Querétaro y sus «riquezas»

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La organización religiosa

en Querétaro en el XVlll 

Al cambio  de la casa real en manos de los Habsburgo por la de los Borbones, Querétaro era un Corregimiento de letras, por cédula real de Carlos lV, firmada en Aranjuez el 17 de junio de 1794. 

El Corregidor Letrado tenía casi todas las atribuciones que los Intendentes, justicia, policía, hacienda y guerra en su territorio. 

Querétaro tuvo dos corregidores solamente, José Ignacio Ruiz Calado y el famoso Miguel Domínguez. 

La riqueza y los abundantes conventos que entonces tenía Querétaro, hicieron que la sociedad solicitara o creyera en la posibilidad de que se creara un obispado con sede en la ciudad sede del corregimiento y con ello aspirar a ser una Intendencia. 

No se pensaba así en la metrópoli debido a la pequeña extensión del territorio del Corregimiento que llegaba solamente hasta Cadereyta y por considerarse territorio de “misiones” aún La Sierra Gorda, pero lo más importante que lo impedía era los cuantiosos ingresos que significaba Querétaro para el Arzobispado de México. 

Por ejemplo de 1796 a 1800, ingresaron al Arzobispado 140,007 pesos oro, por lo que era difícil que se aceptara la creación de una diócesis en Querétaro corregimiento. 

El 26 de mayo de 1805 en Cabildo de Querétaro solicitó nuevamente la autorización real para la creación de un obispado, marcado un territorio para este, que se encontraba entre las diócesis de México, Michoacán y Guadalajara. Todos los intentos fueron en vano hasta 1863 durante la Intervención francesa cuando se erigió el obispado de Querétaro, con sus límites actuales.