La Historia del Mariachi

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 Historia del mariachi

 

A nivel popular e incluso muchos diccionarios enciclopédicos afirman, el término mariachi se deriva de la palabra francesa “mariage”, que quiere decir matrimonio.

 

Este supuesto se basa en la creencia de que en los tiempos de la Intervención Francesa (acaecida en 1862), durante una boda de rancheros en un poblado de Jalisco llegaron unos soldados franceses, quienes sorprendidos ante tal jolgorio, en el que los músicos tenían un papel muy importante, preguntaron sobre aquella fiesta. El interlocutor lógicamente contestó: “C’est un mariage” (en francés), y así fue como los franceses denominaron al conjunto musical…

 

El mariachi. Símbolo musical de México”, cita en su libro un texto tomado de El Universal Ilustrado del 9 de agosto de 1925: “El Mariachi […] arranca, que se sepa, de la época de la Intervención Francesa, y su voz original significa, en francés, matrimonio; que por una frecuente corrupción vino a parar en ‘Mariachi’”.

 

Ricardo Espinosa afirmaba en su columna “Como dijo” -publicada en El Sol de México el 8 de abril del 2001- que el vocablo mariachi deriva de un canto aborigen a la Virgen María, en el que se mezclan el náhuatl, el español y el latín. “Este canto empezaba diciendo ‘Maria ce son’… que quería decir ‘te amo María’”.

 

Según Espinosa, la teoría es resultado de las investigaciones del canónigo Luis Enrique Orozco, historiador de la arquidiócesis de Guadalajara, basadas en un documento encontrado en Cocula que data del año 1695.

Lo cierto es que el manuscrito de Rosamorada, Nayarit, constituye el testimonio más antiguo del uso del vocablo antes de la Intervención Francesa.

El documento consiste en una carta fechada el 7 de mayo de 1852, escrita por el presbítero Cosme de Santa Anna al arzobispo Diego Aranda y Carpinteiro, en la que se quejaba de las escandalosas celebraciones de los pobladores con motivo del Sábado de Gloria.
Jáuregui reproduce en su libro un extracto del documento:

 

 “Al acabarse los divinos oficios de mi parroquia en el sábado de Gloria, encuentro en la plaza y frente de la misma iglesia se hallan dos fandangos, una mesa de juego y hombres que a pie y a caballo andan gritando como furiosos en consecuencia del vino que beben y que aquello es ya un desorden muy lamentable; sé que esto es en todos los años en los días solemnes de la resurrección del Señor, y sólo que ya sabemos cuántos crímenes y ecsesos se cometen en estas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos, mariachis.

El estudioso plantea que la palabra surgió entre el pueblo coca, en Cocollan, asentamiento que después de transformaciones y desplazamientos se convertiría en la actual Cocula, Jalisco.

La raza coca, según el autor, surgió como producto de la mezcla entre otomíes y nahuas, y habitó la llamada región de Chimalhuacán.

El investigador asegura que desde tiempos prehispánicos este pueblo le dio un lugar central al canto y a la música en su vida.

 

Hermes afirma que la palabra mariachi es un regionalismo que contiene la mezcla de voces cahítas y tarahumaras, y cuyo significado se traduce como “lo que suena en corrido”, concepto que alude a la rapidez con la que los músicos ejecutaban sus instrumentos.

 

Con el paso del tiempo y la ubicación geográfica del pueblo coca dentro de la región -la cual fue modificándose a causa de ciertos factores climáticos-, el significado de la palabra cambió a “lo que suena en el cerro” o “violines del cerro”.

 

Conforme los músicos de mariachi bajaron de la serranía y abandonaron Cocollan se dieron a conocer en otros pueblos -principalmente después de la etapa de Independencia-, por lo que dichas acepciones perdieron fuerza y al final el término mariachi significó solamente la propia agrupación.

