El I N A H en Monte Albán

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El INAH en Monte Albán

 

Abrirá al público la zona arqueológica de Atzompa

Talamontes y saqueadores son los máximos enemigos de los vestigios zapotecos, señala

Para difundir las investigaciones realizadas, así como nuevas evidencias prehispánicas, próximamente se abrirá al público la zona arqueológica de Atzompa y el Centro de Investigación y Documentación en tercera dimensión que proyectará la historia en torno a las emblemáticas piezas grabadas, descubiertas en este sitio hace algunas décadas.

Asimismo, la zona arqueológica de Monte Albán, que data de hace casi 3 mil años, a mil 900 metros sobre el nivel del mar, es el eje del corredor prehispánico de la región y fuente de varios proyectos de investigación.

Los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabajan en el rescate y preservación de los majestuosos vestigios mixteco-zapotecos.

Al respecto, los expertos siguen realizando incesantes trabajos de campo en los alrededores y cerros cercanos a Monte Albán, los cuales todavía ocultan vestigios. También son objeto de preservación las zonas de Mitla, Yagul y Zaachila, así como las innumerables cuevas prehistóricas de la región.

Visitas vespertinas y nocturnas

La arqueóloga Nelly Robles, directora de la zona arqueológica de Monte Albán, en entrevista con La Jornada, se remonta a los orígenes de esta civilización que vigilaba desde las alturas los pormenores de toda una sociedad y que era hábil en la práctica y cálculo de diversas ciencias.

Otro de los atractivos que posee Monte Albán, explica, es el programa de visitas vespertinas y nocturnas que se proponen para conocer esa imponente ciudad de manera controlada y en grupos reducidos.

“La visita está orientada a la percepción sensorial, pero también desarrollamos el proyecto nocturno, que permite conocer los pueblos zapotecos y la astronomía de la NASA, mediante el programa El sol nos une a todos, que también se aplicará a otros sitios prehispánicos.”

Robles refiere que para preservar y conservar el sitio prehispánico también se han sumado la comunidad oaxaqueña y los integrantes del Programa Custodios Voluntarios, vinculado a iniciativas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el cual involucra a niños y adolescentes de primaria y secundaria.

“Los niños de colonias y comunidades circundantes suben a Monte Albán para participar en la custodia del sitio –sumándose así a los 25 custodios del INAH y seis veladores–, donde aprenden los diferentes comportamientos que el turista puede tener y que van del visitante respetuoso hasta quien llega con el propósito de destruir.

“A los niños se les da un gafete y un silbato, y desde ese momento tienen todo el derecho de llamar la atención al visitante. Es muy interesante tener a los niños de las comunidades protegiendo su patrimonio, en lugar de poli-cías uniformados. Además, la respuesta por parte del turista ha sido muy favorable”, expresó la arqueóloga.

Sobre Monte Albán, la especialista detalla que fue la “primera urbe planificada del continente americano y tuvo una constante ocupación humana por más de 13 siglos, del año 500 aC al 850 dC, en cuya época comenzó el declive de una cultura que ostentaba un acucioso trabajo científico aplicado en diversos rubros y actividades”.

Además, agrega la arqueóloga, también se manifestó el surgimiento del Estado como sistema de gobierno.

“Después del abandono de la ciudad, sus ruinas siempre fueron sagradas para los zapotecas que la construyeron, así como para los mixtecos que arribaron al Valle de Oaxaca en la época tardía. Estos últimos depositaron los restos de algunos personajes principales en una tumba zapoteca, la VII, acompañándola de una extraordinaria ofrenda, cuyo hallazgo ha dado la vuelta al mundo.”

Esplendorosas estructuras

Entre los misterios que envuelven a Monte Albán, Nelly Robles explica sobre la considerable cantidad de tumbas que han sido halladas en la antigua urbe.

“Tenemos registradas alrededor de 235 depósitos mortuorios, aunque las referencias históricas y arqueológicas señalan más de mil tumbas y un número similar de terrazas, además de 250 estelas grabadas.”

En Monte Albán, continúa Nelly Robles, “tenemos registradas y mapeadas más de 2 mil terrazas y es probable que exista un número similar de tumbas, elementos que nos permiten comprender y buscar respuestas de orden social y del esquema de poder y del Estado, así como de la planeación tan particular y científica de esta urbe.

“Para edificar este centro ceremonial y habitacional, los antiguos pobladores crearon un proyecto de ciudad con trazos armoniosos y construcciones ejemplares, utilizando preceptos de astronomía, física y matemáticas.”

Tres observatorios, vestigios calendáricos, una imponente plaza principal –la cual gracias a su ubicación tiene una magnífica acústica que permite escuchar la voz de una persona en otro punto lejano–, innumerables estelas grabadas y esplendorosas estructuras prehispánicas integran la majestuosa zona arqueológica de Monte Albán, que celebró en diciembre pasado el vigésimo aniversario de haber sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Nelly Robles explica que ocupa “más de 2 mil hectáreas de área protegida, de las cuales sólo se han explorado 300. Los trabajos continúan de manera constante en los cerros que rodean la antigua metrópoli, como El gallo, El plumaje, Monte Albán chico, Bonete y El mogollito”.

Conflictos por tenencia de la tierra

En los cerros que rodean a Monte Albán, comenta uno de los vigilantes, también “existen ocultas grandes estructuras, lo que permite imaginar todas aquellas pirámides y habitaciones que se encontraban en las alturas y saturaban todo el valle”.

Como en la mayoría de los sitios prehispánicos en la República Mexicana, en Monte Albán también existen conflictos por la tenencia de la tierra, pero los mayores peligros y enemigos de esa gran área son los talamontes y los saqueadores.

También las movilizaciones sociales ocurridas en Oaxaca, en 2006, propiciaron la debacle de visitantes a la zona, que en época de vacaciones recibe entre 5 mil y 7 mil personas diarias.

“Monte Albán es uno de los 10 sitios del Patrimonio de la Humanidad que merece mucha atención, y que desde su fortaleza genera muchas ideas y material para la mejor atención de otros sitios arqueológicos, sobre lo cual tenemos excelente reputación ante la UNESCO.”

Al recorrer Monte Albán, los visitantes pueden admirar los palacios residenciales, los enormes basamentos, las terrazas, las extensas plataformas escalonadas, los sistemas para el control y almacenamiento de agua, las tumbas de piedra –algunas con pintura mural–; además de la cancha del juego de pelota y las piedras grabadas, conocidas como los danzantes, que representan a personajes desnudos que probablemente fueron cautivos muertos mediante sacrificio.

Ana Mónica Rodríguez La Jornada 

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