Jaime Septién y Los Medios

Escrito por Jaime Septién
Domingo 12 de Octubre 2008
MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Image Cuando se hace el recuento de las formas de usar el ocio, no se recuerda el gran valor del tiempo perdido frente a la pantalla…

Por Jaime Septién

Cuando se hace el recuento de las formas de usar el ocio por parte de los mexicanos, no se recuerda el gran valor del tiempo perdido frente a la pantalla: sea del televisor, sea del cine, de la computadora o de la consola de los videojuegos.  Revisando las estadísticas, un escalofrío recorre al estudioso de la vida social del país: en verdad, los mexicanos estamos «enganchados» a la pantalla.*

De los 26 millones de hogares que hay en México, 23.3 millones tienen televisión, aunque de 105 millones de mexicanos que somos, 104.4 millones se declaran televidentes consuetudinarios. Y tanto así que ocupamos uno de los primeros lugares mundiales (si no es que el primero), en consumo de televisión diario con un promedio de 4 horas con 27 minutos (4 horas 9 minutos los hombres; 4 horas con 33 minutos las mujeres)

En cuanto al cine, éste se está trasladando a la casa, de tal suerte que, si bien cada habitante del país acude a la sala cinematográfica 1.8 veces al año, 29% de los hogares mexicanos cuenta con televisión de paga, y de ésta, la mayor parte del consumo es de películas. El promedio de estreno es de 5 películas a la semana.

En lo que respecta a los videojuegos, México representa cerca del 50% de ventas de hardware y software de videojuegos en toda Iberoamérica. En nuestro país hay cerca de 35 mil jugadores especializados en competencias de videojuegos y 10 millones de jugadores casuales. Lo que es preocupante es que la edad promedio del jugador de videojuegos en el mundo es de 26 años, mientras que la edad promedio del mismo sector en México es de tan solo 20 años.

Para internet, aún no tenemos estadísticas consolidadas, pero una encuesta de los asociados en materia de publicidad dio a conocer, hace poco, que por vez primera en la historia, los anunciantes están dirigiendo su publicidad de futuro (o sus intereses) a la red, lo que hace pensar que son millones los usuarios y muchas horas pasadas navegando.  Donde la publicidad se mueve es que hay negocio de por medio.

Medido en términos de pérdida de tiempo, el que ocupamos los mexicanos frente a las pantallas es monstruoso. Imposible de medir y, más aún, de predecir las consecuencias (sin duda poco agradables) que esto acarrea. Hay varios hechos constatados: el aumento de la obesidad, el sedentarismo, la debilidad perceptiva, el alejamiento de la lectura, la incapacidad de aprender, la poca participación social, la atonía del público y el engrosamiento de la cartera de dos o tres que se anuncian incisamente en la tele. Y eso es un drama social, que nadie quiere ver.

*Los datos están tomados del Tercer Informe de Calidad de los Contenidos de los Medios de la Asociación A Favor de lo Mejor (2008)

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