 

Sin embargo, para Jáuregui también el origen coca del término, e incluso del conjunto, es discutible, puesto que el vocabulario en el cual se basa la existencia de dicha lengua contiene apenas 100 palabras y fue dictado en 1907 por el indígena coculense Ignacio Rodríguez Nixen al investigador Dávila Garibi, cuyos planteamientos han sido la base fundamental de la hipótesis autoctonista. Además, se ha demostrado que varias de esas voces pertenecen a la lengua náhuatl.

 

Otro documento, el de Tlalchapa, Guerrero, del año de 1859 (la segunda fuente más antigua en que se registra la palabra mariachi y que, por cierto, también se ubica con anterioridad a la Intervención Francesa), hace referencia a los músicos como «mariache», compuesto de arpas, violines y tambora.

 

Esta descripción fue realizada por el padre Ignacio Aguilar en una misiva fechada el 3 de mayo de 1859, día de la Santa Cruz.

La palabra mariachi no siempre ha servido para designar a las fiestas o al conjunto musical. Antiguamente se refería también al tablado o tarima sobre la cual zapateaban los danzantes que tradicionalmente acompañaban a los músicos, y al árbol del que se obtenía la madera para fabricar dicho tablado.

 

Nadie sabe con certeza el origen del Mariachi, es una tradición que se ha transmitido oralmente, cuyas raíces están perdidas en el tiempo y difícilmente encontramos referencias escritas para definirlo, viene siendo la continuidad de un mestizaje que comenzó con la colonización de México por España y aun sigue evolucionando.

 

La tierra del Mariachi tradicionalmente la asociamos con Jalisco, pero también abarca los estados circunvecinos de: Michoacán, Colima, partes de Nayarit y Zacatecas.

Han habido muchos estilos regionales, la mayoría hoy casi desaparecidos entre los más famosos están los estilos de Cocula, de Tecalitlan y la Sierra del Tigre

Mientras los mariachis de Cocula y de otras partes estaban estableciéndose en la capital de México, en el pueblo de Tecalitlan había un grupo de fama regional, el mariachi de Gaspar Vargas sus integrantes principales eran Gaspar Vargas “guitarra de golpe” y Manuel Mendoza “arpa” quienes se acompañaban por dos violines

Mas tarde entro el violinista Silvestre hijo de Gaspar y con la adición de Nicolás Torres en 1918 el grupo ya era de cinco. En 1932 Silvestre Vargas tomo la dirección y el conjunto siguió aumentando hasta llegar a 8 integrantes.

A principios de los años treinta, había varios mariachis con trompeta en la Ciudad de México, el mas destacado de todos los trompetistas era Jesús Salazar quien trabajaba con el Mariachi Tapatío de José Marmolejo quienes al final de los treinta ya habían grabado discos con la inolvidable Lucha Reyes.

 

Mientras, el Mariachi Vargas siguió siendo un grupo de cuerda. Silvestre Vargas quería conservar su grupo de pura cuerda pero el mismo publico le obligo a agregar la trompeta su primer trompetista permanente fue Miguel Martínez. Y si Jesús Salazar fue el padre de la trompeta del mariachi, fue Miguel Martínez quien la llevo a su máxima expresión del genero.

 

Durante la década de los cuarentas la trompeta seguía cobrando fuerza hasta llegar a ser imprescindible para el mariachi. En 1949 Pedro Infante acompañado por el mariachi de Juan Buitrón hizo lo que posiblemente fueran las primeras grabaciones de un mariachi con dos trompetas y no fue hasta 1952 cuando el nuevamente organizado Mariachi México de Pepe Villa tuvo una serie de discos de éxito que efectuara un cambio decisivo en la instrumentación de los grupos de mariachi.

Con un pie bien plantado en los dos mundos el mariachi seguirá siendo un embajador mexicano interpretando orgullosamente los sones, jarabes, huapangos y rancheras que fortalecerán la esencia del pueblo de México.