La Microhistoria… 1/3

El microcosmos social: Objeto de la Microhistoria  José Félix Zavala 

“Salí a los doce años de edad para incorporarme a la segunda urbe de la república mexicana por siete años y a la ciudad más poblada del mundo por treinta y tres. Era visto por gente de corte urbano, como todas las poblaciones chicas, con un dejo peyorativo”. 

“Cuando ya iba muy adelantado en el camino de la urbanización, empecé a percibir que los valores de la gente campesina dejaban de ser asunto de la humorística, eran cada vez menos el hazmerreír de los citadinos”. 

“Quizá hayan colaborado a convertir en meritorio las novelas de asunto rural que culminan con Pedro Páramo de Juan Rulfo y las actividades del INAH que comienzan en 1939 y las del INI en 1948”. 

“Son cada vez más numerosas las monografías de comunas indígenas hechas por antropólogos sociales. Son cada vez más apreciadas las historias pueblerinas escritas por aficionados y mejor acogidos los historiadores profesionales que consideran historiable la trayectoria de los miles de microcosmos de la república mexicana”. 

“Mi pueblo, San José de Gracia, antes ignorado o visto peyorativamente, llega a ser tema de debate intelectual en universidades de México, San Diego, Maracaibo, Madrid, San Juan de Puerto Rico, Bogotá”. 

“Mi pueblo le ha acarreado miles de lectores a Pueblo en Vilo el volumen que escribí en 1967, cuando todavía el interés por las minisociedades no se volvía torrencial”. 

“Ahora las preguntas sobre la meta, el método y la situación microhistoriográfica me son planteadas con frecuencia”. 

“El microcosmos social es objeto de la microhistoria” 

“El terruño, la parroquia, el municipio o una minisociedad solo sabría definirlas como patria chica o la matria.. Es un espacio corto, abarcable de una sola mirada hecha desde las torres de la iglesia o desde el la cumbre del cerro”. 

“En este concepto caben 2,378 municipios, distinguidos entre si pese a tener todos ellos muchos rasgos comunes”. 

“La sociedad municipal no es de ninguna manera como la de las nubes”.  

Sin templo parroquial, sin palacio municipal y sin mandamás, estos por supuesto en buena relación con la élites del lugar donde nunca falta el todista, los ricos y los viejos. Allí imperan valores culturales totalmente propios y una visión del mundo,  

Tratándose de México, es posible, escribir ampliamente de las culturas locales, de los valores que le dan sentido y cohesión a cada una de las tres mil unidades municipales. 

México no eras una nación sino un conjunto de naciones diferentes. Cada patria chica o cada matria tiene su liturgia específica y mantiene a su santo patrono providente, sus fiestas locales, su particular modo de ser y arte propio. 

A México hay que verlo microscópicamente, como suma de unidades locales.  

En pocos lugares como en México, se justifica el análisis Microhistórico.     

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