1968-2008 – 40 años «teología de la liberación»

Cuarenta años de la Teología de la Liberación     

“Pocos son los creadores de una ruptura epistemológica.  

En el campo de la filosofía occidental moderna fueron creadores Descartes, Kant, Hegel, Marx, Heidegger. en teología destacaron Tomás de Aquino, Lutero, Bultmann, Rahner.  

Gustavo Gutiérrez abrió un camino nuevo y prometedor para el pensamiento teológico, descubrió una nueva manera de hacer teología”: son palabras certeras del teólogo Leonardo Boff.  

La teología en América Latina y el Caribe se caracterizaba por repetir o sintetizar pensamientos foráneos. A finales de los años sesenta, Gustavo Gutiérrez crea un método teológico desde y para la América Latina pobre y oprimida.  

Dio a esta reflexión de la fe desde el reverso de la historia el nombre de Teología de la Liberación.  

Su radio de proyección ha sido verdaderamente impresionante: desde la teología negra, india, asiática, feminista, ecológica y de las religiones, hasta la teología judía y palestina de la liberación.  

Gustavo es el primer latinoamericano en situarse en un plano de igualdad entre los grandes creadores dentro de la historia de la teología.  

La presente entrevista fue realizada en el contexto de dos celebraciones de gran relieve para este 2008: los ochenta años de vida de Gutiérrez y el cuarenta aniversario del emblemático documento eclesial latinoamericano Medellín.   

“Comencé a trabajar en marzo del ’64. Hubo una reunión convocada por Iván Illich. Lo conocí cuando estaba todavía en Puerto Rico en el año ’60. Fue Iván quien citó a una reunión muy informal en Petrópolis para que dijéramos cómo veíamos el trabajo de la teología en América Latina».  

«Hablé de teología como una reflexión sobre la pastoral y sobre la vida cristiana. Eso que formulé más tarde como reflexión crítica sobre la praxis a la luz de la fe».   

«Yo me pasé prácticamente todos mis estudios de teología sumamente preocupado en la cuestión del método. De ahí la frase: “nuestra metodología es nuestra espiritualidad”.   «Me invitaron a hablar sobre la pobreza en Montreal en 1967».  

«Quería tomar distancia de Voillaume, el autor de En el corazón de las masas, porque él evitaba cualquier perspectiva demasiado social en torno a la pobreza; pero la verdad es que no se puede evitar el hecho social».  

«Hablé de tres nociones bíblicas sobre la pobreza: primero la pobreza real o material, vista siempre como un mal»  

«La segunda es la pobreza espiritual, como sinónimo de infancia espiritual».  

«La pobreza espiritual es poner mi vida en las manos de Dios».  

«El desprendimiento de los bienes es consecuencia de la pobreza espiritual».

«Y la tercera dimensión es la solidaridad con los pobres contra la pobreza».  

«Voillaume hablaba de que había que ser pobre. Sí, muy bien, ¿pero para qué? ¿Qué sentido tiene? No es únicamente para santificarme yo. Había que plantearse lo que significa para el otro».    ÁNGEL DARÍO CARRERO   

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