En San Juan del Río, Querétaro
SE RESCATA LA ZONA ARQUEOLÓGICA «CERRO DE LA CRUZ»
Actualmente se lleva a cabo el rescate arqueológico de una de las zonas más antiguas de la región de San Juan del Río. Se trata de dos pirámides superpuestas en el Cerro de
Bajo la coordinación del arqueólogo Juan Carlos Saint-Charles, los trabajos de liberación y consolidación empezaron desde febrero del 2000 en una zona afectada por construcciones de pobladores actuales. El camino de entrada al cerro y sus bardas data de los años cuarenta y según Saint-Charles, se puede pensar que fueron construidos con la piedra de los asentamientos originales de la pirámide, lo mismo que una capilla que data de los mismos años y que se alzó en lo que parece fue la plaza principal del sitio.
El lugar fue sido un centro ceremonial desde la época prehispánica y más recientemente un lugar de culto católico y de fiestas populares, sobre todo en El Calvarito asentado sobre la pirámide, que data de 1679 y 1739, de acuerdo a placas originales en el montículo.
El proyecto está planteado por lo menos para 5 años en trabajos de reconstrucción y de ello habla en entrevista Juan Carlos Saint Charles: «El lugar es uno de los más antiguos detectados en Querétaro, sobre todo en la parte de los valles, y uno de los primeros asentamientos agrícolas. Estamos hablando de 500 años antes de Cristo. El estudio de esta zona es relevante porque nos permite conocer la dinámica mesoamericana en la región, y su proceso de desarrollo en los diferentes momentos históricos.
«Hemos detectado, una secuencia de ocupación que viene desde el año 900 o 1000 d.C. En el periodo formativo su situación geográfica se ubicaba en los límites de la frontera mesoamericana. Durante el periodo clásico (auge de Teotihuacan) la región quedó inmersa en ese ámbito y posteriormente San Juan del Río volvió a caer en los límites fronterizos».
Ultimos hallazgos en el Museo de la Muerte de San Juan del Río
Sobre los trabajos precedentes en la zona, Saint Charles explicó que las investigaciones en este sitio y sus alrededores comenzaron a mediados de los años setentas. «El arqueólogo Enrique Nalda fue uno de los primeros en hacer estudios sistemáticos en la región, y quien realizó reconocimientos de superficie. A través de los años, ha habido una serie de rescates arqueológicos principalmente entre los caseríos del barrio que creció en las faldas del cerro, donde se ha recuperado información de los diferentes momentos de ocupación».
El arqueólogo precisó que en el Cerro de la Cruz se realizan labores de conservación, lo que implica la liberación, la restauración y la consolidación del edificio principal. También se han hecho pruebas para la conservación de pisos. En siguientes etapas del proyecto, se continuará con las plataformas y otros edificios que tenemos detectados, lo mismo que con la calzada perimetral del cerro que también está por estudiarse, así como los petrograbados que se han localizado en ella.
La investigación está enfocada a conocer cuál era la dinámica cultural interna en el sitio y hacia el exterior. Toda la etapa de poblamiento y repoblamiento es nuestra línea de investigación fundamental, lo mismo que la investigación sobre las fronteras de los diferentes momentos históricos, sobre todo en el complejo periodo epiclásico.
Tenemos numerosos materiales, además de los de chupícuaro, para el momento más temprano. En esta última temporada de excavación, dijo Juan Carlos Saint Charles, localizamos materiales afines a Tula pero en su fase previa al gran desarrollo tolteca. Nos queda por investigar qué pasó en este sitio durante el periodo clásico en que domina la cultura teotihuacana. Aquí a siete kilómetros tenemos un sitio con evidencias teotihuacanas, aclaró, pero en el Cerro de la Cruz no existen hasta el momento.
«Es una zona bastante rica en todos los sentidos. Aquí está enterrado y casi estoy seguro que intacto, todo lo que fue la cultura chupícuaro, porque la gente que ocupó el lugar después de ellos, no destruyó los edificios. El sitio fue rellenado con piedra y lodo de baba de nopal, para construir arriba con un nuevo patrón arquitectónico en el periodo epiclásico. Se pueden apreciar los recubrimientos originales en lo que se ha consolidado de los taludes de las dos pirámides».
A finales del año 2000 se terminó con la primera etapa del proyecto que consistió en la liberación y consolidación del basamento piramidal y de las caras sur y norte. En la siguiente etapa se trabajarán las otras dos caras y en los próximos años se liberarán otros edificios y plataformas localizados.
Acerca de los hallazgos en las excavaciones Saint Charles dijo que se han encontrado muchos entierros con sus ofrendas; piezas con excelente calidad de manufactura. Algunos son chupícuraro, pero la mayoría parecen ser del periodo epiclásico.
En la gran cantidad de entierros, diferentes en un mismo momento de varios grupos que ocuparon el sitio, se han encontrado cráneos mutilados de la época chupícuaro que se exhiben actualmente en el Museo de la Muerte de San Juan del Río. Algunos entierros casi a flor de tierra, en el lado sur de la pirámide, pertenecen a niños, lo que indica que el sitio siempre ha sido un lugar de culto y que son de la época de contacto con la cultura europea, cuando el sitio ya estaba en ruinas.