Patria y vida.

Respecto a su trabajo, ¿de qué está más orgulloso?

Cuando percibo gratitud en personas desconocidas.

¿Cuál es la noticia que siempre ha esperado leer?

Que no hay guerras.

¿Cómo se imagina el futuro de Cuba?

Luminoso y caluroso.