El aluminio cobra vida en los cuerpos de los bailarines. Se mueve de manera insólita. La iluminación resalta el brillo. La música le mete ritmo. El montaje del coreógrafo Ilan Azriel convierte estos materiales fríos en protagonistas del Aluminum Show, lo último en la jerga vanguardista del arte escénico israelí. The Aluminium Show está integrado por expertos en teatro físico. Crean esperpentos metálicos, robots juguetones que relampaguean, bichos de dimensiones desconocidas, lluvias platinadas. El impacto seduce. El ritmo percusivo hace bailar a los resortes gigantes. Nada es convencional en esta orgía de ilusiones ópticas. Nada es previsible en esta magia del bailarín fundido en la plástica del aluminio. En 1997 Azriel hizo alquimia con el material industrial. Se encontró con tubos de lavadoras y aire acondicionado. Descubrió su flexibilidad. Así, algo tan cotidiano se convirtió en expresión poética. Cuando estrenó su experimento en 2003, la crítica fue pródiga en calificativos: diversión inteligente, un acto de amor entre la luz y el aluminio, juegos pirotécnicos de esculturas luminosas. El dominio de la mente sobre el metal. Con la colaboración de la Embajada de Israel en México y Orly Beigel Productions