“¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestable guerra a estas gentes que estaban en sus tierras, mansos y pacíficos, tan infinitas de ellas con muertes y estragos nunca oídos habéis consumado?”
“Las autoridades civiles y españolas en
“Los habitantes prehispánicos de
“En este ambiente hostil era imposible que pudieran florecer las comunidades cristianas, pues llegaron los españoles a tener tanto odio que el mismo Visitador de
En 1743, el Conde de
“Habiendo estado en el Real de Xichú de los españoles, como a ocho leguas del citado pueblo, mandé a empadronar a los citados indios chichimecos que hay en él, y que quedarán en una misión que hubo en dicho real, nombrada de Santa Rosa y que desampararon los religiosos de Santo Domingo, hará como quince años, de los cuales se hallaron 22 familias con 90 personas, los dejé encargados en
En el siglo XVIII, el predominio español era sentido en los Valles de Querétaro, hasta la frontera con
La expansión española, no podía admitir que un territorio tan rico en posibilidades productivas, en especial de minerales, estuviera fuera de su dominio y lo venia estando desde los principios de la invasión europea sobre ella.
Fue así como José de Escandón inició la conquista de este territorio, al viejo estilo español: A sangre y fuego.
Para restañar las heridas a los europeos por los habitantes inmemoriales de estas tierras y obligar a los indios a vivir sumisos a los mineros y hacendados de la región, se establecieron las misiones franciscanas.
Con los elogios a la belleza de estos edificios religiosos, llamados Las Misiones de
El numeroso grupo de españoles y criollos interesados en explotar los recursos mineros –plata, cobre, antimonio, estaño, magnesio y mercurio, además del ópalo, mármol y cantera, mas las tierras agrícolas y ganaderas-, inició esta “conquista y pacificación”, que no fue más que una guerra de exterminio, comenzada en un principio a través de uno de los colonos de esta sierra, Jerónimo de Labra, quien fuera muerto por los indios, fue el protector de las 8 misiones dominicas en
A mitad del S. XVIII,
Para 1749, esta conquista y pacificación, se encomendó a José de Escandón, quien ya había sofocado rebeliones en
José de Escandón, reprendió a los frailes agustinos, visitadores de Jalpan, donde por cierto existía un Fuerte o Presidio, desde 1576, “por no haber realizado el trabajo de evangelización que les fue encomendado por el Imperio Español”
Según las leyes de Indias, todos los pueblos de misión o Doctrinas, para ese entonces, debían secularizarse, sin embargo en
Después de la expulsión de los jesuitas, el Arzobispo Lorenzana, apoyado por los colones españoles y criollos, impulsó la secularización, y fue este quien creo la parroquia de San José Casas Viejas en 1770, acto menos reconocido que el del Arzobispo anterior, en esta población de San José Iturbide.
El exterminador de los jonaces de
Con el poder que mantenía Escandón, a quien se le llama Conde de
Estas circunstancias permitieron que
*Esta nota está tomada de
*Nota:
Fue después de creado el obispado de Querétaro, cuando se comenzó la construcción del nuevo Templo Parroquial, (1866) de San José Casas Viejas, comenzando bajo el episcopado de su segundo obispo, Ramón Camacho García, siguieron después los obispos Rafael Sabás Camacho, Manuel Rivera Muñoz, Francisco Banegas Galván, Marciano Tinajero y Estrada y Alfonso Toriz Cobián. El Primer obispo Bernardo Gárate y el octavo, Mario Gasperín, no entran en reformas al edificio de gran envergadura.
La parroquia de San José Casas Viejas, desde su fundación en el año de 1770, dependió del Arzobispado de México, creado en 1527, después del de Tlaxcala, siendo en ese entonces el Arzobispo Lorenzana su titular por lo que es pues este, el creador de la parroquia secularizada tanto en la región y especialmente es San José Casas Viejas.
La influencia de los jesuitas en esta región, permanece desde San Luis de
Es de recordarse que los franciscanos, abandonaron la doctrina de Xichú de Indios, hoy Victoria, en 1749, y su influencia no alcanzó a esta zona del Valle de Galomo, donde ahora se encuentra San José Iturbide.
A finales del Siglo XVIII, dentro de este curato se fundaron las Misiones Dominicas de Santa Rosa y de Santa María Magdalena que no prosperaron y desaparecieron a principios del Siglo XVIII.
Dentro del territorio de este Curato de Xichú de indios estaban los pueblos de Santa Catarina, Cieneguillas, Tierra Blanca y Casas Viejas, y cuyos cabildos residían en la población de Xichú. Dentro de este curato se establecieron tierras para que fueran explotadas por los invasores españoles.
Según decir del Arzobispo Manuel Rubio Salinas, la tarea de los religiosos de evangelizar y adoctrinar, ya estaba terminada, por lo que seguía la secularización de las mismas. El argumento de este Arzobispo era que “A los graves inconvenientes que resultan que los regulares aplicados a estos ministerios, viven sin la vista y subordinación de sus superiores…”
Según orden de Felipe VI, de proveer sacerdotes seculares, según fueran quedando vacantes las sedes parroquiales por los religiosos, en Xichú de Indios, en julio de 1746 muere el Fraile José Martínez Segura, por lo que el Virrey de Revillagigedo encargó el 19 de Mayo de 1751 que Rubio y Salinas nombrara cura en Xichú de Indios y que los frailes franciscanos entregaran el Templo y anexos del Curato.
El cura del Real de Xichú, Juan Ignacio Rodríguez, reforzado por el Teniente de Alcalde de San Luis de
En 1754, Rubio y Salinas informa por carta al Consejo de Indias que ha conseguido apartar a los religiosos franciscanos de siete misiones, a los agustinos de seis, y a los dominicos de cuatro en el año de 1753.
El párroco de San José Casas Viejas, Br. Andrés Ramírez, inicia un litigio en 1783, contra el Mayorazgo de Luyano para que le sean concedidos 25 solares para españoles alrededor de la parroquia, juicio que le es favorable en 1804. Aludió la necesidad y la ley de que por lo menos 12 familias de españoles custodiaran al Santísimo Sacramento.
Para 1803, queda pues establecido un pueblo de españoles en San José Casas Viejas y que será abandonado por estos en 1810, y cuyo resguardo quedará en los indios y el Padre Olvera durante los siguientes 4 años, hasta que fue nombrado Cura el Padre Garfias y jefe Político el militar José María Lanzarín y da así comienzo su reconstrucción o a mi decir un nuevo pueblo que es el que hoy conocemos como San José Iturbide.